martes, 31 de diciembre de 2013

DESDE LA PENUMBRA



VIVIENDO SUEÑOS

Tantos años que pasaron
con mis soledades solo,
y hoy tú duermes a mi lado.

Son los caprichos del sino,
aunque con sus circunloquios
cuánto tiempo no he perdido.

Mas ahora en fin llegaste
de su mano, y aún no creo,
despierto en el sueño, hallarte.

Oscura como la lluvia
es tu existencia, y tus ojos,
aunque dan luz, es oscura.

Pero de mí qué sería
sin ese pretexto tuyo
que acompaña así la vida.

Miro y busco por la tierra:
nada hay en ella que valga
lo que tu sola presencia.

Cuando le parezca a alguno
que entre lo mucho divago,
poco de cariño supo.

Lo raro es que al mismo tiempo
conozco que tú no existes
fuera de mi pensamiento.


©Luis Cernuda
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DESDE LA PENUMBRA

5


Un aroma sutil el aire mueve.

Murmullos en la piel,

y, en el silencio, llena
de melancólicos lamentos
la luz amortiguada del visillo.

En la película
de una sesión de luna de verano,
fabrican los amantes su mentira
un par de sillas más hacia la sombra.

Entran alborotando
ecos de beso y de respiración

pero tu ausencia…


©pbaediciones


martes, 24 de diciembre de 2013

DESDE LA PENUMBRA


pintura de Isabel Guerra

PROPUESTA

Hay que recuperar
el tacto de la fiebre y el color de las noches,
la antigüedad del bronce y el aroma del llanto,
el grito de las águilas y el sabor del silencio,
la timidez del aire.
Hay que recuperar
la humildad de los astros y el sonido del hambre,
los caminos sin fecha y la altivez del junco,
los muertos renacidos y el susurro del puma,
la niebla en los vitrales.
Hay que recuperar
las verdes madrugadas y la sombra del río,
las campanas más tiernas y las manos sin dueño
la semilla del agua y los pasos perdidos,
la danza de las naves.
Hay que hacer lo imposible por descubrir de nuevo
ese torpe milagro, ese absurdo prodigio,
esa hermosa miseria que llamamos la vida,
con todo su caudal de ardiente escalofrío.

©antonio porpetta
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LUZ DE NOVIEMBRE

El sol pone las manos en tus ojos,
mientras las rendijas se hacen
vacías y solitarias.

La luz de noviembre ha roto las caricias.
Más allá de la ventana grita lo oscuro.

Dentro: el calor del puchero,
el ruido de la lavadora,
un lado abierto de la cama


©Antonio Delgado
noviembre/2013

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DESDE LA PENUMBRA

4


El mar, lleno de mar, se deshabita
sobre la roca, y entre burbujeos
vibrantes, encendidos, temerarios,
se adentra en sus secretos.

Arena y horizonte: mar y calma
como cuando te asomas a lo lejos
de tu interior, y entonces nadie sabe
de tus pensamientos.

Pero en la cercanía
cuando tus manos hablan; y tus besos;
y tus ojos cerrados,
¡eres fuego!


©pbaediciones

martes, 17 de diciembre de 2013

DESDE LA PENUMBRA


Pintura de Isabel Guerra

POÉTICA A LA QUE INTENTO A VECES APLICARME

Escribir un poema: marcar la piel del agua.
Suavemente los signos
se deforman, se agrandan,
expresan lo que quieren
la brisa, el sol, las nubes,
se distienden, se tensan, hasta
que el hombre que los mira
-adormecido el viento,
la luz alta-
o ve su propio rostro
o -transparencia pura, hondo
fracaso- no ve nada.

©Ángel González
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Veo las sombras de las hojas
posarse sobre las aguas de la fuente

Veo las sombras marchitas
de tus manos sobre las mías

©Antonio Delgado Cantero
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3 Desde la penumbra

Cada instante me acerco a la cita con alma calmada.
Cada día respiro la tenue sonrisa del sol impreciso,
y mi mundo de sombras me llena de luces, de paz, de silencio.
Ven conmigo a mirar la existencia con ojos distintos.

Es en este lugar donde yo saboreo mi tiempo intangible.
Es en este lugar donde yo reflexiono, ideo y decido
sobre el mágico don del objeto que a mí me permite vivir utopías:
desde aquí nada es cierto, ni falso, ni existe, ni labra el olvido.

Desde aquí la verdad es un ente difuso, sin bordes, sin forma, sin marca.
Desde aquí los deseos son halos que giran en torno a la fuerza del sino,
y los sueños son sueños que vienen y van como el mar cuando besa la playa.
Desde aquí mi verdad, tu verdad, son las únicas cosas que tienen sentido.

Ven, que voy a enseñarte a observar la existencia con otra mirada
desde la penumbra, conmigo, contigo.


©pbaediciones

martes, 10 de diciembre de 2013

DESDE LA PENUMBRA



LA PIEDAD DEL TIEMPO

¿En qué oscuro rincón del tiempo que ya ha muerto
viven aún,
ardiendo, aquellos muslos?

Le dan luz todavía
a estos ojos tan viejos y engañados,
que ahora vuelven a ser el milagro que fueron:
deseo de una carne, y la alegría
de lo que no se niega.

La vida es el naufragio de una obstinada imagen
que ya nunca sabremos si existió,
pues sólo pertenece a un lugar extinguido.

Francisco Brines
"La última costa" 1995

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DESDE LA PENUMBRA

2


Desde lejos te miro, y dialogan,
allí donde se cruzan,
tu mirada y mis ojos.

Retozan las promesas
bajo la rama donde se columpian
traviesos gorriones.

Te acercas a la esquina,
y en un escorzo danzan en la acera
las luces de los árboles.

Se funden en un mutis
tu aroma y un silencio evanescente
cuando el recodo dobla tu silueta.

Ya no estás, y en la sombra
te miro desde lejos.


©pbaediciones

martes, 3 de diciembre de 2013

desde la penumbra

LUZ DE TARDE


Me da pena pensar que algún día querré ver de nuevo este espacio,
tornar a este instante.
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden volver a encontrarme.

Estas ramas en flor que palpitan y rompen alegres
la apariencia tranquila del aire,
esas olas que mojan mis pies de crujiente hermosura,
el muchacho que guarda en su frente la luz de la tarde,
ese blanco pañuelo caído tal vez de unas manos,
cuando ya no esperaba que un beso de amor las rozase…

Me da pena mirar esas cosas, querer esas cosas, guardar esas cosas.
Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarme,
poblando otra tarde como ésta que guarde en mi alma,
aprendiendo en mí mismo que un sueño no puede volver a soñarse.

José Hierro

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pintura de isabel guerra

DESDE LA PENUMBRA


1


El mar, la luz, la música. La herida
de las primeras lágrimas, tosigo
de añorar el amparo del abrigo
contra la previsión de la venida.

Conocer, aprender. Amanecida
de ser. El paso; el pie; mirar. Amigo
de juego y confianza, y enemigo
de forma, de contraste. Y otra vida…

Evocar primavera ya distante
en la reminiscencia del fracaso.
Ajardinar infancia todavía,

y cuando el sol se bañe en el ocaso
y quiebren las miserias el semblante,
tu mano en la penumbra de la mía.

©pbaediciones

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Está disponible el poemario ROPA TENDIDA. Si mi lector, o quien lo conozca, quiere tenerlo limpio de adherencias, puedo facilitárselo en pdf, personalizado, preparado para disfrutarlo o padecerlo en artilugios electrónicos.

Gracias a Iván, a Miriam, a Josema, a Juan, a Nerea, a Ainoa, a Estrella..., y a los demás por su generosidad.