martes, 31 de agosto de 2010

la galana

Esta es mi aventura del pasado fin de semana (21 de agosto):

El viernes, al salir del trabajo, me fui solo, (ella estaba en el Pirineo) a HOYOS DEL ESPINO, (pueblecito de Gredos) con la intención de ascender el sábado a la GALANA, segundo pico más alto de Gredos. Para ello, es aconsejable pasar la noche en el cercano camping, que está en un pinar de la ribera del incipiente río Tormes. Sobre las ocho de la tarde del viernes, ya tenía todo listo: tienda montada, comida y bebida para la excursión del día siguiente. Antes de la cena, encontré tiempo para bañarme en una piscina natural que se alimenta del agua de una acequia. Después, di un corto paseo siguiendo una senda paralela a un arroyo, hasta llegar, ya casi anochecido, a unas pozas que, según un cartelito, se llaman del Carnero. El regreso al camping lo hice de noche. A mi paso oía cómo las ranas se zambullían en el arroyuelo y los grillos interrumpían su canto. Cené muy bien bajo un destartalado porche del bar-restaurante que hay a la entrada del camping. A las 11:30 estaba ya echado en la tienda. Dormí a trozos. A las 6:30 me levanté con la sensación de mucho frío. El bar del campìng no abría hasta las 8. Sabiendo esto, la tarde anterior había comprado en la panadería de HOYOS DEL ESPINO un litro de leche y unos dulces, que fue lo que desayuné: unos sorbos de leche fría y una bayonesa, (hojaldre relleno de cabello de ángel) que, por cierto, no me cayeron nada bien. A las 8 de la mañana ya estaba en la Plataforma, (Aparcamiento donde termina la estrecha carretera de montaña donde comienzan las excursiones a pie). El termómetro del coche señalaba 7 grados. A pesar del forro polar, tenía frío. Con paso tranquilo inicié la marcha. En poco tiempo ya estaba en el PRADO DE LAS POZAS, (Lugar con mucho atractivo para mí por razones que no sabría explicar). Tras cruzar un puente sobre un arroyo a punto de secarse, (en primavera da gusto ver el agua que lleva) se inicia la subida a los BARRERONES. Un joven montañero, que como yo iba solo, me adelantó con natural facilidad. Un poco más arriba se paró, y después de decirme que se llamaba SANTI, me contó el itinerario que pretendía hacer: justamente el inverso al mío. Subiría al ALMANZOR y después a LA GALANA. Nos despedimos con el deseo de encontrarnos.

Miré al cielo. Era de un azul intenso y limpio, sin ninguna nube. Se adivinaba que el Sol mañanero se convertiría en las próximas horas en un tormento. Aprecié el aire fresco y agradable que corría en aquel momento y que, por fortuna, estuvo presente a rachas a lo largo de todo el día.

En lo alto de los BARRERONES se contempla una de las zonas más bellas de Gredos: su circo y las cimas que lo circundan. Desde aquí, la senda desciende hasta el fondo del circo donde destaca la conocida Laguna Grande y el vetusto Refugio de montaña. Cuando era joven, siempre hacía una breve parada en los refugios. Ahora, no: paso sin entretenerme.

El camino que lleva a LA GALANA es el mismo que el del ALMANZOR, hasta llegar al lugar conocido con el nombre de LA HOYA ANTÓN, aquí se separan. Para ir a LA GALANA, hay que adentrarse en la garganta de la derecha, llamada de los GEÓGRAFOS. Con más intuición que por las indicaciones de los escasos hitos que encontré, fui progresando por la parte derecha de la GARGANTA. Alcanzada la base del esbelto AMEAL DE PABLO, (Se trata de una torre de granito que se distingue fácilmente de todas las demás elevaciones de su alrededor), pude ver claramente, al frente, el COLLADO DEL VENTEADERO, y desde ahí, a poco más de media hora, LA GALANA. Todos por encima de los 2.500 metros de altitud. Situado en el COLLADO DEL VENTEADERO, me encontré a los primeros montañeros que vi en esta última parte de la ascensión: una pareja de jóvenes que bajaban de LA GALANA. Me aconsejaron prudencia en el último paso para coronar la cima. Confieso que fuí con mucho cuidado, tanto que no era capaz de subir al bloque de granito que culmina el pico. Mientras me encontraba en estas indagaciones, apareció SANTI, el joven montañero con el que unas horas antes había hablado en los BARRERONES. SANTI dio los pasos precisos sin pensárselo dos veces, y yo, animado por su ejemplo, hice otro tanto. Desde lo alto de LA GALANA se contemplan los dos circos magníficos de esta sierra: el de CINCO LAGUNAS y el de GREDOS.

El joven montañero descendió por el COLLADO DEL VENTEADERO para seguir por la GARGANTA DE LOS GEÓGRAFOS. Yo continué la travesía por el cordal hasta el PICO ALMANZOR. Este recorrido está perfectamente señalizado con hitos que te conducen hasta una canal angosta que finaliza en una accesible portilla con paso a la pirámide del ALMANZOR. Ahí me encontraba. Miré hacia arriba: veinte minutos nada más, me dije. Pero me vi tan escaso de fuerzas, que desistí. Presentí que tenía que reservarme para la vuelta. En el descenso tuve que hacer dos paradas y sentarme a la sombra. Cosa que no he hecho nunca. Creo que la edad se impone inexorablemente a mi voluntad. A las ocho de la tarde llegué al aparcamiento donde 12 horas antes había iniciado la excursión. Me sentía cansado, muy cansado; pero feliz.
Sólo lamenté no haber compartido este día tan maravilloso con ella.

Blas Mendiola