domingo, 16 de octubre de 2011

habitación cuatro menos cuarto

habitación cuatro menos cuarto



el alba no ha llamado todavía
reina el silencio roto por el canto
del oxígeno y el susurro leve
de pechos que dialogan en penumbra

el incesante paso de las olas
sobre la lentitud de la vigilia
despierta sentimientos encontrados
y en el desván las alucinaciones

una visita llega impetuosa
alada como vuelo de paloma
y se posa en la orilla de los sueños

rozando con sus labios de cristal
la frente el brazo y esa vena azul…
ya vienen a tomarme la tensión


octubre/2011
en agradecimiento al personal del Hospital Universitario de Getafe

miércoles, 7 de septiembre de 2011

TALLERES Y SEMINARIOS DE POESÍA. ABIERTA LA MATRÍCULA CURSO 2011-2012

Centro de Poesía José info@cpoesiajosehierro.org

TALLERES Y SEMINARIOS DE POESÍA. ABIERTA LA MATRÍCULA CURSO 2011-2012
Centro de poesía José Hierro
Talleres y seminarios
Plazo de inscripción: del 7 al 23 de septiembre

Nos hemos reinventado para seguir ofreciéndote talleres anuales, y ahora también seminarios breves, cuya diversa forma de abordar el trabajo poético cubra la multiplicidad de intereses y enfoques de lectores y creadores.

Hambre de poesía, dirigido por Chús Arellano
Del 3 de octubre de 2011 al 18 de junio de 2012
Periodicidad semanal, lunes de 18.00 a 20.00
Taller de poesía pensado para personas que quieren investigar a través de procesos de escritura experimental con el fin de conocer los entresijos de este tipo de arte, y de relacionar dichos procesos con la más arcaica y cercana tradición. A partir de preguntas sobre la naturaleza del poema, las sesiones se conciben como un itinerario guiado y compartido en torno a lecturas y ejercicios de escritura que, al suscitar la reflexión y el diálogo, intensificarán los intereses creativos de cada participante. Para ello se trabajará con textos, imágenes, objetos y material audiovisual, así como con claves interpretativas y apoyo teórico que ayudarán en el trabajo personal y colectivo. A través de las diversas prácticas poéticas, cada participante irá generando una serie de escritos, donde desde distintas perspectivas y técnicas, se irá afianzando la propia visión poética.

Poesía y música, dirigido por Aldo Cano
Del 5 de octubre de 2011 al 20 de junio de 2012
Periodicidad semanal, miércoles, de 10.00 a 13.00

El Taller de Poesía y Música continúa su andadura con el propósito de que el coro poético siga progresando animado por la interpretación de Cancioneros españoles. Estos integrarán un programa cuyo motor será la difusión más tradicional de la poesía, planteamiento que permitirá, además, por un lado, hacer más atrayente la poesía a un número mayor y diverso de usuarios; y, por otro, recuperar los textos clave de la lírica española como origen de la poesía actual. La práctica de la música coral, por simple que sea, permite desarrollar aptitudes musicales a quienes no podrían hacerlo por otra vía, y, sobre todo, lo hace a través de una actividad social, comunitaria y colectiva, tan propicia como eficaz para las relaciones humanas.

La poesía como experiencia, dirigido por Eva Chinchilla
Del 6 de octubre de 2011 al 21 junio de 2012
Periodicidad semanal, jueves, de 18.00 a 20.00 horas

Este taller tiene como primer objetivo disfrutar de la lectura y la escritura en grupo e individualmente: leer poesía con amplitud, hondura y la generosidad del intercambio; disfrutar de un espacio de creación, observación, participación, guía. Para conocer en profundidad la obra de otros poetas, se aprovecharán los encuentros con los autores que brinda el Centro y se hará hincapié en la lectura y análisis de poemarios completos, algo fundamental para que cada integrante, a lo largo del curso, avance en la composición de su poemario. En esta experiencia de lo poético serán bienvenidas distintas épocas y tradiciones, así como las relaciones entre poesía y otros campos de creación. El título del taller está inspirado en la defensa que hizo el pensador norteamericano John Dewey de "El arte como experiencia".


Re-leer, re-escribir a los clásicos, dirigido por Ada Salas
Del 6 de octubre de 2011 al 21 de junio de 2012
Periodicidad semanal, jueves, de 18.00 a 20.00 horas

El propósito de este taller es dirigir la mirada a la tradición: hacer una lectura detenida de los clásicos señeros, los que han configurado nuestro lenguaje y han construido el modelo de lo que entendemos por poesía. A partir de la re-lectura de algunos de los textos fundamentales que jalonan la cadena de nuestra "historia literaria" se propondrán ejercicios de re-escritura, teniendo como horizonte de trabajo la idea de que escribir es siempre en cierto modo una cuestión de traducción: verter a nuestra propia diosincrasia lingüística lo que hemos leído. Y "leer" no es sólo leer... pero esta es otra historia que quizá también sea posible abordar. El encuentro puntual con los poetas invitados por la Fundación complementará este planteamiento.

Seminario de poesía, con Juan Carlos Mestre
Del lunes 21 al miércoles 23 de noviembre de 2011
De 17.30 a 20.30

Para todos aquellos lectores y escritores de poesía, y para cualquiera interesado en explorar junto al autor la luz de la imaginación sobre la palabra.
Juan Carlos Mestre (Villafranca del Bierzo, León, 1957), poeta y artista visual es autor de los poemarios Siete poemas escritos junto a la lluvia (1982), La visita de Safo (1983), Antífona de otoño en el valle del Bierzo (Premio Adonais, 1985), Las páginas del fuego (1987), La poesía ha caído en desgracia (Premio Jaime Gil de Biedma, 1992), La tumba de Keats (Premio Jaén de Poesía, 1999), libro este último escrito durante su estancia como becario de la Academia de España en Roma. Su obra poética entre 1982 y 2007 ha sido recogida en la antología Las estrellas para quien las trabaja (2007). La casa roja (Calambur 2009) obtuvo el Premio Nacional de Poesía.


Otros seminarios, con Javier Álvarez, Elena Medel y Lorenzo Silva
A lo largo del primer semestre de 2012 se realizarán seminarios de diversas materias con Javier Álvarez, Elena Medel y Lorenzo Silva.
Las fechas y horarios exactos se determinarán antes de fin de año pero ya puedes realizar una preinscripción. Sólo tienes que enviarnos por mail o traer personalmente a nuestro Centro la solicitud de inscripción que puedes bajarte en pdf, con tus datos personales; en las fechas previas al seminario deberás formalizar tu matrícula.
Los alumnos de cursos anuales pueden realizar estos seminarios y no se considerará falta su ausencia puntual.

-"Cuando haces Pop... taller de composición", con Javier Álvarez
(enero de 2012)

-"Autopista hacia el cielo: el camino entre el poema y el poemario", con Elena Medel (marzo de 2012)

-"Reinventar la novela en la era de internet. Seminario para jóvenes escritores", con Lorenzo Silva (hasta 30 años; mayo de 2012)

Información general para matricularte
Teléfono: 91.696.82.18 - Fax: 91 681 58 14
e-mail para matriculaciones: fundacion@cpoesiajosehierro.org
www.cpoesiajosehierro.org

PLAZAS Y DURACIÓN
20 alumnos por taller
De octubre de 2011 a junio de 2012

PRECIO Y FORMA DE PAGO
50 € por taller y curso completo
40 € por taller y curso completo

Descuentos especiales:
- 40 % de descuento para menores de 25 años y mayores de 60 años.
- 15 % de descuento a Amigos de la Fundación.

La cuota se abonará en efectivo en el momento de realizar la inscripción o previo ingreso o transferencia en la cuenta de la Fundación de Caja Madrid C.C.C.: 2038 2477 80 6000252027, indicando en el concepto el nombre del alumno y del taller o seminario.

SELECCIÓN DE ALUMNOS
Previa valoración del profesor/a.
Los nuevos alumnos en cada taller presentarán junto con la solicitud uno o varios poemas, de cinco a diez páginas en total.

PLAZO Y FORMA DE INSCRIPCIÓN
Del 7 al 23 de septiembre de 2011, en nuestra sede o por e-mail, presentando la solicitud de inscripción (disponible en pdf en nuestra web) junto con una fotocopia del DNI y el comprobante de pago de la cuota.
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jueves, 7 de julio de 2011

CAPITALISMO

El hombre seboso y trajeado se cuela en nuestra cama cada noche
después de follarse al universo viene a susurrarnos nanas
su obsesión por nosotros no descansa nunca
en nuestros sueños nos persigue
con su disfraz de perro, de vendedor, de cura
de espiga de trigo, de pistola en el bolsillo
su disfraz de muerte, su disfraz de vida

sé que tú le gustas con ojeras

yo le pongo cachondo cuando estoy cansada
me quiere flaca aunque me tienta con chucherías
y a ti elegante aunque te duelan los huesos

me empuja a emborracharme pero no por diversión
sino para olvidar
que mis horas de ocio se cierran siempre con balance negativo

cuando estamos a punto de enfermar por agotamiento
nos premia con unas vacaciones
y nos tiende los billetes como el cazador
lanza un hueso al galgo que ahorcará mañana

me instiga a desear cosas que no necesito
aunque él nunca tiene para mí un regalo

dice que mis enemigos son aquellos
que quieren lo mismo que yo
porque no hay bastante
nunca hay bastante para todos

y nos cobra por lo que no es de nadie
por el agua de lluvia
por el sol y la arena
por los claros del bosque
y los manantiales

secuestra a mi amor durante 10 horas cada día
y cada día me lo devuelve más viejo

con sus brazos lascivos abraza a mi hija
y yo grito ¡huye!
-he visto los primeros signos de rendición
en su rostro inocente-
pero no sé mostrarle la puerta de salida

y más que mi felicidad, lo que a él le preocupa
es atisbar en mi cara un rastro de consuelo
que me permita llegar hasta la próxima tregua

cada día me pone café en los labios
para que aguante, y luego una pastilla
que me aplaque los nervios para que descanse y duerma
mientras él sigue haciendo conmigo lo que le viene en gana

(a veces se tumba sobre mí y yo con los ojos abiertos
miro al techo, y si se da cuenta me dice
que ya va siendo hora de pintarlo)

envenena la comida con que me alimenta
me prohíbe fumar mientras engorda mi ansiedad
y me quita los chupetes que podrían consolarme

provoca mi llanto
y después me obliga a maquillar las señales de la tristeza

si me pongo rebelde, ríe paternalista
cuenta que él también pasó por esa época
y mi rebeldía la rebaja a moda
que luce en camisetas los sábados por la mañana
cuando sale a comprar los cruasanes y el periódico

él me da detalle de cada asesinato, de todas las guerras
de las violaciones y los golpes de estado

pero tanta información me deja sorda y ya no escucho
los crujidos ni los llantos en voz baja
las señales del desmoronamiento

y él calla que cada muerto, cada herido
las mujeres violadas y los que sufren torturas
todos recibieron su visita antes de convertirse en lo que son ahora

se zafa de las culpas con promesas
pero yo sé que una palabra suya
bastará para condenarnos

y si desaparece es para espiar a salvo y oculto
en los bares, en los hoteles, en los baños, en las celdas

tengo que darle las gracias porque
¡tú eres una mujer moderna!, grita animoso
de las que habla inglés, trabaja en casa y en la oficina
va al gimnasio y aparenta menos edad de la que dice el dni
tienes nociones de pedagogía aunque apenas veas a tus hijos

y además fuiste bendecida con una vocación
para que puedas sentirte mejor que otras
(y yo callo que yo no quiero ser artista
si eso va a convertirme en diferente
porque ya me siento lo bastante sola
y no quiero competir en más carreras)

si muestro debilidad, susurra, todos querrán aprovecharse
(como si él dejara algo para los otros)
mejor será que despliegue arrogancia
(con todos menos con él)

de todo me habla pero no de quién recogerá los restos del naufragio
ni en qué lugar nos reuniremos los náufragos para organizarnos
para hacer un fuego, compartir la comida y quitarnos el frío

aunque antes hay que hacer acopio de fuerzas
para no abandonarse cada uno en su rincón

Un día, no sé cuándo, yo le voy a cobrar
sus cadáveres, las humillaciones
el secuestro de la inocencia
el expolio de los sueños

yo le voy a cobrar, no sé cuándo

y la primera puñalada que le voy a meter
va a ser por las caricias que no nos dimos
por los polvos que no echamos
tú y yo
cada vez que se cuela en nuestra cama
y nos dice que mañana, mañana, mañana
mañana el despertador sonará a las 6.30

y veinte minutos más de sueño
nos harán mejores soldados a su servicio

Te lo juro, mi amor. Una puñalada
por cada polvo que nos robó
y luego ya el resto, por los presos, por los indigentes
por los que dejan atrás casa y familia
por el dolor que no merecemos sufrir ni ver
por los campos arrasados
por los animales que se hacinan
por los niños que trabajan
por los ojos que se cierran por el cansancio y la muerte
por el tiempo que no volverá
por la vida que nos robaron
por la vida
mi amor
por la vida.



ANA PÉREZ CAÑAMARES
(Poema tomado de su blog ‘El alma disponible’,
por Josemaría Chico)
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sábado, 2 de julio de 2011

Una última sonrisa

Una última sonrisa


debería hacerme sabio
ser humano y animal
pero me hace destructivo
con dolor y a mi pesar

sé que puedo construir
una nota musical
que los labios acaricie
simplemente al respirar

y erigir podría templos
con ofrendas para ahondar
en el amor que no quiero
ni perder ni abandonar

porque son interminables
los brazos de soledad
cuando sientes que de ellos
alguien desea escapar

hay quien anda sobre brasas
para la vida notar
cuando de pronto descubren
que aún están por despuntar

pues ¿qué haría un recién nacido
si al salir por el umbral
viera lo resbaladizo
que es el mundo a donde va?

querría poder el tiempo
a mi antojo congelar
para sonreír al viento
una última vez más


José Ángel Serrano Granados, 2011
(vpb)

domingo, 19 de junio de 2011

¿DÓNDE DEJAMOS LAS SILLAS…?

(memoria de un sueño, 6 de junio de 2011)


Mira qué día ha quedado, Pues toda la noche ha estado lloviendo, Eso es lo que tiene la primavera, Así están las macetas de mi patio, que da gusto verlas, Y el campo, que ya verás cuando pegue el sol y lo seque, No me lo recuerdes: el año pasado sacamos cinco sacos de la poda, solo del de dentro, Pues verás los mosquitos, en cuanto se vayan las nubes, No va a haber quien duerma, Mira: en ese escaparate, Ahí no hay nada, Pfff, llevamos recorridas no sé cuantas tiendas, Y las que nos quedan, ¿De verdad crees que vamos a encontrarla?, No sé, pero yo ya tengo los pies hechos polvo, Ya te dije que te pusieses un calzado más cómodo, Ya te veo, con tus sandalias de romana enrolladas en la pantorrilla. Y tú con esos zapatones, que da grima verlos, Es por si llovía, Pero si ha amanecido un cielo limpio, despejado, con un sol radiante, ¿Y quién iba a saber que no llovería, con este tiempo loco?, ¿No es eso lo que buscamos?, Quita, quita: de mangas largas, y encima rosa, Es verdad, no le pega, Además, la quiere verde, y sin dibujos, Sí, ya: verde esperanza, ¿Sabes lo que te digo?, Claro, que la vamos a comprar a nuestro gusto, Y si no, que hubiese venido ella a buscarla, Y a darse este hartón de andar, A bien que en la calle Madrid no hay tiendas. Vamos a entrar en ese bar, No, en el otro, que está más alto, ¿Nos sentamos en una mesa?, No, en el taburete de la barra, ¿Qué vas a tomar?, Pide café para los dos, que voy a desaguar, Date prisa, que yo también tengo que ir al baño.
Jobar, qué a gusto me he quedado, Y yo, Titi, Es que llevamos toda la mañana andando, Vaya que sí, Por cierto, Manu, ¿dónde dejamos las sillas…?

Elia Pérez

jueves, 26 de mayo de 2011

APUNTES PARA UNA ESTRATEGIA

(Un poema de José María Gómez Valero)


Ellos,
quienesquiera que seamos,
siempre serán más.

Nosotros,
quienesquiera que sean,
siempre seremos menos.

Una vez dicho esto
pasemos a la acción.

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Bien, pasemos a la acción: si a alguien le interesa el poemario "Poema solidario de AGEDEM 2011", para recogerlo en la FCPJH la noche de San Juan, tiene que decírmelo antes del 15 de junio.
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jueves, 19 de mayo de 2011

VI Premio Margarita Hierro, 2011

Gabriel Cortiñas gana el VI Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro con la obra "Hospital de campaña"
Reunido el miércoles 18 de mayo de 2011 el jurado del VI Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro, compuesto por Dña. Amalia Bautista, D. Luis Alberto de Cuenca, D. Ángel García López, Dña. Luz Pichel y D. Manolo Romero y actuando como secretaria, con voz pero sin voto, Dña. Tacha Romero, acordaron conceder el premio por mayoría a la obra titulada Hospital de campaña, presentada bajo el pseudónimo Hernán Pujato.
Una vez abierta la plica ésta resultó corresponder a Gabriel Ignacio Cortiñas.
Gabriel Cortiñas (Buenos Aires, 1983) publicó su primer libro, Brazadas, en 2007 (Edit. Huesos de jibia). En 2009 un segundo libro, aún inédito, fue finalista del Premio Indio Rico. Publicó artículos, reseñas y entrevistas a poetas en diversos sitios web. Es parte, junto a la poeta española María Salgado, del proyecto Contrabando. En 2010 fue invitado al Festival de Poesía Latinoamericana salida al Mar. Es profesor de literatura por la U.B.A y trabaja como docente.
En esta convocatoria se han rebasado las cifras de participación registradas, habiéndose recibido más de 250 poemarios. De entre ellos fueron seleccionados diez finalistas de gran calidad literaria. Hospital de campaña consiguió el consenso del jurado por las características singulares de su lenguaje y de su estructura. Manolo Romero apunta algunos de estos rasgos: "Es un libro articulado en racimo por poemas breves, antirretóricos, con metáforas arriesgadas, imaginativas y muy variadas. Se va desgranando el poemario y cada uva te sorprende con un sabor y una textura diferente que va, de lo sustancioso a lo agraz; de lo concreto a la abstracción; de la veladura, al primer plano inquietante de realismo mágico, y esa variedad te estimula para llegar al final del racimo de un tirón. Cuando terminas, con el escobajo en la mano, comprendes mejor al héroe-antihéroe que protagoniza el asunto".
Asimismo, el jurado quiso destacar de entre las obras presentadas aquellas que quedaron como finalistas:
- Hendidura
- Una ventana en el Lower East Side de Manhattan
- La entraña del mito
- El amor una ballena
- La caida hacia arriba
- Cuaderno de Rusia
- Armas de salvación
- Aguafuertes
-Invención de la piel
Esta 6ª edición del premio ha contado con una participación inédita hasta la fecha de 260 autores, de entre cuyas obras 246 han sido admitidas a concurso y el resto han sido descalificadas o no admitidas por incumplir las bases o por irregularidades en los envíos.
Este año ha aumentado visiblemente la participación internacional, sobre todo de países latinoamericanos, siendo los de mayor concurrencia Argentina, Perú, Cuba, Colombia y Ecuador. También se han recibido poemarios desde Portugal, Noruega, Francia, Nueva Zelanda, Japón, Holanda y de distintos estados de EE.UU.

domingo, 8 de mayo de 2011

poema solidario de AGEDEM

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SUMARIO

1.- Título
2.- Convocatoria
3.- Autores
4.- Obra final
5.- EM
6.- Comentario, calendario y otras disposiciones
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1 / TÍTULO
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poema solidario
2011
de
AGEDEM

C/ Álvaro de Bazán, 12 . Local 9 – 12
28902 GETAFE (Madrid)
Telf./Fax:916 966 792
agedem12@yahoo.es
www.AGEDEM.org
Colaboran: Ayuntamiento de Getafe,
Fundación Centro de Poesía José Hierro.
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2 / CONVOCATORIA
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“Hola. Necesito un poema”

Así empezamos, hace ahora un año, para acompañar la oferta de una flor con un poema. En esta segunda edición, que probablemente será el próximo 13 de mayo de 2011, sábado, en la Plaza de la Constitución de Getafe, queremos ofrecer, además de las flores, un poema o un cuento breve.
La finalidad es recaudar fondos para la asociación de Getafe de Esclerosis Múltiple (AGEDEM).
El Ayuntamiento pone las flores. El cuento breve, o el poema, lo pones tú. Si lo tienes, y quieres cederlo, deberá ser como máximo de unas 20 líneas el cuento, y 30 el poema, de tema libre, con la identificación que desees como autor, que acompañará a tu obra, y en formato Word o compatible.
La fecha límite de recepción de los trabajos será el 7 de mayo de 2011, y todos se publicarán en el blog de “creación poética”.
Puedes enviarlo al remitente de este correo electrónico (pedro bernal).

Como la rosa: nunca
te empañe un pensamiento.
No es para ti la vida
que te nace de dentro.
Hermosura que tenga
su ayer en su momento.
Que en sólo tu apariencia
se guarde tu secreto.
Pasados no te brinden
su inquietante misterio.
Recuerdos no te nublen
el cristal de tus sueños.
Cómo puede ser bella
flor que tiene recuerdos.

José Hierro
De “con las piedras, con el viento”, 1950

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3 / AUTORES QUE HAN DONADO SUS OBRAS
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Alberto Infante
Alicia Naya
Amalia Bautista
Ángeles Arranz Izquierdo
Ángeles Chozas
Antonio Delgado Cantero
Antonio García
Arsenio Sopeña Martín
Blas Mendiola
Élia Pérez
Elisa Baras
Emilio Polo Vilches
Esther Lucio
Estrella Juárez
Fran García
Irene Palomino
Isabel Fernández Lindo
Javier Saceda
Jéssica Arias Mingorance
Jesús Urceloy
José Ángel Serrano Granados
José Antonio García García
José María Chico
Lola Mendoza
Luis Felipe Comendador
Mabel Naya
Manuel (don nadie)
María Gabriela Lovera Montero
Marian Calvo
Marisol Huerta
Mercedes Pérez Amodeo
Mónica López Bordón
Paloma Espartero
Pbernal
Rosa María Ramos Fernández
Santos Fernando Arévalo Ávila
Sergio Pérez Sáez
Yolanda Román
Zeneida Pizarro


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4/ OBRA FINAL
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SFUMATO



Tan áspero era el mundo, tan hiriente,
que él lo difuminó para mis ojos.
Tan profundo era el corte que me hacían
las aristas de todo lo real,
que él decidió limarlas.
Tanto daño me hacía el movimiento
de la vida voraz,
que él lo detuvo en un instante.

Un preciado regalo contra el mundo,
contra la realidad, contra la vida,
contra la lucidez
y contra mi tristeza.


Amalia Bautista

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PALESTINA



Está la tierra llena de cipreses
y apenas dan ya trigo las cosechas.
Escuchan en la radio, sin asombro,
que su “cárcel” está siendo invadida.

Se izan banderas (duerme la memoria).
Un cañonazo rompe los tejados
y abrasa las alcobas donde habitan
el odio y el dolor mas ancestrales.

Iracunda, cautiva, solitaria,
revienta con un grito Palestina.
Y, exánime la Ley, el mundo ignora.

Soldados de las piedras, sois semilla.
Nacerán otros niños, y otras piedras
sin destino harán frente a los tanques.


Elisa Baras

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BREVE



Breve
como tu espera ingrata
a las noticias que no llegan.

Breve
como la imagen rota
en tus pupilas ya gastadas.

Breve
como el suspiro inmediato
que se agarra a tu alma.

Y en la brevedad del tiempo
ajado y molesto con la espera
se hace breve en la noche
más oscura y más eterna.

Y el silencio que respira por tus poros
acaricia levemente sus cabellos
para adornarle la mañana
aún dormida.

Y el silencio que se vuelve breve
Y romo,
Ese silencio azul que te envuelve
ronco y pálido,
atenaza mi vida. Hoy.


José María Chico
10.03.2011

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RÍO CANTARÍN



Río cantarín

que de destellos cegó

nuestra avaricia mató.

Ahora

es oscuro y ruin.


Alicia Naya

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MI AMADA AMOR



mi amada me despierta si estoy triste
con su color azul sus disonancias
y entre los altos gozos las distancias
desnuda se agiganta y me desviste:
tiene el color de las mujeres rotas
y el caracol que anuncia su epicentro
y tiene un manantial de sangre dentro
que no amaina jamás en las derrotas

mi amor torna el azul se hace relente
traza la línea donde el sol se parte
y canta al otro lado para echarte
de su lecho nupcial y omnipresente:
no sabe de arcimboldos no conoce
la feliz necedad de ser proscrito
ni busca ser la parte del delito
injusto de abrazar con sólo un roce

mi amada viste un armazón sumiso
con la palabra decidida y sabe
cuándo no debo blasfemar qué nave
será hoy ametrallada de improviso
en la dársena infiel de mis poemas:
oh capitán mi capitán mis manos
amputadas te ofrecen los veranos
bajo la sombra de los grandes temas

mi amada esconde rota mi palabra
con un deslumbramiento sine die:
hoya claudica calla avisa ríe
surte vacía se desmuere labra:
me pide la unidad pero no el uno
me arroja el loto pero no al leteo
viene para marcharse cuando leo
las páginas cerradas de mi ayuno

mi amor no quiere que me viva solo
ni que la soledad me alivie el paso
para ser solitude en todo caso
mi amor no quiere el dos en uno solo
mientras el odio toca su balada
en tribunas y palios y aulas frías
del septiembre infinito que estos días
nos hace a todos tristes para nada…


Jesús Urceloy
marzo de 2011

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TÚ NO ERES REINA



Porque tú no eres reina, eres reineta,
sin los vestidos largos que adormecen,
con columpios al aire que te mecen,
tú eres manzana, gorda, verde y prieta.

Esperando el mordisco que te meta
mis ganas y mis blancos dientes crecen.
De pensarlo mis carnes se estremecen,
como si fueses reina con peineta

Me enloquece tu cara tan rosada,
en tu casa jugando respingona,
colgada de la rama, mi manzana.

Por los mozos del pueblo deseada,
arrancada del árbol sin corona,
mañana tú, serás republicana.


Antonio García
aorejana.blogspot.es

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VERSOS ANCLADOS A TU PIEL



Una ilusión ante mis ojos.
El sauce cesó en llanto.

El sol fundía la nieve
formando un manantial
de cristalina agua errante.

El mar ancló en el muelle,
sus mensajes de espuma
se fundieron en la arena.

Susurró el viento
un poema que viajó
en su velero embotellado.

Y su melodía cantó:
“Entre mis manos duermes, amor…
Entre mis sueños…

No eran molinos, ni gigantes
sino besos de aire
que encontraron su destino.

Besos que encontraron su orilla,
su mar de tiernas sonrisas.

En tu voz escribo versos,
en tus labios duermo…”


Jéssica Arias Mingorance
Vila-seca, Tarragona,
aorillasdelalma@hotmail.com

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A “ROCIO” LE ROBARON SU HIJO



Fueron los años terribles
del nacional catolicismo
con el desgarro de España
represión muerte o castigo.

En la clínica de O’Donnell
quiso parir a su hijo
como era madre soltera
por muerto lo dieron fijo.

Mercenarios traficantes
de la vida y con la muerte
amparados por el régimen
criminales, malvada gente.

¿Y quien repara tu dolor
de madre que lo ha parido
sin encontrar tu progenitor
con los años que has sufrido?

Tantos años de castigo
el mundo entero a de saber;
metidos en el entramado
médicos y clérigos también.


Después de tanta injusticia
el temor metido en el cuerpo;
crímenes de lesa humanidad
hay que buscar el avispero.

Con asistencia o sin ella
de los jueces del franquismo
exhumemos las cunetas
y a hijos desaparecidos.

Una España en democracia
como país tercermundista
sin aclarar el pasado
vergüenza contrabandista.


EL PONTON DE LA OLIVA
marzo de 2011

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EN BUSCA DEL SENTIDO



En algún lugar he leído esto que ahora se me repite...
¿Quién habita en mi?...


Ese que de lo más profundo pulsa por salir
y al que el lenguaje no alcanza
ese que está en mí, pero que no es mío,
al que también encuentro en lo profundo de ti,
y en el interior de todo.

Yo siempre le estoy buscando,
más allá de mis sentidos,
en cada instante del mundo,
en el viento, en el aire, en los sonidos
y cuanto más le busco fuera
más me introduzco hacia dentro
hasta llegar muy profundo,
la morada del silencio
acallando mis sentidos
hasta que se para el tiempo,
donde habitan los espacios,
donde se expande lo eterno.

Despierto a otra percepción
y es ahí, que puedo verlo
en cada piedra, en cada árbol
en cada instante del tiempo,
la vida se manifiesta,
y entonces le puedo ver,
formando parte de todo
descubro que hay otros ojos
que las cosas son,
lo que en realidad no vemos
que lo que es afuera, es adentro
que yo no estoy solo en mi
que voy mas allá del tiempo
que me continúo en todo…
en el árbol, en la piedra y en el viento
que el Ser que quiere salir,
ya estaba fuera… y también dentro


Mabel Naya

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LAS GAVIOTAS
Para Carmen D. M.


Sagitario cabalga por el cielo
para herir
de gris y de nada
la tarde.

Nadie pudiera decir que la misma
existe,
con todas las miradas
en cuclillas.

Alguien desplegó sus alas
y fue al encuentro
de las gaviotas.

Alguien llenó de luces
sus vientres,
y todas las miradas
se elevaron
sin cadenas.

Y fue solo un instante,
una ilusión
del vuelo.



Antonio Delgado, febrero/2011
Primer premio de poesía Universidad de Mayores
Alcalá de Henares
Primer premio del XV encuentro de poesía
Carolina Coronado
Premio de Poesía Marcos R. Pavón 2011

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PARA ELLAS
(Para W. Szymborska,
a la que me gustaría conocer)

Qué se puede decir de la poeta
que un día o treinta días
escribe de las cosas que nos pasan

de las cosas que encuentra por la calle
de tu casa ocupada de su casa de pipas
de nuestro mundo roto
que ha empezado a coserse cremalleras
para que nadie pueda abrir los días
que dicen que nos quedan.

Qué se puede decir si siempre escribe
sobre esto o sobre aquello
que nos ocurre igual a casi todas

como esta soledad que nos envuelve
con vestidos de Zara o de color
que buscas en las tiendas como loca
cuando sientes el miedo en tus tacones

como el mostrarte dócil y sumisa
con un sííííí evita broncas por delante
aunque el hastío llene hasta los topes
tu memoria de cables USB

como el nunca dejar de sonreír
aunque tengas los dientes cansadísimos
o muy necesitados de unos braquets
que tengan un color de hierro nuevo

como olvidar tus ganas de pegarle
para no terminar en esos cursos
que dicen que mejoran tu destreza
de habilidad social en darle tortas.

Qué se puede decir
-además de pesada-
si ella vive el momento desplegándose
si ella lo cuenta todo todo todo.


Marisol Huerta
febrero 2011

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LLEVABA UN SENO AL AIRE Y…



Llevaba un seno al aire,
y en las manos una pregunta:

¿Me quieres?

¿Por qué no?, contestaron mis labios.

Unas manos roban un suspiro
y unos labios te piden un beso
que inocentemente das.

Sentiremos la suave brisa
en nuestros cuerpos.

Llevaba un seno al aire,
y en las manos una pregunta:



¿Me amas?

Sí, contesté.


Javier Saceda

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ANIVERSARIO



Enamorada sin remedio
del agua, la tierra y los astros
que dan vida a la palabra.
Abrazada al fuego que la consumía,
para alumbrar un sol y una luna;
manantial de dos nuevos astros,
y cautiva de un fuego abrasador.
Subió a la montaña buscando
la luz que alimenta el alma,
y se perdió en el laberinto
de una noche infinita,
sin atender el desamparo
en que los nuevos astros quedaban,
y el dolor inmenso del sol y la luna
que con tanto esfuerzo alumbró;
y del fuego que la cautivaba
y en silencio, junto a ella, se extinguía.


Blas Mendiola
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DOS VELOCIDADES



Ella se levantaba acelerada como todas las mañanas. Después de desayunar, volvía rauda desde la cocina, para darse una rápida ducha y advertirle que si continuaba así volverían a llegar tarde al trabajo, como todos los días.

Él con su parsimonia habitual, iba acercando su pie derecho al borde de la cama, para deslizarlo levemente bajo la sábana y el edredón, que a continuación iría cayendo milímetro a milímetro, hacia el frío suelo de la alcoba. Cuando tenía los dos pies sobre el suelo comenzaba a desperezarse poco a poco, y sujetándose los riñones, se incorporaba de la cama a la vez que lanzaba un bostezo, y farfullaba un inaudible buenos días.

Ella le dejaba abierto el grifo de la ducha, levantaba las sábanas de la cama y abría la ventana, para que se aireara la habitación. Como todas las mañanas, levantaba a las niñas, las vestía y hacía las camas del cuarto de las niñas y también la de su cuarto, recogía la ropa para llevarla a la lavadora y después de vestirse y acicalarse, salía monísima de casa y disparada hacia su trabajo, porque volvería a llegar tarde.

Él dejaba correr el agua del grifo del lavabo, sobre sus manos, para después de un rato de pensamiento en blanco, enjuagar su cara aún dormida con el agua fresca. Después pasaba a la ducha, donde dejaba caer el agua sobre su cuerpo flojo y pesado. Como cada mañana, se acercaba poco a poco a la cocina, para tomar el zumo y el café, que ella le había dejado preparado. Aún tenía que vestirse y llevar a las niñas al colegio, donde como todos los días la profesora estaba a punto de cerrar la puerta del aula. Y él, se disculparía de nuevo, por su tardanza, antes de arrancar el coche para entrar en el atasco de todos los días.


José María Chico 10.03.2011
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LA PALABRA



Desde niño tuvo gran afición por las matemáticas, el ajedrez acrecentó su ambición y sus ganas de obtener victoria al final. Así, en el momento en el que empieza a madurar el alma, la física le hizo sumergirse en la idea de que detrás de todo había razón.

Buscó y buscó, en sus estudios superiores alcanzó gran comprensión, pero había algo que se le escapaba, el porqué tenía esa forma cada ecuación, la perfección de un sistema caótico, lo predecible de la gente, con lo impredecible de ser humano en cuestión.

Pasó tiempo, y él nunca cesó, pasó su vida solo y cuando quiso darse cuenta envejeció; pero él buscaba, buscaba en todo, en el crecimiento de la hojas, en el sonido de una carretera de alrededor. Así un día, mientras paseaba junto a un arroyo, se sentó en una roca a reposar, y mirando eternamente el rebotar del agua contra la roca, lo entendió, sacó su libreta e intentó manifestar la ecuación en números, mas al darse cuenta de que era en palabras, una sonrisa iluminó su rostro, y falleció.


Tu Amado Pueblo

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MIÉRCOLES Y LA ECO



Yo te conocí antes que tú a mí. Cuando te vi por primera vez, eras… como una sombra gris perla, con un puntito en el centro. Colgabas de algo parecido a un cordoncillo. Luego fui viendo tu progreso: cómo la mancha se hacía cada vez más grande, y te salían alas a los lados. Siempre, cuando te veía, te saludaba, te llamaba por tu nombre, te daba besitos, te acariciaba. Ya falta poco para que tú me conozcas a mí, y espero con todas mis fuerzas que no te desilusione, y digas, con tus grandes ojos azules: ¡Anda!, esta es la voz que oía, y esas las manos que me acariciaban. ¡Ya está!, tú eres la abuela. Y papá y mamá se reirán cuando vean tu gesto de sorpresa...


Elia Pérez

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GOLPE DE ESTADO



El Consejo de Guerra enjuicia a puerta cerrada. Los ejércitos tardaron más de una semana en restituir el orden. La súbita alteración generó un apagón general, el desconcierto inexplicable en industrias y oficinas, disposiciones básicas desatendidas, incoherencia en las declaraciones, y mucha irresponsabilidad. La repercusión del incidente alcanzó áreas del transporte, zonas de recreo, parcelas gubernamentales. Los Coroneles encontraron serios e inesperados obstáculos en las operaciones para restituir la normalidad: señalización confusa en las vías de comunicación, carreteras borradas del mapa, sombra en las transmisiones, bloqueo en la eliminación de residuos, desbordamientos… Batallones enteros, dirigidos por veteranos oficiales, tergiversaban las ordenanzas de combate: deambulaban por los campos lejos de los objetivos, disparaban indiscriminadamente y, sin control, colapsaban los caminos. El informe emitido por el Estado Mayor, a diez días del incidente, difuminaba el levantamiento al comparar el apagón con los otros daños: tendían a considerar el hecho como un todo. Y apuntaban alto. Presenciaron, y así lo habían reflejado en los informes, cómo soldados selectivos cercaban defensas propias, aniquilándolas con ahínco, e, interrogados, justificaban su actitud en el acatamiento de órdenes. El Presidente General buscaba infiltrados, burladores de las defensas del SNC. No había otra forma de causar tanto destrozo. Un traidor. Un suicida. Y aún sigue buscando. En el Consejo de Guerra no hay inculpados. Todo apunta, sentenció el doctor, a un primer brote de EM.


pbernal
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ESTACIÓN



Vivo cerca de una estación de ferrocarril
para que los días
se prolonguen
y al asomarme al balcón
recién levantada
incorporarme
al bullicio
a cada pedazo de vida que diviso
a las correas del equipaje
a los barrotes de la jaula que viaja
a la colilla bajo la suela
contra el andén.
al sombrero lejano golpeándose
en las vías.

Vivo cerca de una estación de ferrocarril
para que amanezca
con la salida del primer tren.


Javier Koblan
Madrid
26 de enero de 2005

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HACE DOS MESES



Hace dos meses
que vive
en el banco
en frente de mi casa.

Signos oscuros
dibujan sus fronteras
-una maleta sin asa
azul
un paraguas quebrado
velas
en un santuario anónimo
danzantes bolsas
de nada
restos de comida-.


Hace dos meses
y aún
no le he mirado a los ojos



Ese tiempo mide
la anchura de mi miedo


Paloma Espartero

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EL SILENCIO



El silencio caía sobre la mesa donde comían los tres. Solo se oía la voz de la locutora de radio, que hablaba del terremoto, del tsunami, de la central atómica del Japón. De vez en cuando se miraban uno a otro, de reojo, y seguían comiendo. Parecían estar sumergidos en las noticias. Y, de repente, se oyó la voz de ella, que decía:
- ¡Pero vamos a ver, desde cuándo se fríen los boquerones sin pasarlos antes por la harina…!


Elia Pérez

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HOY VI UNA LUZ…



Desde lejos, abriéndose la tierra
vi una luz que amaba en presente,
a ritmo azul, con todos sus aromas
dejando la lejanía como rumor de viento
y sonreía.

Ella, apacible en la casa habitada,
sin apenas recuerdos,
hizo del gastado huésped
una leyenda inventada de invierno
donde recorrer la pena de la tristeza
era un paseo cada vez más lejano.

Hoy vi una luz…
El más bello amor abriéndose en el horizonte.


Mónica López Bordón


www.monicalopezbordon.com
http://vivirparacontarlaconpoesia.blogspot.com
http://lacomunidad.elpais.com/monicalopezbordon

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FLECHAS


I



Apareció de entre la niebla en un contraluz imperfecto. Estaba amaneciendo. Su silueta avanzaba como si flotase en la nada y lo único cierto en ella era su pelo rizado y rojo; como si ardiese. Pasó al lado de él con la indiferencia de quien se sabe observada, dejando un aire tibio a su paso como cuando el metro abandona la estación. Ella, olía a primavera. Él respiró hondo.-Hola -dijo con tono de adiós.-Hola- contesto ella sin girar la cabeza.



II



El aire salía de los respiraderos del metro casi con furia. La divertía pasar por encima de ellos haciendo las veces de Marilyn, aunque llevara pantalones. Imaginaba que podía volar como una hoja en otoño y la sensación del abismo bajo sus pies, sostenida por tan sólo por una rejilla, la daba vértigo. Quizás era esto en lo que pensaba (en vértigo y en volar) cuando cruzó la carretera mirando al cielo. Un coche cruel iba a cruzarse en su camino, pero una mano a tiempo la cogió sosteniéndola en tierra.
–Perdona, pero me he quedado colgado mientras volabas- la dijo un joven. En ese momento, ella extendió el brazo-ala y miró hacia abajo y de entre toda la ciudad pudo distinguirlo de los demás hombres.



III



¿Nunca te has despertado necesitando ver a una persona? Así es como él se levantó de la cama aquel día. Necesitaba verla. Necesitaba hablar con ella. Necesitaba decirla que aunque era una desconocida la conocía desde hace muchas vidas.



IV



Te amaba.


Manuel
don_nadie@eresmas.com

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A VECES SOY



A veces soy

una vieja barquita
que golpea el mar
una y otra vez contra el acantilado

y otras un buque de guerra
al que la fuerte embestida de las olas
sólo le hace una caricia.

Algunas veces soy

una paloma mensajera en paro
sin un triste mensaje que llevar

y otras, un águila
que vuela y rompe el viento
y tiene el espacio todo para él.

A veces soy

una pequeña lagartija
atrapada en un frasco
por la crueldad inconsciente
de un niño

y otras un camaleón
que se esconde con maestría
bajo su disfraz.

Algunas veces soy

una sombra entre las sombras de la noche

y otras un rayo de luz entre la luz.

A veces soy

todas las furias desatadas

y otras soy bandera
blanca de la paz.

A veces soy tormenta estruendosa

y otras lluvia mansa
que calma las sedientas
entrañas de la tierra..

Y siendo todo esto, nada soy
mirando en perspectiva
desde un punto imaginario
de la eternidad.


Marian Calvo

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LAS DOS ORILLAS.



Tú y yo pertenecemos a orillas diferentes del río. Tengo una idea, podemos construir un puente para encontrarnos. Los dos sabemos que el punto más frágil es su mitad y que los dos mas sólidos una orilla o la otra. La pregunta nos sale al unisón: ¿A qué orilla vamos?, yo creo que por amor hacia mí tu elegiste mi orilla, pero me pusiste una condición que yo cruzase a tu orilla para hacer juntos el camino definitivo. Allí estaba yo, en tu orilla, y los dos juntos para volver a mi orilla. De repente, al inicio del camino por el puente que nos llevaría a la orilla elegida, el cielo se oscureció. No habíamos llegado a la mitad del puente y ya habían caído muchos rayos y truenos que nos asustaron. Todo cambió y llegó la lluvia que provocó la gran riada que destruyó nuestro puente y nos arrastró. Ya no somos nada porque nos ahogamos, pero nuestros cuerpos se transformaron, no sabemos en qué, ni en donde, solo sabemos que por nuestro amor seguimos juntos para la eternidad.


Ángeles Arranz Izquierdo.

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UNA MUJER DE RECURSOS



El problema era que se había quedado rígido. Había muerto de madrugada, el invierno es duro en la montaña palentina y la casa no tiene calefacción.
Había muerto sentado a la mesa del comedor, con la barbilla apoyada sobre la mano izquierda, y ella no se dio cuenta hasta las ocho y media, cuando se levantó para preparar los desayunos, y aunque llamó corriendo al médico éste llegó pasadas las nueve y media para certificar lo evidente, “por mí pueden ir llamando ya a la funeraria y luego se pasan por la consulta a recoger el certificado”, dijo, y allí les dejó, a ella y a las tres hijas, con el fiambre a cuestas, nunca mejor dicho, porque entre las tres tuvieron que cargarlo hasta el dormitorio, y ya durante el trasporte les sorprendió lo avanzado de la rigidez, no había forma de ponerlo derecho, de doblarle las rodillas o de estirarle el codo, y para vestirlo se las vieron y se las desearon, “no sé yo” dijo la mayor de las hijas, “como lo van a poder meter, duro como está, que él flaco y nervudo en vida ya era, pero así, tan tieso y tan muerto…”, “pues algo habrá que hacer antes de que lleguen” dijo la segunda, “en tres cuartos de hora han dicho y no sé cómo…” añadió la tercera, pero ya la madre, campesina toda su vida, y mujer de remango, guarra y más basta que la lija del cuatro a decir de las vecinas, pero decidida y enérgica, eso no puede negarse, tres partos y los tres en casa, se ocupa de las vacas, trasquila las ovejas, destaza los cerdos, siempre fue quien llevó los pantalones en esa casa, si a eso se le puede llamar casa, malmetían las más deslenguadas, ya ella estaba dando como siempre las órdenes “ponedle la camisa nueva, pero del revés y bien abrochada” dijo “y traedme el mazo, el grande, el que está en el pajar”, de forma que cuando llegaron los de la funeraria encontraron el cadáver preparado, vestido con camisa blanca y traje negro (su viejo traje de boda) y no tuvieron problemas para meterlo en la caja, porque fueron la mujer y las hijas quienes lo hicieron, “a mi marido y padre de éstas” les dijo la mujer con cara de pocos amigos “solo lo tocamos nosotras”, y no era caso de ponerse a discutir, “cosas más raras se ven en este oficio” murmuraron “y si tienen ese último capricho, qué mal hay en ello”, solo que al inclinar el féretro para bajarlo por la escalera, que era estrecha y de techo bajo, y luego, al meterlo en el furgón, y todavía después, en el cementerio, mientras lo cargaban para acercarlo a la fosa, les sobresaltó un ruido que nunca habían oído que, tal como contaron luego a cuantos quisieron oírles, era como un sonido como de piezas sueltas chocando unas con otras, como si el contenido de la caja no fuera el cuerpo, más o menos rígido, de un viejo muerto en pleno invierno sino un saco más o menos informe de huesos sueltos y de ternillas descoyuntadas.


Alberto Infante

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LA VIDA ES UNA MUJER... COMO LA MUERTE



Tenerte es la pasión;
buscarte...
es ese nervio pánico
que corre entre la frente
y los despojos
como un guepardo inquieto
y hecho al hambre;
saberte es la verdad
de una fe incierta
que busca combustión
en ser un tacto...
y ser para que seas
es lo que hago
justo cada mañana al levantarme.

¿Por qué si eres huida sigo preso?

La vida es una mujer...
como la muerte,
con pechos y caderas poderosas,
con brazos de abrazar,
con ojos vivos
capaces de comer de una mirada,
con muslos infinitos
que saben apretar si la penetras
y un sexo siempre en flor para libarlo...

Yo la adoro, sin más,
y cada día
quiero hacerle el amor...
pero no puedo.

Dime... ¿por qué si eres huida sigo preso?


luis felipe comendador

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LA ESPERA DE LOS GRANADOS



Cuatro minutos faltan a la herida,
sentado espera la llegada del animal
metálico.
En esta noche de invierno y solitarias calles
ha escuchado poemas mientras los granados
esperan primaveras.

El genio de los ojos de loco le mira
sorprendido, se atusa los bigotes,
su sonrisa es una mueca, un quejido.

Ya resuella por el túnel,
ya viene con sus ojos lunáticos
para tragarle.

Presiente que lanzará sus huesos a las tinieblas,
porque conoce bien todos sus miedos.


Lola Mendoza
Alumna de los Talleres de poesía
de la Fundación José Hierro.

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ESPERANZA



Dicen que no hay esperanza
pero sé que es mentira.
Mis pupilas se encienden
cuando se abren mis párpados
y en mis ojos hay luz.
En mis tímpanos suenan las palabras
en la soledad del silencio.
La mudez de mis labios dura
lo que tardan mis cuerdas
en articular los sonidos.
Si tengo sed bebo agua
y la oscuridad se disuelve.
Al acariciar la piel del cristal
se despiertan las yemas de mis dedos.
Bajo mis pies hay tierra fértil
hay aromas de esencias en el aire.

Que anuncien tempestades y tormentas,
tifones y huracanes,
aprendí a levantar ante el verdugo la mirada
y saciar la sed de mis labios
entre las llamas del infierno.


José García García

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¡PRIMAVERA!



En esta primavera que florece
mi espíritu y mi vida se renuevan.
Las mañanas, dorados de miel llevan,
y la tarde, entre rojos se adormece.

Un febril sentimiento me estremece.
Las estrellas titilan, se sublevan,
circundan a la luna, el cielo nievan.
La noche constelada en mí se mece.

Hazme sentir eterna ¡Primavera!
Y que la luz inunde mis sentidos,
tu música estremezca mis latidos,

y salga a recibirte la primera.
Que tu aroma en el viento permanezca,
y que tu alma en el tiempo no perezca.


Rosa María Ramos Fernández
28 de Abril de 2010

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ELIA



Ven, siéntate a mi lado.
Descubramos de nuevo el
amanecer.
Volvamos a soñar en el
lento atardecer.
Las ruedas son para las maquinas,
no para las personas que aman.
Ven, abrázame.
Tu cariño calma el dolor,
aparta las barreras, lleva
las olas del mar a mis manos.
Mi cuerpo es carne; pero mi alma
es libre como las lágrimas vertidas
por tenerte a mi lado, por sentirte
tan dentro de mí, por regalarme
la sonrisa que a veces olvido.
Sí, siéntate a mi lado;
volvamos a caminar, nuestras manos
unidas, en esta hermosa noche de
suave brisa, besos silenciosos,
miradas donde las palabras
dejan de tener sentido…
Ven; hazlo...; siéntate a mi lado….


Sergio Pérez Sáez

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UNA HOJA CAE



I


Una hoja cae
cae un rayo de luz tras esa hoja.
El niño mira impaciente
la madre no tanto
no tanto, porque no siente
la luz.
Coge la hoja el niño
sigue mirando su luz
la madre no tanto, sólo ve
la hoja en la mano del niño.


II


Entretanto,
la luz continúa aquí,
esperando el amanecer de
esos ojos que osan no saber
nada.
Ella por todos lo espacios
habitables. Se mueve por todos
los rincones no visibles.
Ella ingenua, intenta
abarcar el universo,
instalarse en mentes
de seres extraordinarios.
Exigentes, extremadamente sutiles,
infinitamente sutiles. Sutiles.


III


Una hoja cae.
No hay rayo de luz.
La hoja se deslizó de la mano del niño.
No hay luz.
La luz busca refugio en los ojos de ella
ella no tanto, no tanto...


zepi

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ADORMECE



En su oquedad, conserva los vapores
entre las fisuras desgastadas por el tiempo.
Deleite de sabores compartidos,
barquitos de pan flotando
entre el aroma humeante del café,
calidez en las manos
de aquellas mañanas de invierno.
Rincones con olor a condimento
de nostalgia,
vacío de lo que se fue

Ahora,
como una joya arqueológica,
es el adorno más preciado
de nuestra vieja alacena.


Ángeles Chozas.

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LAS FLORES



Soy imparcial con las flores.
Todas me parecen luminosas.
Me acerco a ellas de puntillas,
--nariz y tacto—
Enardecida
imito el zumbido de los cigarrones.
Las flores me ignoran por completo.
Se tienden al sol,
boquiabiertas
y aspiran algo diferente del aire,
una cierta dulzura
que sólo los insectos y pájaros elevan.

Las he observado largamente,
cómo balancean su belleza hasta los ojos,
exhalan ternuras en la noche
y condensan la brisa
en la efímera punta de sus pétalos.


María Gabriela Lovera Montero

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PAZ EN BALLESTEROS



Hijo del manganeso y las encinas,
del terrón, del calor, del viento helado,
de un beso en la penumbra, enamorado,
de incesante volar de golondrinas.

Hermano del balido y las majadas,
del surco, del sudor y del olivo,
la risa, la canción de un día festivo,
hermoso despertar, tus alboradas.

Por el mundo, camina un ballestero,
Calatrava es su cruz y su destino,
su queso, su cantar, y su buen vino.

Su dolor, tal pesar, su amor mas fiero,
villa de Don Quijotes y escuderos,
¡aquí mana la paz!, en Ballesteros.


Santos Fernando Arévalo Ávila.

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EL NIÑO JUANILLO Y EL CARDO BORRIQUERO



Cuando el niño Juanillo vio los rayos de sol golpear en el cristal de su ventana, llamó impaciente a su madre, para que le llevara cuanto antes a su jardín.
El niño Juanillo, no estaba ansioso por ver las rosas, las azucenas, ni los jazmines... que ya sabe que son flores tan bellas. No. Estaba deseando ver la extraña flor, que había crecido en medio de todas ellas.
Su madre, como cada día, le vistió, peinó y una vez le hubo dado el desayuno, le sentó en su silla de ruedas para salir al jardín.
Hacía un día espléndido. El niño Juanillo preguntó a su madre qué clase de flor era. Sabía que era diferente, porque pinchaba y no era tan hermosa como las demás. Pero a él le gustaba.
-Es un cardo borriquero -le respondió su madre-. Tendré que cortarla, no vayas a lastimarte con ella. Además, no es tan bonita como las otras.
-¡No...! ¡No lo hagas, mamá...! -gritó el niño Juanillo, mientras resbalaban unas cuantas lágrimas por su cara.
El niño Juanillo no veía la razón para cortar aquella flor. Para él no era tan extraña, ni diferente. Porque él sabía mucho de eso, de sentirse extraño y diferente. Y a partir de ese momento, cada vez que miraba el cardo borriquero, sentía, que todas las personas, ya estuvieran sanas o enfermas, como las flores de su jardín, todas, todas, eran iguales.


Isabel Fernández Lindo

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NO QUISO ESCUCHARME

Hola, soy del taller de música y poesía, dirigido por Aldo Cano. Aquí te envío una mixtura creada a partir de la poesía de Juan del Encina, Yo me estava reposando, y la respuesta de un personaje de ópera llamada Adriana Lecouvreur que comienza cantando: Ecco: respiro apenna.... Espero que os guste. Un saludo cordial. Yolanda





Apenas casi respiro…
En mis cuitas yo pensaba
cuando un vate acercose
al lado de mi ventana.

Dejose llevar dolido
por la pena que le ataba.
Sus lamentos me decían
que fuese yo su amada.

Mas no quiso escucharme
empeñado en tal locura,
pedile que me dejase
contar la mía postura:

“Sólo soy un ser humilde
del Dios que me ha creado
mis palabras no redimen,
al corazón van llegando.

Soy acento en el verso
el eco del ser humano.
Soy un frágil instrumento
manejado por su mano.

Terrible, tristona, feliz,
Fidelidad me nombraron.
Mi voz es sólo un matiz
que cada mañana proclamo”.

Cabizbajo se marchaba
al oír estos mensajes
“¿Qué por ti hacer pudiera
sin que ello me matase?

¿Tal vez os pedí la vida
cuando apenas me miraseis?
Vuestro dolor me lastima
doble pena me dejasteis.”

Después de tanto mirarlo
y escuchar su porfía
aplaudile su coraje
mas no lo que proponía.

A su casa suspirando
se volvió sin alegría
ya el cielo clareaba
ya el alma me dolía.


Yolanda Román

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las hojas caen,
caen

el viento sopla, sopla

las hojas corren, corren

las hojas caen,
caen

el viento sopla, sopla

las hojas corren, corren


Irene Palomino

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COSAS DEL AMOR



La mujer que subía la calle, era observada por un caballero que, apoyado en un “chiringuito” publicitario, esperaba.
El paso de la mujer era tan lento que parecía que el tiempo no contaba. A cada poco se paraba para reavivar sus escasas fuerzas. Se apoyaba en su bastón y miraba alrededor cohibida, como si sintiera deseos de disculparse por su lentitud.
Se adivinaba algo en ella que decía que había sido una mujer muy bella: Su porte, un leve gesto, un insignificante parpadeo, lo corroboraba.
Al llegar a la altura de donde estaba apostado quien la observaba, éste se dirigió a ella y galante le dijo: “¿Me permite que le diga que es usted muy bella y que su mirada hace al día más luminoso?”
Ella le dedicó una tímida sonrisa y un poco azorada le contestó: “Gracias caballero, es usted muy generoso”. Para agregar a continuación: “¡Anda zalamero! nunca vas a cambiar... es un poco tarde y los nietos estarán a punto de llegar a casa para comer”.
Cogidos del brazo y apoyándose el uno en el otro, continuaron subiendo la calle que se les hacía interminable... Lo mismo que el amor.


Emilio Polo Vilches
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PIES EN LA TIERRA



es ilusión que se revela triste
volando sobre ruedas
como simulación de libertad

parece que se mueve por el aire
bebiéndolo a dos manos
con un mando a distancia

apunta y se presenta
allá donde le llevan los deseos

pero no se ha movido del asiento

eso que ve no sabe si es real
o está incrustado en la pantalla chica

ataduras
que a duras penas suplen las ansias de volar
salvar el escalón con alas en las manos
navegar el otoño
sobre las hojas secas del castaño de indias
sentir cómo la fuente acaricia el oído
la brisa de los pasos por la yerba mojada
paladear el canto de la senda…

es ilusión que se revela triste
cuando todo en la senda son obstáculos.


Pbernal

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MUJER LUZ



Para mirarme, necesito ver mis ojos.
-No puedo ver mis ojos-
Veo tus ojos reflejados en mi alma.
Antes de ti..., no sé qué decirte.
Antes de ti una sombra,
una piedra con figura de mujer.
Yo mujer del tiempo y sin futuro
Tú luz ausente,
cuerpo lejano, alma y cuerpo.
No veo mis ojos. Mis ojos no me ven.
Caigo en el estrepitoso abismo,
en la oscuridad del deseo absurdo,
en el perpetuo deseo de no ser,
de no estar y estar a la vez pétrea.
Figura y piedra hecha mujer.
Todo a la vez y nada.
Hoy tú, rosa y risa.
Forma lúcida, despertar,
acontecimiento nuevo en el
ocaso de mis días. Retroceso y avance.


Zepi.

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MIENTRAS



Yo aprovecho los blancos de la espera.
Los extiendo en la mesa
y coloco sobre ellos todo
lo que duele o ríe de la carne:
palabras dulces,
amargas,
que hagan que el corazón
valga la pena.


María Gabriela Lovera Montero

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NO NACIÓ COMO AHORA LA VEIS EN ESTA FOTO



No nació como ahora la veis en esta foto
casi velada de tiempo,

Ella pisaba flores con los pies
cuando lavaba ropa en aquel río,
después parió los siete hijos
con sábanas viejas y palancanas.

Aró el campo de los otros,
lavó la ropa sucia de los otros
para al final del día escuchar
el escaso sonido del metal en su mano,
y comprar el pan que sacia el hambre.

Más tarde tres mujeres lavan en el río,
una vieja acartonada, dos con Abril en los senos.

Luego una guerra, y en un pueblo pequeño
que es más guerra.

El tiempo que seca la sangre y las lágrimas
y la piel volviéndose papel y esponja el pecho

Ella sentada a la puerta de su casa
con ojos de conocer el mundo y sus mentiras.

Ella, que cogía mis pequeñas manos
entre sus huesos afilados, mientras me decía
vive, sé tu misma y no hagas caso de nada.

Ella que no sabía escribir ni leer
que nunca se movió de su pequeño espacio,
Ella que vive en mi sangre y en mis letras.


Es Abril, zurea la paloma, hablan
los trinos en el árbol y
Elena se irguió del suelo y ya
camina.


Lola Mendoza
Centro de poesía José Hierro

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PARA USTEDES



Para ustedes que extienden sus brazos a la vida.
Para ustedes que perciben el trisar de las golondrinas
en el bullicio de la ciudad.
Para ustedes que lanzan las redes en aguas turbulentas
con la esperanza de recogerlas llenas.
Para ustedes que labran la tierra
en la incertidumbre de si será generosa.
Para todos ustedes, son estos versos que aquí descansan,
como descansan las cosas que entre nosotros habitan.
Amiga, amigo, para ti los escribo.
Para que tu imaginación vuele como vuela la mía.
Para que tu mirada se pose en el mar de las palabras
y oigas bramar los torrentes que de ellas se desprenden.
Como el viento que rompe el silencio,
los escribo.
Como el jadeo de los amantes,
los escribo.
Como el insomnio que decae al alba,
los escribo.
Para ti que caminas entre la muchedumbre
encerrado en tu interior,
los escribo.
Estos versos son para ti, amigo o amiga
que en este momento
me lees o
me escuchas.


Emilio Polo Vilches

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MARGARITA ES UNA FLOR



margarita es una flor
del jardín de mi ciudad
adorna las bellas calles
los parques de mi lugar
*
la belleza de una flor
es el tiempo que perdura
sin llegar a marchitarse
conservando su frescura
*
es una flor tan bonita
que siempre da resplandor
en lugares que se ponga
y también en tu balcón
*
sus pétalos son tan blancos
que destellan como el sol
cuando los días son tristes
y la deshojas con amor
*
deshojar la margarita
es de todo enamorado
y durante la vida
cuando uno está atascado.


EL PONTON DE LA OLIVA

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TRAS LA VENTANA



A través de la ventana
veo deslizarse suavemente el otoño
en su círculo infinito.
Ni siquiera es consciente
de que circula
ni siquiera de la nostalgia
que deja en mí.
Ahora sus hojas caen con languidez
marrones, verdeapagadas
doradas, indefinibles,
teñidas de una dulce melancolía
danza de vida y muerte
color de ocre.
A través de la ventana
amo el otoño,
ternura, baile amarillo
aire fresco de la tarde,
corazón de nubes grises,
brisa que besa las nubes.
A través de la ventana
siento el otoño
entre cristales de lluvia,
olor a tierra mojada,
pájaros bajo las tejas,
gemir de árboles desnudos,
puerta del invierno blanco.


Marian Calvo

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TÚ Y YO
"Porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero"
Mario Benedetti



_________Como un pacto de amor secreto
nos amamos en silencio
en el eco de nuestro latir.

En sueños. Juntos. Nos quisimos.

Como un pacto silenciado
nos amamos tú y yo,
donde cada mirada
parecía ser un tierno beso
y un susurro -casi insonoro-
insinuaba un "te quiero" a voces.

Sentí tu amor tan cercano
que sentí temor de perderme
en su cálida brisa.
Tú sentiste mi amor en tus manos.

Nuestro pacto secreto
dio a la luz un beso
y firmamos nuestras almas
prometiendo amor eterno.


Jéssica Arias Mingorance

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SIN TÍTULO



Palpita el sol en telaraña
entre la píldora
gemela la mañana turbia
y la ceniza
salada del lagrimal seco.

Otro cabo
y el nudo
que enlaza el azar
desata doctrinas
fósiles
manuales
envejecidos
polvorientos
huesos
que no encuentran la tarde
sin la sorpresa de las manos
que asisten
a mi sistema nervioso.



- - Guarda el beso y el vino
- para cuando la noche
- nos asista y desate
- en todas las mañanas -.


Fran García

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VALQUIRIA



Por espacio de unos segundos…
un corazón, sumido en la oscuridad,
se baña en tu luz.

Un suspiro brota de los labios impacientes
que saborean las finas hileras de aire
que rodean su piel.

Bastiones de humildad que sostienen
el alma que viste tu cuerpo,
donde habitan un corazón generoso
y una voluntad de hierro.

Recipiente de carne y hueso
que protege el deseo, que ahora,
yo también llevo dentro.

Robo las joyas que son tus besos
al orfebre del tiempo
que paciente, las engarza despacio
para no perder el aliento.

Complacido y aliviado, me rindo
me dejo caer al suelo, pesado…
y a la vez ligero.

Por espacio de unos segundos
un rayo atraviesa de norte a sur el cielo,
iluminando tierras oscurecidas
por la noche.

El fuerte resplandor me alerta,
abro los ojos… y te veo.

José Ángel Serrano Granados

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CORRE



corre por los que quieren
por los que se rebelan
por los de risa clara
y lágrimas ocultas

corre tu pie ligero
por los de remo torpe
que envidian tu carrera
sobre la piel del mar

corre sin distraerte
sobre la yerba fresca
sobre la arena tibia

corre no te detengas
corre con sobredosis
corre por la esclerosis

pbernal

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RAZÓN DE OLVIDO



Con agujas de pino, cosía un dobladillo
a una hoja caída.
Después me la entregó.
Me la puso en la palma de la mano.
Dijo que era una estrella.
Me gusta este verso donde escribo mi nombre.
Ahora, le doy la vuelta a los bolsillos
buscando aquella hoja.
Tal vez su corazón recoge lluvia.


Estrella Juárez
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BRINDEMOS



Otro día amanece
sin miedo,
sin temblor.

De nuevo,
el día.

La noche evaporada
borra el silencio, lo hace transparente.

Las palabras
aciertan la belleza impredecible.

Hoy es el día.

Brindemos.


Mercedes Amodeo

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ELIA



Araño al tiempo que, despacio lleva
cada día, más lejos el presente.
La oscuridad me va estrechando,
no me deja invertir al todavía,
regresar a dónde alguna luz se divisara
como si fuera ayer.
Quién mide las distancias por dónde no hay camino
si un rayo invisible descose la memoria.
No se puede agrandar el campo.


Estrella Juárez

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5 / EM
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¿Qué es la esclerosis múltiple (EM)?
Es una enfermedad crónica del Sistema Nervioso Central (SNC), desmielinizante, progresiva y de incierta evolución.
¿Por qué surge?
Su causa es desconocida, pero probablemente es fruto de una determinada predisposición genética junto con un factor ambiental (quizá un virus común), que al aparecer en la misma persona produce una respuesta errónea del
sistema inmune (de las defensas).
¿Qué síntomas presenta?
Los síntomas más frecuentes son: visión doble, borrosa o pérdida de visión. Fatiga excesiva y temblor. Problemas de control urinario. Pérdida de fuerza o de sensibilidad en una parte del cuerpo. Problemas de memoria o concentración.
¿Quién la padece?
Es la enfermedad neurológica más frecuente entre adultos jóvenes. Suele aparecer entre los 20 y los 40 años,
y afecta más a las mujeres que a los hombres.
Datos sobre la esclerosis múltiple:
No es una enfermedad fatal. La mayoría de los que padecen EM puede tener una esperanza de vida casi normal. No es contagiosa, ni mortal. No es un trastorno nervioso o
psiquiátrico. Se calcula que hay 60.000 afectados
en España, y más de dos millones en el mundo. Cada caso
tiene una evolución distinta. No es posible anticipar
si la enfermedad será grave o no.
¿Qué es AGEDEM?
Es la asociación Getafe de Esclerosis Múltiple. Es una Asociación para dar servicios a los afectados y sus familiares. Está constituida legalmente como Asociación sin ánimo de lucro desde el 20 de febrero de 1996. Está adherida a AEDEM (Asociación Española de Esclerosis Múltiple), que está declarada de utilidad pública. Pertenece a la Federación de Asociaciones de EM de la Comunidad de Madrid. Así como a la Federación de Minusválidos Físicos de Madrid (FAMMA).

poema solidario de AGEDEM, / mayo de 2011 / Edita: pbernal bernpedro@gmail.com / la propiedad de los poemas y de los
relatos es de sus autores / copyfree.

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6 / COMENTARIO, CALENDARIO Y OTRAS DISPOSICIONES
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Para quienes hayáis llegado hasta aquí:
- se han editado diez ejemplares de cuatro cuadernillos, en los que se ha dividido el conjunto poético;
- estos cuarenta cuadernillos se ofrecerán en los actos y mercadillos solidarios para recaudar fondos, por un donativo;
- el calendario de actos para mayo de 2011, es:
--13, 14 y 15, Feria Informativa de Asociaciones, en Getafe;
-- el 20, “Una flor por la esclerosis múltiple”, en la Plaza de la Constitución de Getafe;
-- el 28, el Mercadillo de las Asociaciones, en la Cibelina, Getafe.

Quiero reiterar mi agradecimiento a todos los autores, por su generosidad al participar en esta iniciativa solidaria.

Quedo a vuestra disposición
pedro bernal
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sábado, 30 de abril de 2011

El 14 de mayo

corre

corre por los que quieren
por los que se rebelan
por los de risa clara
y lágrimas ocultas

corre tu pie ligero
por los de remo torpe
que envidian tu carrera
sobre la piel del mar

corre sin distraerte
sobre la yerba fresca
sobre la arena tibia

corre no te detengas
corre con sobredosis
corre por la esclerosis

pbernal

viernes, 15 de abril de 2011

Antonio Delgado y Susana Obrero

Antonio Delgado y Susana Obrero ganan el III Premio de Poesía Marcos R. Pavón

Reunido el jurado del III Premio de Poesía Marcos R. Pavón, compuesto por los poetas Ezequías Blanco, Cristóbal López de la Manzanara y Matías Muñoz, y actuando como secretario, con voz pero sin voto, Manolo Romero, acordaron conceder ex aequo el premio a las obras tituladas Versos de seis a ocho y Violines y panderetas, cuyas plicas, una vez abiertas, correspondieron a Antonio Delgado y Susana Obrero, respectivamente.

La Fundación les envía la más calurosa de las felicitaciones y hace saber a nuestros usuarios y amigos que ambas obras serán presentadas en la Vigilia Poética 2011, que se celebrará el 17 de junio en nuestras instalaciones.

Sobre el Premio Marcos R. Pavón

En enero de 2009 se convocaba por primera vez el Premio de Poesía Marcos R. Pavón para alumnos y ex alumnos de la Fundación Centro de Poesía José Hierro, en recuerdo de un gran amigo de esta casa y como símbolo de amor a la poesía y de compañerismo. El éxito de participación de aquella convocatoria y de la subsiguiente, como estímulo a la creación y posibilidad de darse a conocer, llevó a la Fundación a dar continuidad a este certamen y al espíritu conmemorativo y solidario con que fue concebido.

Anteriores ganadores del premio:
-(2009): nunca-de-sus-ojos, de e-lena rodríguez
-(2010): Ascensores, de Alberto Guirao

miércoles, 16 de marzo de 2011

Miércoles y la eco

Miércoles y la eco


Te conozco. Tú a mí no.
Eras un suspiro gris
con un puntito en el centro,
columpiando de un cordel.
Fui viviendo tu progreso,
mancha que se hace más grande
con alitas a los lados
y movimiento sin fin
buceando en la piscina.
Siempre, cuando te veía,
te llamaba por tu nombre,
te acariciaba y besaba.
Pronto llegará el momento
de que me mires a mí.
Con todas mis fuerzas, quiero
que no te desilusione,
y, con tus ojos azules,
digas:
- ¡anda!, esta es la voz
que oía, y esas las manos
que caricias derramaban.
¡Ya lo tengo! eres la abuela.

Y papá y mamá reirán
con tu gesto de sorpresa...


CandElia
16/03/2011

miércoles, 9 de marzo de 2011

Necesito un poema

“Hola. Necesito un poema”. Así empezamos, hace ahora un año, para acompañar la oferta de una flor con un poema. En esta segunda edición, que probablemente será el próximo 14 de mayo de 2011, sábado, en la Plaza de la Constitución de Getafe, queremos ofrecer, además de las flores, un poema o un cuento breve.
La finalidad es recaudar fondos para la asociación de Getafe de Esclerosis Múltiple (AGEDEM).
El Ayuntamiento pone las flores. El cuento breve, o el poema, lo pones tú. Si lo tienes, y quieres cederlo, deberá ser como máximo de unas 20 líneas el cuento y 30 el poema, de tema libre, con la identificación que desees como autor, que acompañará a tu obra, y en formato word o compatible.
La fecha límite de recepción de los trabajos será el 7 de mayo de 2011, y todos se publicarán en el blog de “creación poética”.
Puedes enviarlo a pedro bernal, remitente de este mensaje.



Como la rosa: nunca
te empañe un pensamiento.
No es para ti la vida
que te nace de dentro.
Hermosura que tenga
su ayer en su momento.
Que en sólo tu apariencia
se guarde tu secreto.
Pasados no te brinden
su inquietante misterio.
Recuerdos no te nublen
el cristal de tus sueños.
Cómo puede ser bella
flor que tiene recuerdos.

José Hierro
De “con las piedras, con el viento”, 1950”
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domingo, 20 de febrero de 2011

ruedas

pies en la tierra


es ilusión que se revela triste
volando sobre ruedas
como simulación de libertad

parece que se mueve por el aire
bebiéndolo a dos manos
con un mando a distancia

apunta y se presenta
allá donde le llevan los deseos

pero no se ha movido del asiento

eso que ve no sabe si es real
o está incrustado en la pantalla chica

ataduras
que a duras penas suple las ansias de volar
salvar el escalón con alas en las manos
navegar el otoño
sobre las hojas secas del castaño de indias
sentir cómo la fuente acaricia el oído
la brisa de los pasos por la yerba mojada
paladear el canto de la senda…

es ilusión que se revela triste
cuando todo en la senda son obstáculos.

viernes, 11 de febrero de 2011

REVISTA DE POESIA

Os mando este enlace de una revista de poesia de los chicos de la clase de Ada Salas.

http://issuu.com/conversos/docs/revista_conversos_n1

viernes, 4 de febrero de 2011

¿Qué le pasa a mamá?

(Cómo explicar a un niño qué es la esclerosis múltiple)





¿Qué le pasa a mamá?

Rosa Mª Rodríguez Alonso











¿Qué le pasa a mamá?
Autora: Rosa Mª Rodríguez Alonso
Dibujos: Alberto Benítez Lugo
Y Marisa Benítez Lugo
Maquetación: José Antonio G. Álvarez
Edita
Federación de Asociaciones de Esclerosis Múltiple de Andalucía
Teléfono 902 430880
www.esclerosismultiple@hotmail.com
www.fedema.org
FEDEMA
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Prólogo

Cuando nacemos somos pequeñitos y estamos com-pletamente indefensos, existiendo una gran diferencia con el resto de animales, que al poco de nacer se pue-den valer por sí mis¬mos para muchas cosas.
Nos acostumbramos a depender de nuestros padres, a los que queremos y necesitamos por encima de todo, y que pueda pasarles algo malo nos inquieta y nos pue-de llegar a afectar durante toda nuestra vida.
Estas situaciones en las que aparece un problema en casa, “mamá se ha puesto enferma y no sabemos si mejorará”, nos hacen cambiar de carác¬ter, estar más tristes, enfadados, no querer jugar como antes, pero debe¬mos pensar que los médicos están trabajando mucho para que se puedan poner mejor, seguro que el futuro es bueno y no debemos asustarnos.
Mi madre estuvo enferma cuando yo era pequeña, pe-ro gracias a Dios tuve otras personas que supieron ayudarme en los momentos difíciles y también yo con-seguí ser fuerte, cuando tuve que serlo.
Estoy encantada de haber podido compartir mi tiempo con todos los ni¬ños y niñas que conviven con esta difí-cil enfermedad y me alegra si en algo ha valido mi colaboración.
Mañana todo habrá cambiado, hay que tener esperan-zas, estar alegres, aunque algunos días las cosas no salgan tan bien como queremos.
De corazón, os deseo todo lo mejor.

Cayetana Fitz James Stuart y Silva
Duquesa de Alba
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Mi Familia

Me llamo Julia, y tengo nueve años. Vivo en un barrio muy bonito del centro de la ciudad. Estoy muy cerca del teatro, donde a veces vamos a ver alguna obra divertidísima; del cine, que me encanta; y cerca del río, por donde solemos pasear algunos domingos y vemos como la gente hace de-porte y toma el sol. Me gusta mucho donde vivo.
Mi casa, está en una segunda planta sin ascensor, y mi papá y yo echamos carreras a ver quien es el primero en tocar la puerta. Mi mamá siempre nos pide que subamos con tran-quilidad, pero yo siempre corro mucho. Mi casa no es muy grande, pero es muy bonita, tiene tres habitaciones, una para mis padres, una para mí, y en la otra tenemos un des-pacho con dos mesas, una para mamá y una pequeña para mí, para que yo haga mis tareas junto a ella. Eso siempre me ha gustado mucho.
La cocina es amplia y siempre está muy ordenada. En el salón, que es pequeñito, es donde suelo ver mis dibujitos preferidos.
Cuando salimos del portal, tengo que tener mucho cuidado, porque vivimos en una callecita estrecha, con una acera muy pequeñita, y los coches pasan muy cerca.
En mi barrio hay una placita pequeña con columpios y un gran tobogán, allí suelo pasar algunos ratos con mis amigos y amigas del cole. Aunque a veces vamos en bici a un par-que muy grande que está al otro lado del río y damos de comer a los peces del lago, que están cada día más grandes. Yo creo que es porque les llevo pan muy a menudo.
Otros días vamos en bici hasta la casa de los abuelos, que está lejos de aquí. Y algunas veces salimos con mis titos Lola, Santiago, y mi primo Santi, que tiene sólo un año más que yo.
La verdad es que he disfrutado mucho en esta casa, pero a veces las cosas no salen como esperamos... y eso es lo que estoy empezando a comprender ahora. Para que me enten-dáis mejor, os voy a contar la historia desde el principio.
Primero, os voy a presentar a mi familia, amigos y maestros preferidos, ellos son parte de mi vida, y me han ayudado mucho a aprender.
Mi papá se llama Guillermo. Él trabaja en una empresa en la que hacen libros para los colegios. Trae libros a mi cole to-dos los años.
Trabaja desde muy temprano, pero por las tardes intenta llegar pronto a casa, aunque no siempre puede, y cuando no puede viene muy cansado.
Papá juega mucho conmigo, es muy divertido y siempre me hace reír. Le gusta montar en bici, me enseñó desde muy pequeña y cada vez que se compra un coche, lo hace pen-sando en las bicicletas.
El que tenemos ahora tiene unas bacas sobre el techo, don-de podemos poner las tres bicicletas. Le gusta mucho hacer deporte, y algunos sábados sale muy temprano a correr.
Mi mamá se llama Yolanda. Ella es jefa de una empresa que hace envíos a las personas que necesitan mandar cosas. Se lleva todo el rato respondiendo a llamadas de teléfono, y mandando cosas muy difíciles de comprender por internet. A veces me ha recogido del cole con una furgoneta del trabajo, y estaba repleta de paquetes y más paquetes.
Como a ella le gusta mucho contar historias, jugábamos a imaginar qué contendrían los paquetes y ella me contaba la historia de cada paquete. Esos días me divertía mucho.
Los dos trabajan mucho, pero papá cuando llega a casa no tiene que seguir trabajando, sin embargo mamá siempre está nerviosa y con mucho trabajo pendiente. A veces nos vamos papá y yo con las bicicletas y ella tiene que quedarse, aunque sea sábado, trabajando con el ordenador, pero pron-to se viene con nosotros.
Candela es la mejor amiga de mamá, fueron juntas a la guardería y al colegio, y desde entonces mantienen una bo-nita amistad. Ella viene mucho a casa y me trae cosas. Can-dela habla mucho y es muy divertida.
Ella es dentista y ha conseguido que vaya a verla sin miedo a las máquinas que tiene en la sala. A veces viene con noso-tros a pasear.
Estos son mi tito Santiago, mi tita Lola y mi primo Santi. Mi tito es hermano de mamá, y de todos los titos que tengo, son a los que más vemos, porque los demás viven fuera de la ciudad.
El tito Santiago viaja mucho por su trabajo, es azafato de aviones y muchas veces nos ha traído a Santi y a mí algunos juegos de aviones.
Mi tita Lola trabaja en su casa y cuidando de mi primo Santi. Es muy alegre y siempre me invita a ir con mi primo a mu-chos sitios. La última vez fuimos en coche a pasar el día a un zoo que estaba algo alejado del centro de la ciudad. Nos montamos en un tren y le echábamos comida a los animales, que trotaban hacia nosotros y nos asustaban.
Santi, tiene un año más que yo y es gordito, eso a veces le pone triste, por eso ahora le han regalado una bici para que haga más deporte.
Habla tanto como su madre, y aunque a veces discutimos, porque los dos somos muy cabezotas, me gusta mucho estar con él.
Mis abuelos, Dora y Manolo, son los papás de mi papá. Los vemos muy a menudo. Y aunque Santi no sea su nieto siem-pre están pensando en él y en mí, porque mis otros primos viven muy lejos, y lo quieren como uno más.
Paula es mi mejor amiga, nos sentamos juntas en la clase y salimos al parque siempre que podemos. Vamos al huerto con Dani, que también es nuestro mejor amigo.
El papá de Dani me recoge a veces para ir al cole, porque vive justo en el bloque de al lado.
Los tres hemos ido a la guardería juntos, y ahora estamos en la misma clase. Los padres de Paula son muy estrictos, y no siempre la dejan salir con nosotros porque quieren que lea y trabaje más, pero cada vez que puede estamos juntos los tres.
Y por último, os voy a hablar de mis dos maestros preferi-dos, la maestra Charo y el maestro Jose.
La seño Charo es nuestra tutora. Ella nos da matemáticas, lengua y plástica. Habla mucho con nosotros, nos tiene mu-cho cariño y siempre quiere que solucionemos los problemas pensando y hablando con los demás.
Además de aprender, nos hace reír mucho. Vemos con ella muchos dibujitos todos los viernes. Y cuando estoy malita llama a casa para ver qué tal me encuentro y me dice las tareas que ha mandado hacer para que no me quede atrás.
El profe Jose nos da educación física. Y a veces cuando me da miedo hacer algo, me lo explica mucho para que pierda el miedo. Ha conseguido que en el cole las niñas también po-damos jugar al fútbol sin que los niños protesten o no nos pasen la pelota. Nos deja elegir juegos algunas veces, y yo siempre quiero jugar al escondite.

Mamá tuvo una recaída

Hace dos años mi madre empezó a tener molestias en las piernas al caminar, y ya no le apetecía tanto ir a pasear por el parque. Tardó mucho en ir al médico porque nunca tenía tiempo con su trabajo.
Las molestias fueron tan fuertes que finalmente fue al médi-co, y le dijeron que tenía una enfermedad llamada Esclerosis Múltiple. Me ha costado mucho aprenderme este nombre, y cuando se lo decía a mis amigos y amigas ellos no me en-tendían y yo no sabía explicar bien que pasaba en esta en-fermedad.
Al poco tiempo, los síntomas se hicieron más fuertes. Un día ella empezó un tratamiento y se ponía unas inyecciones.
Durante un largo tiempo, ella estuvo muy bien, y a veces íbamos juntos a pasear con la bici, aunque muy pocas. Podía hacer casi todo igual que siempre, aunque se cansaba mu-cho.
Mi abuelo siempre le decía que tenía que trabajar menos, pero ella respondía que nadie podía hacer su trabajo.
Yo apenas noté que estuviese enferma durante estos años, porque no se quejaba, pero un día tuvo una recaída y no pudo venir a recogerme al cole. Empecé a entender el can-sancio que siempre tenía y sus ojos apagados por las moles-tias que sentía en sus piernas.
Nos recogió el papá de Dani y me quedé en su casa a comer. Después vino Candela, la amiga de mamá, me llevó de com-pras y no dejaba de hablar y hablar. Yo le pregunté por ma-má, y ella me dijo que estaba malita, no quise preguntar más, porque estaba asustada.
Candela quería que eligiésemos un regalo para mamá, y después de ir de tienda en tienda, elegimos una pulsera muy original, con bolitas de colores que colgaban. Después de comprar la pulsera, me llevó a una pastelería, y me pidió una gran porción de tarta de chocolate, mi preferida, pero yo no tenía mucho apetito.
Ella empezó a contarme que mamá tenía esa enfermedad desde hacía varios años, pero era ahora cuando empezaba a estar realmente enferma. Me contó que ese día no pudo ir al trabajo, porque no consiguió ponerse de pie para vestirse y tenía mucho dificultad para caminar.
“Es difícil imaginarlo, lo se”, me decía Candela, y además de sus piernas, tampoco veía bien, estaba viendo un poco bo-rroso y a veces doble. Yo escuchaba todo sin preguntar na-da, mientras miraba la tarta de chocolate.
Me decía que mamá estaba triste porque todo había sido muy de repente y que estaba cansada y le faltaban fuerzas para luchar contra la enfermedad. Me dijo que yo tenía que ayudarla mucho para que recuperase las ganas de luchar.
La verdad es que yo estaba cada vez más confundida y no fui capaz de probar ni un poquito de la tarta. Miré a un lado y vi a una madre con su hija de la mano, y me puse a llorar. Candela me abrazó y nos fuimos caminando, mientras ella no dejaba de hablar, consiguiendo que no llorase más.
“Pese a que todo lo que te he contado ha pasado esta maña-na, ella ya esta algo mejor, aunque todavía esta cansada y su visión no es buena”, me dijo.
Yo le pedí que me explicara qué era la Esclerosis Múltiple, y ella me contó que es una enfermedad que suelen tener más mujeres que hombres, y que afecta a todo el sistema nervio-so central y me tocó la columna vertebral. Y que como el sistema nervioso controla todo, la movilidad no era buena, la vista no era perfecta y estaba muy cansada.
“¿Se va a recuperar?”, pregunté.
“Hay cosas que se van a recuperar, pronto no estará tan cansada y quizás recupere la visión normal. Pero al igual que cuando te caes y te haces una herida se te queda una cica-triz al quitarte los puntos, pasa con la E.M. Las cicatrices no son externas, sino internas y se va notando por fuera. Tiene molestias en las piernas y se nota porque camina con dificul-tad”, me explicaba.
Yo quería ir a verla, pero ella estaba en el hospital y en aquella zona no se podía visitar.
Pronto la pasarían a planta y podríamos verla unos minutos. Le compramos un pastel de turrón, que tanto le gustan a ella y margaritas, que son sus preferidas, por si al día siguiente podíamos visitarla. Candela me llevó a casa de los titos y se quedó a cenar.
Esa noche me quedé a dormir allí, con mi primo Santi. Por la mañana, sonó el teléfono bien temprano, era papá, ya po-díamos visitarla, así que fuimos corriendo.
Tenía miedo de cómo estaría. Cuando entré en la habitación la vi sentada en la cama y parecía estar bien. Decía que pa-pá la había peinado muy bien.
Mamá estuvo respondiendo a muchas preguntas. Me sor-prendí mucho cuando quiso ir al baño y cogió dos muletas. Me debí quedar mirándolas fijamente, porque ella se acercó a mi para explicarme que sus piernas estaban muy cansadas y que por eso aceptó la ayuda de sus dos amigas las mule-tas, que no eran más que una ayuda que posiblemente deja-ría de necesitar. Empecé a sentir pánico, porque veía que todo lo que Candela y los titos me habían contado era cierto.
Mis padres siempre me han enseñado a expresar lo que pienso y siento. Mi papá siempre me ha dicho que llorar es bueno. Quería llorar, pero apreté los dientes muy fuerte, no quería que se sintiese más triste.
Al salir del baño me dijo otra vez que no las necesitaría mu-cho tiempo y que cuando no las necesitase jugaríamos con ellas. Cuando se volvió a sentar en la cama, me explicó que ahora tenía dos hijas, porque me veía doble. Nos reímos mucho. Me dijo que el médico le había asegurado que pronto solo tendría una. Me costó entender su broma.
Me acordé de la pulsera que compré con Candela, y se la di entusiasmada. Le gustó mucho y se la puso inmediatamente. Me encanta verla sonreír.

Mamá volvió a casa

A los pocos días fuimos a buscarla, porque ya podía regresar a casa.
Cuando bajó del coche con muletas, pensé que el no tener ascensor podría ser un problema. Esperamos a que papá aparcase el coche y ayudase a mamá a subir las escaleras.
Candela llegó al ratito, y como mamá quería darse una du-cha antes de ponerse el pijama, ella la ayudó. Mientras tanto yo recogí la ropa que ella traía en la maleta del hospital, guardando la que aún estaba limpia y echando al cubo de la ropa sucia la demás.
Papá estuvo hablando por teléfono con los titos y los abue-los. Yo mientras puse la mesa, necesitaba estar ocupada.
Fui al baño, pero todavía no habían terminado, y pasé tan deprisa que no vi que las muletas estaban en la puerta, y tropecé con ellas. Mi padre asustado pensó que era mi ma-dre y vino corriendo. Me regañó fuerte, estaba muy cansado. Me fui a la habitación y empecé a llorar todo lo que no había llorado antes.
Pensé en lo importante que eran las muletas para que las personas que se rompen algo o les duele, puedan hacer las cosas solos.
Me vino un olor que bien reconocía, el olor de mi mamá, miré por la puerta y vi que salía con las muletas. Y entonces me sequé los ojos y fuimos al salón a cenar. Mamá cenó muy rápida, porque estaba muy cansada, sólo tomó sopa.
Papá y yo la acompañamos a la cama y como quería ver la tele, se la encendí y me tumbé a su lado. Pero papá me pidió que terminara de comer y dejase descansar a mamá.
Candela se marchó pronto. Y nos tumbamos junto a mamá en la cama. Me tuve que quedar dormida, porque me des-perté en mi cama. Me traería papá, seguro.
Al día siguiente antes de ir al cole, mi mamá me dijo:
- “Estás hecha toda una mujer. Pero además de ayudarme y cuidarme estos días, quiero que sigas haciendo todas esas cositas que tanto te gustan, como ver los dibujitos, ir a jugar con los amigos, coger la bici con papá... porque eso también me pone muy contenta”.
Esa mañana llegó la tita Lola muy temprano y papá me llevo al cole junto con Dani. La mañana pasó lenta, estaba metida en mis pensamientos y dudas.
Esa tarde mamá estaba dormida, y la tita me contó una lar-ga historia de princesas, príncipes y dragones, que no re-cuerdo su título.
Pero como no me dormía, empezamos a hablar de mamá. Y me dijo: “Julia, no sabemos cómo estará mamá mañana, porque está enferma y habrá momentos que alguna parte de su cuerpo no trabaje como suele hacerlo. Es porque depende del cerebro, que como sabes controla todas las cosas que hacemos, y con Esclerosis Múltiple la información llega más lentamente, por eso los movimientos son más lentos. Eso no quiere decir que no consiga hacer las cosas, sino que a veces no las hace ni tan bien ni tan rápido como antes. Se consi-gue mejorar con rehabilitación, pero esta enfermedad tiene una lenta recuperación, a veces se pondrá triste y necesitará la energía de nuestra sonrisa para seguir luchando. ¿Te has dado cuenta cuanto sonríe papá? Pues ya sabes, porque quiere que se recupere muy pronto”.
Y le pregunté lo que tanto miedo me daba pronunciar: “¿Se va a morir?”. Ella me contó que no iba a morir por la Escle-rosis Múltiple, pero que en realidad todos íbamos a hacerlo tarde o temprano, aunque no iba a ser ahora.

Mamá está triste

Al día siguiente, cuando me levante fui corriendo a la cama de mamá, y al llegar a la puerta vi que estaba llorando. Ella al verme, me pidió que me sentase en la alfombra. Pronto empezó a explicarme que tenía muchas ganas de ir al baño, pero que su pierna derecha no le respondió a tiempo y había mojado las sábanas.
Cuando llegó la tita, bromeó con comprar pañales, pero yo no me reía. No comprendía cómo le estaban pasando cosas así.
La tita la ayudó a ducharse, y al salir, mamá me dijo que me tumbase con ella en las sábanas limpitas. Aprovechó para contarme que no era capaz de hacerlo todo igual, yo le dije que lo había hablado con la tita Lola y con Candela y que no pasaba nada.
Me pidió que eligiese ropa para esa mañana, y pensé que con el vestido verde estaría muy guapa. Mi tita la ayudó a vestirse porque tenía cita para ver al neurólogo. Me explica-ron que era el médico que examina el “Sistema Nervioso Central” que recorre todo el cuerpo, y que tendría que visi-tarlo muchas veces de ahora en adelante.
Yo quería acompañarlas, pero tenía que ir al cole, y Dani y su papá ya estaban esperándome en el portal.


En el colegio

Mientras caminábamos hacia el colegio, Dani me contaba que había conseguido pasar una fase del videojuego nuevo, pero yo no estaba interesada en aquello tanto como antes.
Entonces, Paco, el papá de Dani, me dijo que sabía que ma-má estaba malita y me preguntó qué tal estaba hoy. Yo no me sentía cómoda aquella mañana con el tema y no quería hablar de eso y solo dije: “Ya está en casa”.
En el cole la seño Charo me sonrió con gran efusividad. Tras pasar lista empezó a repasar la metamorfosis en las plantas, pero yo no fui capaz de prestar atención, mis pensamientos se iban a mi madre una y otra vez. Hubiese preferido que la seño, como otras veces ha hecho, nos cuente sus experien-cias en viajes a otros países.
La mañana pronto terminó, y estaba deseando saber quién nos iba a recoger, y allí estaba Candela, con la que camina-mos hasta casa.
Dejamos a Dani en su casa y fuimos a nuestro bloque. Mamá aún no había llegado del médico, pero estaban los abuelos. La abuela, que estaba cocinando, nos preguntó si queríamos comer ya, porque tardarían un rato todavía.
Había preparado macarrones con tomate, pero una vez más yo no tenía mucho apetito, así que la abuela aprovechó que el abuelo estaba poniendo la mesa, y Candela dando cita a algún paciente por teléfono, me llevó al cuarto de baño para lavarnos las manos.
Ella me preguntó si quería pasar unos días en su casa, pero yo quería estar con mamá, a pesar de lo bien que lo paso con ellos. La abuela me dijo que todo iba a salir bien, y que mamá se recuperaría, aunque para eso tendría que trabajar menos, que trabajaba demasiado.
Y continuó diciéndome: “Se va a recuperar porque es joven, cuando sea algo mayor tardará más y no será tan fácil, aun-que también lo hará, seguro, ella es muy fuerte”.
Al despertar de la siesta, ya no estaban los abuelos, estaba papá tumbado junto a mamá, los dos parecían dormidos, pero cuando asomé la cabeza, mamá me hizo un movimiento con la mano para que me tumbase junto a ella. La abracé muy fuerte, y vi que aún no se había puesto el pijama.
Papá se despertó y fue cuando ella le pidió que la ayudase a ducharse y ponerse el pijama. Mientras tanto yo me quedé allí tumbada y volví a quedarme dormida.
Desperté con el sonido de la puerta del baño abriéndose, y ese dulce olor de mamá. Venía hacia la cama con las mule-tas, y me dijo que fuésemos a poner la mesa y a cenar. “¿Tan tarde era ya? Debí haber dormido demasiado”.
Cuando llegamos a la mesa, papá ya lo había preparado todo, cenaríamos una sopa y taquitos de pez espada a la plancha.
Mamá comió con apetito, cosa que me animó a comer a mi también.
Pasaron los días, mamá iba muchas mañanas de médicos con la tita o con los abuelos. Yo le insistía todos los días que quería acompañarla, así que una tarde me dijo que al día siguiente podía ir con ella si quería.
“Claro que sí, mamá”, contesté.
Esa noche me costó conciliar el sueño, pero estaba contenta de que por fin me dejasen acompañar a mamá.

El médico de mamá

Por la mañana desayunamos rápido y llegó Candela para llevarnos al hospital. Ayudó a mamá a bajar las escaleras.
Disfruté de las risas con mamá y Candela en su coche hasta el hospital. Luego Candela se marchó a la clínica a trabajar.
Nosotras esperamos durante un largo rato en una gran sala de espera, donde había bastantes personas esperando. Al-gunos llevaban silla de ruedas y otros muletas, y solo algu-nos iban sin nada. En un cartel pude leer: Unidad de Esclero-sis Múltiple.
Por fin llamaron a mamá, y entramos en la sala. Me asusté al ver un tubo redondo y alargado, en el que el médico dijo que mamá debía entrar. Me explicó que era una máquina en la que sonaba música muy divertida, y que servía para hacer fotos del interior de la cabeza de mamá, de su cerebro.
Mientras mamá estaba dentro podía ver las imágenes en una pantalla. El médico me señaló que aquella era la cabeza de mamá.
El otro médico inyectó algo en el brazo de mamá. Y mi cara tuvo que ser de susto, porque el médico me explicó ensegui-da que aquello no le dolería. Me dijo que serviría para ver con mayor claridad cualquier cosa en su cabeza, y saber qué inflamaciones son nuevas y cuales viejas.
Parecía que todo había terminado cuando el doctor me pre-guntó si quería saber algo más, pero yo giré la cabeza de un lado para otro. Aún así me dijo que había mejorado un poco, aunque tendríamos que ayudarla.
Antes de irnos, el médico le estuvo explicando a mamá que en la ciudad había una Asociación de Esclerosis Múltiple, donde contaban con un equipo de profesionales que le ayu-darían durante la evolución de la enfermedad. Le dijo que allí podría recibir rehabilitación y otras muchas cosas más. Aun-que no sé para qué va a necesitar mamá a un psicólogo, ya que en el cole solo van los niños y niñas que sacan malas notas o se portan mal.
Cuando salimos, papá nos estaba esperando fuera, me ale-gró mucho verle allí, porque fue toda una sorpresa. Fuimos a desayunar otra vez, y me tomé una tarta tan grande como la que dejé aquel otro día sin probar.
Le pregunté a mamá si la máquina aquella era como una nave por dentro y si había sido incómodo. Ella me explicó que un poco agobiante sí que fue, que la música la relajó y además fue muy poquito tiempo.
Me explicó que sintió la misma sensación que tiene cuando va en avión, pero que en pocos segundos se pasa.
Después nos fuimos a casa, porque mamá nuevamente es-taba muy cansada. Yo estuve con ella en el sofá mientras papá ordenaba todo. Le ayudé a preparar la comida mientras mamá leía cosas del trabajo, preparamos pollo asado, olía toda la casa.
De pronto sonó el timbre, eran los abuelos que venían con Santi para comer. Después de la comida nos fuimos Santi y yo a jugar a la habitación, mientras los mayores estuvieron en el salón charlando un rato, hasta que mamá prefirió des-cansar en la cama.
Hablé con Santi, y le dije que había estado en el médico, y que habían metido a mamá en una máquina que parecía una nave. Al rato llegó la tita Lola, a recoger a los abuelos, a Santi y a mí para llevarnos al taller-escuela del parque.
Allí hicimos una carrera hasta llegar a la huerta donde nos reuníamos un grupo de niños y niñas del cole y de otros co-les de la zona. Hoy íbamos a cortar las ramas malas que habían crecido en cada uno de los huertos, y cortaríamos algo de lo que habíamos sembrado para llevarlo a casa. Esa ocupación me ayudó a no pensar tanto.
A las dos horas la tita nos volvió a recoger y me dejó en casa. Estaba cansada, pero todavía tenía que hablar con mamá, no me había contado qué música se oía dentro de la nave.

La charla con Paula y Dani

Al día siguiente me recogió Paco con Dani para ir al cole. Comenzamos con el profe Jose, y Educación Física. Hacía bastante fresco esa mañana, por eso nos quedamos en el gimnasio un ratito. Nos tocaban “los juegos populares”, y, cuando ya habíamos calentado, fuimos al patio a disfrutar de ellos.
En el recreo Dani y Paula me preguntaron por mamá, y por cómo estaba yo. Entonces aproveché para contarles que mamá se había hecho pipí en la cama. Ellos se quedaron algo sorprendidos, pero Paula decía que no pasaba nada, que había sido una vez y es que sus piernas no tienen sufi-ciente fuerza.
Que ellos no le dieran importancia hizo que yo tampoco se la diese, y me quedé mucho más tranquila. Les conté que había ido al médico con ella, y que la habían metido en una nave en la que sonaba música. Me preguntaron qué tipo de músi-ca, y les respondí que no lo teníamos muy claro, porque sonaban golpes y silbidos, quizás fuera africana.
Paula quería que fuésemos los tres al cine, pero yo no tenía muchas ganas esos días, así que propuso ir a mi casa y jugar un rato esa tarde. Era muy buena idea.

La seño Charo

Poco antes de la salida, la seño Charo me llamó para que me acerca¬se a su mesa, y con voz muy flojita me preguntó qué tal estaba todo en casa. Le conté que mamá ya estaba allí, que todavía no se encon¬traba del todo bien.
Me enseñó unas fotos suyas en las que tuvo que utilizar mu-letas. Aquello me sorprendió mucho. De joven había tenido un problema con la cadera, y durante dos años necesitó la ayuda de las muletas y de rehabilitación.
- “¿Y vivías en un piso con ascensor o sin ascensor?” le pre-gunté.
- “Sin ascensor, como vosotros”.
Le pedí que me contase como subía las escaleras. Y, al igual que no¬sotros, ella tenía la ayuda de la familia.
Le dije que todavía estaba muy confusa y no sabía qué pasa-ría ahora. Entonces me dijo que todas las dudas que tuviese se podían solucionar preguntando a mis papás, y que tam-bién podía leer algo para compren¬derlo mejor. Así que iba motivada para preguntar mucho esa tarde.


Visita a la Asociación de Esclerosis Múltiple

Una tarde, fueron papá y mamá a conocer la Asociación de la que le habló el doctor del hospital. Yo me quedé en casa haciendo las tareas del cole con los abuelos. Aunque antes de que anocheciese llegaron mis titos y Santi.
Papá y mamá no volvieron hasta la hora de cenar. Vinieron muy contentos, y entre los mayores se hacían preguntas sin parar. Mamá contó que iría dos tardes a la semana a rehabi-litación y que segu¬ramente serían los martes y jueves.
Le pregunté si estaría mejor después de la rehabilitación, y me contes¬tó que era un proceso largo, pero que por supues-to notaría alivio, so¬bre todo de la espasticidad. Le dije que me gustaría acompañarla, pero ella insistía que por ahora no era el momento, porque me tendría que quedar aburrida en la sala de espera hasta que ella saliese de su tiempo de re-habilitación.
Sonó el teléfono, era Candela y pronto le pasé a mamá. Ésta le fue contando cómo era la Asociación, los profesionales que había, el buen trato que había recibido por parte de todos. La habían in¬formado estupendamente de todo el funciona-miento.
Le contó que se había hecho socia y que ahora quería que todos ellos se hicieran también.

Mamá tuvo otra recaída

Al llegar a casa del colegio, mamá estaba muy animada, hablan¬do por teléfono sin parar. Con lo que no pude pregun-tarle nada. Me dijo que quería ir al trabajo el lunes, que se encontraba mejor.
Así que, más tranquila, disfruté con mis amigos la tarde y prome¬timos hacer eso más a menudo. Paula quería que el sábado fuésemos con las bicis, pero yo no estaba segura de si podría, así que le dije que ya veríamos.
Papá se enteró y me dijo que, si me apetecía, él nos acom-pañaría el trayecto hasta allí, con su bici, y al mediodía nos recogería.
Así fue, el sábado bien tempranito fuimos con mi padre, por el carril bici, sorteando baches, cediendo el paso a personas en sillas de ruedas, a peatones,... y allí nos esperaba Pau¬la, que llegó con su primo mayor en bi¬ci. Mi padre se marchó con mamá y nosotros nos quedamos paseando.
Le dimos de comer a los peces. Echa¬ba de menos que no estuviese mamá para ver lo grandes que estaban ya.
Cuando se acercaba la hora de co¬mer vino Paco, el papá de Dani, eso me sorprendió muchísimo. Vino en bici, se acercó a nosotros y le pregunté por qué no venía mi papá. En¬tonces me dijo que mamá había tenido otra recaída y estaba nueva¬mente en el hospital.
El camino de vuelta fue largo y en silencio, en mi cabeza las ideas chocaban unas con otras, estaba muy confusa y ner-viosa. No sabía qué pasaría ahora.
Me dejaron junto al trastero para que guardase la bici, Paco tenía la llave que le había dado papá.
Subí a casa sin saber qué me iba a encontrar allí. Estaban mis titos y Santi, que habían preparado huevos fritos con patatas. Me gustaba estar con ellos, pero necesitaba saber más de mamá.
“Está con papá, y todavía no sabemos nada. En cuanto lla-men lo coges tú”. Me senté cerca del teléfono por si sonaba.
A media tarde sonó, lo cogí casi sin que le diese tiempo a sonar, era papá. Me dijo que no me preocupase, que estaba en planta pero que estaba tan cansada que era mejor no molestarla. Me pidió que le pasase con el tito o la tita.
Ellos hablaron mucho rato. La tita me dijo que al día siguien-te iría¬mos a verla, así que cogí ropa y nos fuimos a su casa a pasar la noche. Santi quería jugar al orde¬nador, pero yo no tenía ganas de juegos.
A la mañana siguiente fui la pri¬mera en asearme y vestirme, pe¬ro en el desayuno me dijeron que mamá estaba demasia-do cansada y era mejor dejarla descansar. No me lo podía creer.
Esa tarde vinieron los abuelos, que sí habían visto a mamá, y me conta¬ron que estaba descansando. Aunque estuviese dormida quería verla, pero papá me pidió que me quedase allí unos días.
Tardó una semana en volver a casa. Era sábado otra vez, la trajo papá. Esta vez tuvieron que subirla entre papá y el tito. Mientras, la tita sacaba del maletero una silla de ruedas. “¿Acaso mamá no puede andar?”. Santi se quedó tan asus-tado como yo.
Yo subí la maleta de mamá y papá. Y cuando llegué arriba, mamá estaba tumbada en su cama. Todos estaban en el salón, y cuando quise ir a verla, papá me pidió que me espe-rara un ratito, que estaba muy cansada.
No dejé de mirar la silla de ruedas, era muy moderna. La moví y no pesaba casi nada. “¿Mamá no puede andar?”. Pero nadie me escuchaba, estaban hablando entre ellos y no oían mi voz, así que grité:
“¿¡Qué le pasa a mamá!? ¿¡No puede andar!?”.
Entonces todos se callaron, y papá me cogió por los hombros y me abrazó, pero yo estaba furiosa y muy nerviosa.
Y me contestó: “Cariño, no es que no pueda andar. Es que, como ya te contó mamá, sus piernas están muy cansadas, y no pueden con todo el peso de su cuerpo, necesita de una ayuda para poder desplazarse. Vamos a verla, seguro que se ha despertado ya”.
Claro que con mi grito se había despertado ya. Me pidió que me tumbase a su lado, apenas hablaba, estaba muy cansa-da, muy triste, me quedé allí todo el tiempo.
A los dos días mamá se levantó. Papá la colocó en la silla de ruedas y la empujó hasta el salón donde había puesto la mesa pa¬ra comer. Mamá me dijo que tendría que acostum-brarme a ver¬la en aquella silla de ruedas, que le iba a hacer falta bastante tiempo.
Entonces me vinieron muchas dudas, pero la vi muy cansada para preguntárselas en ese momento.
Cuando se fue a descansar, aproveché para hablar con papá:
- Papá, ¿no va a volver a andar nunca más?
- Julia, mamá puede andar, pero no tiene fuerzas y se cae-ría. No sabemos cuando recuperará las fuerzas.
- ¿Irá al trabajo otra vez?
- Ahora mismo no, aunque cuando tenga ganas hará cosas desde casa para que el tiempo no se le haga tan pesado.
Tenía mas preguntas, pero tenía mucha rabia dentro, no quería que ma¬má estuviese así.
Me acordé de lo que me dijo la seño Charo, y le dije a papá que quería leer sobre la enfermedad. Él se quedó algo pre-ocupado, y me dijo que no había libros para niños, pero le insistí que sabía leer to¬dos los libros.
Me prometió que me traería alguno, pero tenía que buscarlo.

Buscamos otra casa

Pasaban los días y mamá siempre estaba en casa, porque con la si¬lla de ruedas y las escaleras era imposible salir sola. Salía para ir a rehabilitación, y tenían que dedicar mucho rato para desplazarse hasta el coche, eso la cansaba aún más. Estaba muy triste.
Papá la bajó un día y quisimos pasear, pero las aceras eran tan pe¬queñas que teníamos que ir por la carretera y no de-jaban de venir co¬ches, con lo que fue muy difícil llegar a la esquina. Mamá pidió que regresásemos enseguida, la verdad es que era muy peligroso.
Ese mismo día, durante la cena, mamá y papá tenían que decirme algo importante. No me asusté porque mamá ya estaba menos can¬sada y más animada, aunque siguiese necesitando silla de ruedas y ayuda para vestirse, ducharse…
- Julia, como sabes mamá va a necesitar la silla de ruedas por un tiempo, –yo asentía– y la verdad es que en este blo-que es difícil, al no tener ascensor, y, como hemos visto hoy, el barrio es muy antiguo, y no cabe la silla en las aceras, así que hemos pensado en mudarnos.
Mi cabeza no dejaba de pensar a gran velocidad, me quedé sin mo¬verme ni decir nada durante minutos.
- ¿Y qué pasará con mis amigos? ¿Y con el cole? ¿Dónde nos va¬mos a ir?
- Aún no lo sabemos cariño, pero ... ¿tú comprendes que yo necesito un sitio donde pueda moverme con la silla de rue-das, verdad? ¿A ti te gustaría que pudiésemos pasear tran-quilamente, y bajar a la calle sin que papá tenga que bajar-me, no?
- Sí, sería genial.
- Esta semana vamos a empezar a buscar, y lo que nos gus-te a los tres, será lo que elegiremos.
Esos días en el cole estuve muy distraída, la seño Charo quiso hablar conmigo en ocasiones, pero yo no le respondía a nada. El profe Jose quiso ayudarme pero lo que ne¬cesitaba era que mi mamá volviese a estar bien.
En dos semanas habíamos encontrado un piso que es¬taba en un barrio muy nuevo, cerca de la estación de tren. Era un primero con ascensor, con unos pasillos muy amplios y un baño adaptado, con una barra y sin bañera. Ya no podría volver a tomar esos baños con mis juguetes, ahora siempre me tendría que duchar.
El garaje y el trastero estaban justo debajo del piso, con lo que fue más fácil la mudanza, para la que nos ayudaron los titos, los pa¬pás de Dani y Candela.
Echaba de menos ir al cole con Dani, salir con las bicis, pa-sear por las plazas del centro, pero aquí mamá estaba más feliz, porque podía moverse ella sola, bueno, casi sola, por-que sus brazos tampoco tenían mucha fuerza y tenía que empujarla muchas veces.
Mamá comenzó a ir a rehabilitación, a veces iba con ella y la es¬peraba fuera. Salía cansada, pero decía que se sentía me-jor.
Quedaba un mes para las vacaciones, y la seño Charo quiso hablar con papá. Papá me contó que la seño decía que mis notas habían bajado, que estaba muy distraída y tenía que concentrarme para los exámenes finales. Mamá me pidió que hiciese un último esfuerzo, que ahora vendrían las vacacio-nes y podría estar todo el rato con ella descansando.
Y así lo hice, pero me costaba mucho concentrarme. Aprobé todo, aun¬que no con tan buenas notas como les tenía acos-tumbrados a todos.
Cuando llegaron las vacaciones eran muy raras, porque allí no es¬taban mis amigos.
Mamá me dijo que ese domingo iríamos a la playa, en Cádiz, y me enseñaría un flotador gigante y con ruedas con el que la ayudarían a entrar en el agua. Estaba deseando verlo y correr por la playa.
Esos días mamá estuvo más animada, incluso retomó cosas del tra¬bajo a través del ordenador y el teléfono. Yo estaba muy nerviosa, intranquila por tantos cambios, echaba de menos mi casa, nuestra antigua casa. Tenía que acostum-brarme a los cambios y no me es¬taba resultando fácil. Papá me pidió que hablase con él de ese tema para que mamá no tuviese que preocuparse por nada más.
Fueron unas vacaciones diferentes, pero papá consiguió que persona¬lizásemos la casa y disfrutásemos todos con eso. Todas las semanas nos íbamos a la playa o a cenar fuera. Mamá no podía pasar mucho calor porque se cansaba mu-cho, pero aprovechábamos unos bañitos con el superflotador con ruedas, llamado “anfibuggy”. Este nombre me costó menos aprendérmelo, porque me explicó mamá que se lla-ma¬ba así porque era como una silla anfibio, y de ahí “anfi”, aunque lo de buggy...
Dani y Paula venían a casa e incluso se vinieron a la playa en una ocasión. Ya no estaba triste ni tenía miedo.
Fuimos dos veces al cine, aunque tuvimos que sentarnos donde mamá podía estar con la silla de ruedas, no al final como hacíamos antes.
Todo estaba cambiando, pero me fui dando cuenta de que tenía motivos para estar feliz, que tan solo tenía que acos-tumbrarme a la nueva realidad y disfrutar de mis papás to-dos los días.
Ahora comprenderéis por qué decía al principio que no siem-pre salen las cosas como pensamos, aunque eso no significa que no se puedan seguir haciendo cosas divertidas.
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