martes, 28 de noviembre de 2017

sembrar palabras


Travesía
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sembrar palabras
esperar que germinen
o se malogren

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VENDIMIADOR


El poeta también va a la vendimia,
recoge frutos,
selecciona, respira hondo y
corta
el racimo
secamente,
ejecutando el drama,
lo deposita, con cuidado enfermizo
entre el resto de lo ya cortado.
Después, poco a poco,
con la paciencia necesaria,
en solitario,
irá pisando versos
y transformando su cosecha.

Nada es del poeta,
salvo la transformación.

De Agustín García Calvo
(A la vendimia en Portugal)
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MORFEO


Morfeo gobernaba
el abisal sendero de su sueño.
Luces de desamparo
los cristales movían con el velo.
La sábana de holanda
pintaba nubes en su ser incierto.

Un cambio de postura.
Una mejilla se posó en un pecho.
Un seno resbaló.
Desde la liviandad de su sustento,
acarició la mano
como trémula seda de deseo…
Telarañas de noche
tejieron algo serio…,
y un suspiro apagado
alteró los confines de su cuerpo.

Pero, Morfeo, firme,
gobernaba la senda de su sueño.


De “Variaciones sobre el ocaso”, 2005
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Ejercicio del taller

“Hacemos nuestra labor de periodistas

Investigamos noticias publicadas a propósito de la muchacha violada por la "manada/ piara" de cabestros encelados. Con todas las noticias recibidas, hacemos nuestra labor de periodistas, redactando con la máxima objetividad y en tercera persona toda la información recopilada. Ejemplos de recursos disponibles: La opinión de Almudena Grandes, la actuación de la familia de uno de los sujetos, la reacción del juez de aceptar a trámite el odioso informe del investigador" privado, la información que se recoge en redes sociales, etc. ...”

La manada

“La humanidad es la especie más estúpida: es la única donde los machos matan a sus hembras”, dijo Françoise Heritier, etnóloga francesa fallecida el pasado 15 de noviembre. “La violencia de género no responde a ninguna ferocidad natural, -añadió- sino más bien a un exceso de cultura, de cultura patriarcal. Seguimos moviéndonos con patrones de conducta y pensamiento forjados en el Paleolítico Superior.” Por su parte, la periodista Rosa María Artal expone que “todo lo hicimos solas en 1986: se logra retirar de la jurisprudencia -nunca estuvo en el Código Penal- que la no resistencia de la víctima a la violación sea un eximente para el agresor. Algo de lo que no quiere enterarse mucha gente. El juicio en Pamplona a 5 sujetos, -continúa- apodados a sí mismos “La manada”, acusados de la violación grupal a una chica de 18 años durante los Sanfermines de 2015, parece la continuación de una larga historia. Con algunos agravantes. Ahora el caso se retransmite en directo por todas las pantallas y, convertido en circo, se abre a la opinión de los espectadores. En culpabilizar a la víctima no hay diferencia, es un clásico.” Francino, conductor de La Ventana, en La Ser, se pregunta -y duda-: "¿Qué se intentaría demostrar exactamente con ese seguimiento de la chica a posteriori? ¿Por qué interesa tanto cómo es su vida, su día a día? ¿Acaso existe algún patrón de conducta para las mujeres violadas que sirva como certificado de la agresión?". "Lo que queda meridiana y lamentablemente claro" es que "dudar de la palabra de una mujer que dice haber sido agredida sigue funcionando; o por lo menos sigue formando parte del paisaje". Y sentencia: "Constatar una vez más que ese cliché de la mujer mentirosa y taimada sigue vigente, me provoca una rabia y un asco tremendos". Almudena Grandes, en su columna, manifiesta que “La violación es un delito. Violar a una prostituta, a una mujer promiscua, a una noctámbula, a una alcohólica, a una drogadicta, a una mendiga, no es ni más ni menos grave que violar a una virgen adolescente de misa diaria o a la propia esposa dentro del matrimonio, porque todas las violaciones son uno y el mismo delito.” El periodista Javier Pérez de Albéniz, por su parte, escribe: «La agredida tuvo que demostrar no solo que había sido forzada por cinco bestias, sino que no había dado pie a la violación, que había puesto resistencia, que era la víctima» Pilar Aguilar, Analista de ficción audiovisual, en un extenso artículo en su blog, explica que: “Follar con alguien que no te desea (pagando o sin pagar) tiene que ver, no con el placer sexual, sino con mecanismos sádicos, con ansias de prepotencia y de sometimiento, con egocentrismo desbocado, con complejos que el sujeto racionalmente rechaza y que por ello deriva por otros cauces… Esas pandillas, para sentirse sólidas y seguras, para crear complicidad entre sus miembros, tienen que demostrar su desprecio a las mujeres. Cuanto más desprecio demuestran, más hombres son.” Y remata con una sentencia de Josep Vicent Marqués: “La paradoja de la heterosexualidad del varón está en que no le gustan las mujeres como personas”.

A.H.

martes, 21 de noviembre de 2017

labios de fuego


paisaje matinal

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labios de fuego
en el sueño caliente
sobre tu boca

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BESARTE NO ES AMOR...

Besarte no es amor, es irte oliendo
igual que huele el macho a su collera;
es saberte paloma mensajera
al gavilán las alas abatiendo.
Besarte no es amor, es ir pidiendo
besana donde hundir mi sementera;
es ser igual que el toro en la pradera
huyendo de la hembra y embistiendo.
Igual que el ciervo oculta el baluarte
donde el celo resiste y le reclama,
así mi boca llega hasta tu boca.
Porque besarte entonces, no es besarte.
Es dejar en los labios la proclama
donde la sangre asusta de tan loca.

De Ángel García López
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DESCONSUELO


Llueve. Por la ventana,
bajo el sol, se derrumba
el armazón del cielo.

Llora la noche.
Junto al lecho,
acosa el desconsuelo.

Lágrimas desdibujan
dibujos verticales
en el cristal del sueño…


De “Variaciones sobre el ocaso”, 2005
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muchas manadas
de desprecio y abuso
campan impunes

martes, 14 de noviembre de 2017

EL DÍA QUE ME DESPERTÉ Y ERA MISS UNIVERSO


el musgo y la roca

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las opiniones
las noticias pantalla
frotar de manos

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“EL DÍA QUE ME DESPERTÉ Y ERA MISS UNIVERSO


Fue un día muy normal, en primavera.
Un día de tostadas y café y ducha y coche y curro y coche y casa.
Pero sabía que algo había cambiado.
Lo notaba en el aire, en el ligero
tictac de mis pestañas, en
la hinchazón de mi labio superior,
en mi
esternocleidomastoideo.
Al entrar en el bar y preguntarme
el camarero “¿Qué desea?”,
le respondí: “Que no haya hambre en el mundo”.
Bizqueó, se apartó de la mesa, amablemente
me trajo una ensalada.
Me comí sólo la lechuga, sin sal. Saqué del bolso una manzana verde.
Me comí la mitad. La otra la envolví en tela de raso, azul, muy suave.
Cuando, al pagar, alguien me dijo “Gracias”,
yo respondí: “Gracias a ti, al jurado,
a las instituciones que hacen
posible este concurso,
a las autoridades y
a mi querido público que me sigue y me apoya en mi página en Facebook y otras redes sociales”.
Después salí, me coloqué la banda, que se había quedado enredada en el bolso,
y fui fijándome en las chicas que andaban por la calle.
En su elegancia, su personalidad, su porte, su pose y su seguridad
al caminar con paso decidido por la escalera blanda de la vida.
Me supe superior, me supe bella,
me supe seguidora de Confucio,
me supe alta y risueña y positiva,
me supe, finalmente,
venezolana.
Caminé por la acera como si fuera alfombra
roja de gala, regalé mi sonrisa
amplia y rosada y gliss a los transeúntes,
limpié de malas vibraciones el mundo con mi amor
universal,
y luego llegué a casa,
me depilé, comprobé la tersura de mi cutis, la
liviana gravidez de mis dos pechos,
y antes de irme a la cama imaginé
más premios, más certámenes, más cenas suntuosas,
más hoteles,
más limusinas,
más damas de honor.
Al día siguiente,
creo que era martes,
desayuné,
volví a mi vida gris,
compré el periódico,
me miré en el espejo
de un bar
y sonreí."

de Gonzalo Escarpa

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TAL VEZ SÍ…


Aquella tarde el cielo
desbordó previsiones. La tormenta
administró con celo
el agua por su cuenta:
una venganza triste, virulenta…

No fue así…

Reían los amigos
delante de tu cara colorada.
Ellos eran testigos.
La querías sellada,
y descubriste tu verdad callada…

No fue así…

La tuya la rompió.
La que quedaba. La jarrita buena.
Fue cuando comentó
la narración ajena.
Era callarte tu peor condena…

No fue así…

Que si los niños juegan
a inocentes diabluras infantiles.
Y jugando se pegan
como los zascandiles;
y se esconden; y apagan los abriles…

No fue así…

Si vamos, porque vamos;
y si no, cara de pena, mala leche.
Con el enfado andamos,
y el humor, escabeche.
No sé que es lo que quieres que te eche…

No fue así…

Tus cosas, importantes.
Cualquiera pone en duda tus razones,
y enfrenta tus chocantes
y raras opiniones…
Más me vale acatar tus decisiones…

No fue así…

Llegué, pero no estaba.
Sentí desasosiego; la impaciencia
le hizo sentir esclava.
Cosas de la experiencia:
en el temor descansa la conciencia…

No fue así…

Te llaman, pues escucho
un murmullo de voces en el fondo.
¿Un ladrido de chucho…?
No me seas cachondo.
Como equivocación sale redondo…

No fue así…

Se te pasó la mano.
Tantas fueron las cosas que perdiste…
Te veo tan cercano
al imbécil del chiste…
Sorprenden las migajas que me diste…

No fue así…

Me pediste…; y un día…
Recuerda tantas cosas que te daba…
A todo yo asentía.
Pero te ilusionaba
negarme lo que tanto ambicionaba…

No fue así…

No es hora cuando llegas.
Me miras. Nada digo. La respuesta
piensas. Y luego alegas…
mejor después. La cesta
habrá que abrirla. Aunque sea molesta…

No fue así…

Para mañana es tarde.
Vamos a dialogar. Ninguna excusa.
Te espero, ven. Que arde
la llama de la blusa:
quememos toda la razón confusa.

No fue así…

…de acuerdo, dialoguemos.
Sé lo que quiere tu alma enamorada.
Quieres que suavicemos
la llama colorada…
Que, como siempre, todo quede en nada.

Tal vez sí…


De “Variaciones sobre el ocaso”, 2005

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OULIPO, CONTINUACIÓN

…Lo último que recuerdo es que la amanecida me pilló caminando en bolas por la Gran Avenida y la sensación de haber vivido una noche loca, Su Señoría

¿Y qué fue de la misteriosa dama que dijo llamarse OULIPO?
De cabellos rubios y joven como usted, Su Señoría. Conjeturo que la dama en cuestión apuntaba alto y yo no levanto un palmo. Sencillamente ocurrió el proceso de transustanciación, al que estoy ya acostumbrado. Me explico: al principio las mujeres me ven resultón; eso me da alas, lo cual es bueno, pero no tanto, porque a mi el éxito me sienta muy mal, me pone muy nervioso y me acarra el poco sentido de oportunidad que la naturaleza me ha dotado, conduciéndome ipso facto a realizar un fárrago de locas propuestas de dormitorio, que las chicas, salvo rarísimas excepciones, rechazan ex profeso. Bueno, para ser más exactos me gritan: “¡Vete a la mierda, asqueroso sátrapa! Eso debió ocurrir, Su Señoría.
He oído con mucha atención su declaración, caballero. Decreto procrastinar su libertad, y pase otra noche en el calabozo, tontolaba.
En la noche siguiente el reo, tuvo sueños eróticos con Su Señoría…

De Blas Mendiola (taller sonrisas)

martes, 7 de noviembre de 2017

CITA CON OULIPO


Foto de Blas
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ninguna linde
contendrá los impulsos
de fantasía

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LAS AFINIDADES ELECTIVAS

Un día te enamoras
y le dices a Dios que te has enamorado
y Dios te contesta venga venga venga qué me estás diciendo
tú no has hecho nada
no mataste a Lorca
no jugaste a las damas con un sinhogar en Nueva York
no dijiste las horas en Venecia
pero Dios mío yo estoy enamorado
la carne me hierve en la consulta de los equilibristas
los equinoccios saltan en mi piel Señor
la marea hoy ha cubierto Baleares
y Dios te mira con su cara de paloma
con su cara de madrugador
con el reloj de tu padre mientras contaba con el cinto
tus repetidos suspensos en matemáticas
venga venga dejémoslo te invito
a unas cervezas en el bar
te invito a llorar bajo mi chaqueta
mira las luces llegan de poniente
soy el amor
te dice

no
nadie

Urceloy / Noviembre 2017


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GALOPA


Sobre la verde pradera,
galopa, caballo blanco.
Galopa… Nadie te espera.

Suenan las cacerolas.
En el fogón, la lumbre languidece.
Cantar de caracolas
mientras, tímido, cuece
el tiempo, y en tus manos amanece.

Galopa. Nadie te espera.
Galopa, caballo blanco,
sobre la verde pradera.


De “Variaciones sobre el ocaso”, 2005
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CITA CON OULIPO

“Veamos; ¿Qué tiene que decir? Sea breve”
“Pues verá; serían las cuatro de la madrugada y el sueño no llegaba. La noche insomne me arrastraba al delirio. Sonó el smartphone. ¿Cómo puede ser?, pensé, si lo había desconectado antes de irme a la cama. “Te espero bajo el puente de madera del parque, junto al Palacio de Cristal. Abrígate, la noche está fría. Por favor, no tardes”, decía el whatsapp. Cerré la aplicación y me volví a la cama desconcertado. Imposible conciliar el sueño. Aguanté un rato que se me hizo muy largo. Dudé, hasta que al fin resolví acudir a la cita. En la calle mis pasos eran todo el ruido que se oía y mi andar el único movimiento. Salté la verja que custodia el parque. La silueta de una persona, sin duda femenina, se proyectaba sobre el arco del puente. La curiosidad empujaba más que la oposición del miedo. “¡Hola!”, dije, “Me llamo Blas”. “Lo sé, tontolaba. Yo me llamo Oulipo, y, como ves, estoy en pelotas con este frío, para enseñarte mis vergüenzas y aprendas a exhibir sin rubor las tuyas”. Lo último que recuerdo es que la amanecida me pilló caminando en bolas por la Gran Avenida y la sensación de haber vivido una noche loca, Su Señoría”

De Blas Mendiola en “Escritura creativa”

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