martes, 10 de junio de 2014

DESDE LA PENUMBRA




EL POEMA DEL ÁRBOL

voy a escribir un poema que hable de un árbol de un
objeto de un amigo

para eso es necesario pedirle ayuda a alguien alguien
cercano alguien a quien decirle ¿podrías ayudarme a
escribir este poema?

convoco entonces al tronco del árbol a la transparencia
del objeto y a los cabellos blancos de mi amigo y les
pregunto si pueden ayudarme a escribir este poema
el tronco del árbol mueve sus estrías hasta una altura
inalcanzable provoca un pequeño viento hace que las
aves eleven su anchura que caigan al suelo pequeños
frutos

el objeto acerca un rayo de luz que lo atraviesa y funde con
un brillo circular y desnudo

mi amigo abre sus manos me muestra un libro que habla
de sátrapas y venenos

hay algo de prisa de mandato de lejanía en estas muestras
de cariño

mi amigo se sienta a la sombra del árbol una sombra
que se extiende hasta la ciudad que atraviesa la ciudad que
llega justo hasta la altura de mis manos

entonces abre su cartera y me ofrece un poco de agua
no sé la respuesta aún no he logrado aprender el
lenguaje de los árboles de los objetos útiles de los
amigos

y tengo que escribir el poema

tengo que escribir el poema porque se está haciendo
tarde porque hay grupos de hombres en el bosque
porque cerca de la orilla del río están oyéndose
disparos

tengo que escribir el poema porque hay niñas que
rompen con ira las muñecas de paja y les sacan los
ojos con la punta de un cuchillo y abandonan los
pedazos a la boca de los hormigueros

el poema donde un amigo bajo un árbol descansa y
bebe

el poema donde un árbol da sombra y agua a un
amigo

el poema donde un cristal moja los labios de un
amigo y riega un árbol

donde no caben árboles ni cuencos sino hombres o
mujeres que se acercan turnándose en los gritos y en los
disparos

donde sólo cabe una niña que esconde aquellos ojos
un poema donde nadie podrá ser convocado
donde nadie podrá ayudarme

(De “Hazversidades Poéticas”, 2012)

respuesta

tengo que responder con un poema
a un amigo que tengo tengo que responder porque
nada es tan desolador como esperar
debajo de un árbol a un amigo
que pide ayuda para calmar su sed
y nadie llega y hasta las ramas más altas
del árbol ignoran la transparencia de su pena
cimbreándose al viento como si
se desentendieran de su huésped junto al tronco
que escucha sobrecogido a las niñas
rompemuñecas
y al ruido de disparos
y sufre la insensibilidad del amigo
y de la niña
y de los que disparan
y del árbol escarmentado de la sociedad
y añora los ojos de la niña en su poema
y no quiero que su pensamiento vague por
donde nadie podrá ayudarle


© Jesús Urceloy
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DESDE LA PENUMBRA

29


Salir de las estrellas dejando atrás la sombra.

Errar pasos perdidos perdido el horizonte.

Sentir nada en la nada de la nada absoluta.

Perder la cortesía de las necesidades.

Ignorar las funciones marcadas por las horas.

Demoler el castillo aventando los naipes.

Reconstruir infancias con miembros aviejados.

Sufrir la desmemoria de tu ausencia.


©pbaediciones

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