martes, 27 de agosto de 2013

ropa tendida


ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA

- asuntos intangibles de la vida

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27 ROPA TENDIDA


Las voces de la casa no trascienden.
Hay un bullir que nace en la cocina,
como si respondieran los fogones
en la conversación.

Salpican las palabras como dardos
cuando surcan el aire. Nada piden,
pero dejan un halo rumoroso,
memoria de su ímpetu.

Inquietan por su esencia, y el silencio
irrumpe de inmediato. La mirada
(discurre por los gestos
del fuego, de los platos, de la pila…),
muda, repite: tú qué te has creído;
todo lo tienes, ¡todo! ¡Hasta mi cuerpo!

Pero no todo puede compartirse.
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que merecen respeto…

©pbaediciones

domingo, 25 de agosto de 2013

Como cualquier domingo

Como cualquier domingo

Como cualquier domingo de verano,
me voy a caminar muy de mañana.
No sé que volveré con esa angustia
de bruma como nudo en la garganta.

Me cruzo con el viejo que medita
sobre la acera el paso que le avanza:
salió con los albores a la calle
y huye del sol, pues con sus rayos mata.

Me adelantan los pasos de un caniche
al que una sudorosa chica llama,
y más allá coincido en la ladera
con andariegos y andariegas varias.

Mis pasos me han llevado en un rodeo
al cerro del depósito del agua,
y sorprendo al banal madrugador
buscando el fruto de una higuera brava.

Descollan ralos un puñado de árboles
más abajo, formando una enramada.
Hay un hombre acostado, que se oculta
entre la telaraña y la hojarasca.

Lo veo. Se incorpora. Se ha sentado.
Desorientado. No le veo la cara
cubierta de abundante pelambrera
negra e hirsuta y sin sembrar de canas.

Hay un leve equipaje junto al lecho,
la manta bajo el cielo entre las ramas,
y todo el horizonte para él,
dueño del mundo; dueño de la nada.

Un paria más, me digo, desahuciado
de algo que alguna vez fuera su casa,
en donde al despertarse le darían
un beso, el desayuno con tostadas,

quizá la risa alegre de algún niño;
quizá un primer abrazo en la mañana…
Ha pasado la noche calurosa
con la brisa de agosto, y en su manta.

No sé qué pasará
con los fríos de enero, y con la escarcha.
Yo sigo mi camino, mientras pienso
con qué facilidad le doy la espalda.



©pbaediciones

martes, 20 de agosto de 2013

ropa tendida


ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA

26 ROPA TENDIDA


Las prendas se abandonan a la brisa,
como las golondrinas
posadas en el hilo del telégrafo:

elevan levemente su perfil
compartiendo sus dudas y certezas
en un mudo diálogo de gestos.

Parece que se miran de reojo,
que se saludan con susurro cómplice
mientras del sol destilan los reflejos.

Con otros compañeros desteñidos,
una pregunta –como yo- se hace
el calcetín impar de aquel extremo.



©pbaediciones

martes, 13 de agosto de 2013

ropa tendida


ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA

- qué prenda es la que abraza si tu piel
se ha llenado de perlas

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25 ROPA TENDIDA


Grande, pesada, de colores vivos,
su felpa emborrachada,

se mueve lenta proyectando sombra
maciza, sobre un charco
en el aliviadero del erial.

Sus cabos se cimbrean
como las hierbas que, después del paso,
se yerguen a la brisa,

y luego, con el tiempo,
cuando seca bandera se descubra,
vas a entender, si pasas a su lado,
mi afán por estrecharte.
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y cruzas el pasillo hasta tu cuarto…?

©pbaediciones