martes, 31 de diciembre de 2013
DESDE LA PENUMBRA
VIVIENDO SUEÑOS
Tantos años que pasaron
con mis soledades solo,
y hoy tú duermes a mi lado.
Son los caprichos del sino,
aunque con sus circunloquios
cuánto tiempo no he perdido.
Mas ahora en fin llegaste
de su mano, y aún no creo,
despierto en el sueño, hallarte.
Oscura como la lluvia
es tu existencia, y tus ojos,
aunque dan luz, es oscura.
Pero de mí qué sería
sin ese pretexto tuyo
que acompaña así la vida.
Miro y busco por la tierra:
nada hay en ella que valga
lo que tu sola presencia.
Cuando le parezca a alguno
que entre lo mucho divago,
poco de cariño supo.
Lo raro es que al mismo tiempo
conozco que tú no existes
fuera de mi pensamiento.
©Luis Cernuda
---
DESDE LA PENUMBRA
5
Un aroma sutil el aire mueve.
Murmullos en la piel,
y, en el silencio, llena
de melancólicos lamentos
la luz amortiguada del visillo.
En la película
de una sesión de luna de verano,
fabrican los amantes su mentira
un par de sillas más hacia la sombra.
Entran alborotando
ecos de beso y de respiración
pero tu ausencia…
©pbaediciones
martes, 24 de diciembre de 2013
DESDE LA PENUMBRA
pintura de Isabel Guerra
PROPUESTA
Hay que recuperar
el tacto de la fiebre y el color de las noches,
la antigüedad del bronce y el aroma del llanto,
el grito de las águilas y el sabor del silencio,
la timidez del aire.
Hay que recuperar
la humildad de los astros y el sonido del hambre,
los caminos sin fecha y la altivez del junco,
los muertos renacidos y el susurro del puma,
la niebla en los vitrales.
Hay que recuperar
las verdes madrugadas y la sombra del río,
las campanas más tiernas y las manos sin dueño
la semilla del agua y los pasos perdidos,
la danza de las naves.
Hay que hacer lo imposible por descubrir de nuevo
ese torpe milagro, ese absurdo prodigio,
esa hermosa miseria que llamamos la vida,
con todo su caudal de ardiente escalofrío.
©antonio porpetta
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LUZ DE NOVIEMBRE
El sol pone las manos en tus ojos,
mientras las rendijas se hacen
vacías y solitarias.
La luz de noviembre ha roto las caricias.
Más allá de la ventana grita lo oscuro.
Dentro: el calor del puchero,
el ruido de la lavadora,
un lado abierto de la cama
©Antonio Delgado
noviembre/2013
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DESDE LA PENUMBRA
4
El mar, lleno de mar, se deshabita
sobre la roca, y entre burbujeos
vibrantes, encendidos, temerarios,
se adentra en sus secretos.
Arena y horizonte: mar y calma
como cuando te asomas a lo lejos
de tu interior, y entonces nadie sabe
de tus pensamientos.
Pero en la cercanía
cuando tus manos hablan; y tus besos;
y tus ojos cerrados,
¡eres fuego!
©pbaediciones
martes, 17 de diciembre de 2013
DESDE LA PENUMBRA
Pintura de Isabel Guerra
POÉTICA A LA QUE INTENTO A VECES APLICARME
Escribir un poema: marcar la piel del agua.
Suavemente los signos
se deforman, se agrandan,
expresan lo que quieren
la brisa, el sol, las nubes,
se distienden, se tensan, hasta
que el hombre que los mira
-adormecido el viento,
la luz alta-
o ve su propio rostro
o -transparencia pura, hondo
fracaso- no ve nada.
©Ángel González
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Veo las sombras de las hojas
posarse sobre las aguas de la fuente
Veo las sombras marchitas
de tus manos sobre las mías
©Antonio Delgado Cantero
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3 Desde la penumbra
Cada instante me acerco a la cita con alma calmada.
Cada día respiro la tenue sonrisa del sol impreciso,
y mi mundo de sombras me llena de luces, de paz, de silencio.
Ven conmigo a mirar la existencia con ojos distintos.
Es en este lugar donde yo saboreo mi tiempo intangible.
Es en este lugar donde yo reflexiono, ideo y decido
sobre el mágico don del objeto que a mí me permite vivir utopías:
desde aquí nada es cierto, ni falso, ni existe, ni labra el olvido.
Desde aquí la verdad es un ente difuso, sin bordes, sin forma, sin marca.
Desde aquí los deseos son halos que giran en torno a la fuerza del sino,
y los sueños son sueños que vienen y van como el mar cuando besa la playa.
Desde aquí mi verdad, tu verdad, son las únicas cosas que tienen sentido.
Ven, que voy a enseñarte a observar la existencia con otra mirada
desde la penumbra, conmigo, contigo.
©pbaediciones
martes, 10 de diciembre de 2013
DESDE LA PENUMBRA
LA PIEDAD DEL TIEMPO
¿En qué oscuro rincón del tiempo que ya ha muerto
viven aún,
ardiendo, aquellos muslos?
Le dan luz todavía
a estos ojos tan viejos y engañados,
que ahora vuelven a ser el milagro que fueron:
deseo de una carne, y la alegría
de lo que no se niega.
La vida es el naufragio de una obstinada imagen
que ya nunca sabremos si existió,
pues sólo pertenece a un lugar extinguido.
Francisco Brines
"La última costa" 1995
---
DESDE LA PENUMBRA
2
Desde lejos te miro, y dialogan,
allí donde se cruzan,
tu mirada y mis ojos.
Retozan las promesas
bajo la rama donde se columpian
traviesos gorriones.
Te acercas a la esquina,
y en un escorzo danzan en la acera
las luces de los árboles.
Se funden en un mutis
tu aroma y un silencio evanescente
cuando el recodo dobla tu silueta.
Ya no estás, y en la sombra
te miro desde lejos.
©pbaediciones
martes, 3 de diciembre de 2013
desde la penumbra
LUZ DE TARDE
Me da pena pensar que algún día querré ver de nuevo este espacio,
tornar a este instante.
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden volver a encontrarme.
Estas ramas en flor que palpitan y rompen alegres
la apariencia tranquila del aire,
esas olas que mojan mis pies de crujiente hermosura,
el muchacho que guarda en su frente la luz de la tarde,
ese blanco pañuelo caído tal vez de unas manos,
cuando ya no esperaba que un beso de amor las rozase…
Me da pena mirar esas cosas, querer esas cosas, guardar esas cosas.
Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarme,
poblando otra tarde como ésta que guarde en mi alma,
aprendiendo en mí mismo que un sueño no puede volver a soñarse.
José Hierro
---
pintura de isabel guerra
DESDE LA PENUMBRA
1
El mar, la luz, la música. La herida
de las primeras lágrimas, tosigo
de añorar el amparo del abrigo
contra la previsión de la venida.
Conocer, aprender. Amanecida
de ser. El paso; el pie; mirar. Amigo
de juego y confianza, y enemigo
de forma, de contraste. Y otra vida…
Evocar primavera ya distante
en la reminiscencia del fracaso.
Ajardinar infancia todavía,
y cuando el sol se bañe en el ocaso
y quiebren las miserias el semblante,
tu mano en la penumbra de la mía.
©pbaediciones
---
Está disponible el poemario ROPA TENDIDA. Si mi lector, o quien lo conozca, quiere tenerlo limpio de adherencias, puedo facilitárselo en pdf, personalizado, preparado para disfrutarlo o padecerlo en artilugios electrónicos.
Gracias a Iván, a Miriam, a Josema, a Juan, a Nerea, a Ainoa, a Estrella..., y a los demás por su generosidad.
Me da pena pensar que algún día querré ver de nuevo este espacio,
tornar a este instante.
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden volver a encontrarme.
Estas ramas en flor que palpitan y rompen alegres
la apariencia tranquila del aire,
esas olas que mojan mis pies de crujiente hermosura,
el muchacho que guarda en su frente la luz de la tarde,
ese blanco pañuelo caído tal vez de unas manos,
cuando ya no esperaba que un beso de amor las rozase…
Me da pena mirar esas cosas, querer esas cosas, guardar esas cosas.
Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarme,
poblando otra tarde como ésta que guarde en mi alma,
aprendiendo en mí mismo que un sueño no puede volver a soñarse.
José Hierro
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pintura de isabel guerra
DESDE LA PENUMBRA
1
El mar, la luz, la música. La herida
de las primeras lágrimas, tosigo
de añorar el amparo del abrigo
contra la previsión de la venida.
Conocer, aprender. Amanecida
de ser. El paso; el pie; mirar. Amigo
de juego y confianza, y enemigo
de forma, de contraste. Y otra vida…
Evocar primavera ya distante
en la reminiscencia del fracaso.
Ajardinar infancia todavía,
y cuando el sol se bañe en el ocaso
y quiebren las miserias el semblante,
tu mano en la penumbra de la mía.
©pbaediciones
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Está disponible el poemario ROPA TENDIDA. Si mi lector, o quien lo conozca, quiere tenerlo limpio de adherencias, puedo facilitárselo en pdf, personalizado, preparado para disfrutarlo o padecerlo en artilugios electrónicos.
Gracias a Iván, a Miriam, a Josema, a Juan, a Nerea, a Ainoa, a Estrella..., y a los demás por su generosidad.
martes, 26 de noviembre de 2013
ROPA TENDIDA
DESEO
"Por el campo tranquilo de septiembre,
del álamo amarillo alguna hoja,
como una estrella rota,
girando al suelo viene.
Si así el alma inconsciente,
Señor de las estrellas y las hojas,
fuese, encendida sombra,
de la vida y la muerte."
Luis Cernuda
---
Isabel Guerra
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
40 ROPA TENDIDA
Habla. Cuenta sus cosas. Y yo asiento.
Mis dedos titubean. Organizan
con los ojos el alma de la historia
de cada verso que se va fraguando.
Navego por la senda del antojo
que dicta la tenaz interferencia:
avanza, crece, se completa, quiero
indagar en su entraña, pero ya
no sigo aquí.
La sinfonía fluye
como el regato que sortea metas:
un mar donde las olas más lejanas
palpitan en la fronda de los árboles
y alertan la quietud de los halcones…
Agua. Rumor. Arena…
Dudo, termino, deposito, guardo,
y, sin quedar conforme, lo elimino
a la espera de un nuevo amanecer.
Entonces yo reprimo
la temida pregunta: ¿qué decías?
Pero ya se ha hecho tarde…
©pbaediciones
NE: Con el poema nº 40 finaliza el poemario ROPA TENDIDA. Si mi lector quiere tenerlo limpio de adherencias, puedo facilitárselo en pdf, personalizado, preparado para disfrutarlo o padecerlo en artilugios electrónicos.
"Por el campo tranquilo de septiembre,
del álamo amarillo alguna hoja,
como una estrella rota,
girando al suelo viene.
Si así el alma inconsciente,
Señor de las estrellas y las hojas,
fuese, encendida sombra,
de la vida y la muerte."
Luis Cernuda
---
Isabel Guerra
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
40 ROPA TENDIDA
Habla. Cuenta sus cosas. Y yo asiento.
Mis dedos titubean. Organizan
con los ojos el alma de la historia
de cada verso que se va fraguando.
Navego por la senda del antojo
que dicta la tenaz interferencia:
avanza, crece, se completa, quiero
indagar en su entraña, pero ya
no sigo aquí.
La sinfonía fluye
como el regato que sortea metas:
un mar donde las olas más lejanas
palpitan en la fronda de los árboles
y alertan la quietud de los halcones…
Agua. Rumor. Arena…
Dudo, termino, deposito, guardo,
y, sin quedar conforme, lo elimino
a la espera de un nuevo amanecer.
Entonces yo reprimo
la temida pregunta: ¿qué decías?
Pero ya se ha hecho tarde…
©pbaediciones
NE: Con el poema nº 40 finaliza el poemario ROPA TENDIDA. Si mi lector quiere tenerlo limpio de adherencias, puedo facilitárselo en pdf, personalizado, preparado para disfrutarlo o padecerlo en artilugios electrónicos.
martes, 19 de noviembre de 2013
ropa tendida
"Cualquiera que al día de hoy se sienta o se presienta inteligente, ha de saber que su sola existencia es un alto insulto a los Derechos Humanos. Solo se puede ser tonto integral para quedarse quieto con la que se nos viene encima."
Luis Felipe Comendador, 2009
***
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
39 ROPA TENDIDA
Un eco de torzal apenas roto.
La leve sensación de una certeza.
El muerto resplandor que, del pabilo,
se ve mientras se extingue,
y un soplo le devuelve como brasa
con renovados bríos. El aliento
viste luz de nostalgia: las vecinas
cuchicheando por las escaleras;
el corro familiar, cuando la noche
hervía de consejos y preguntas;
elusivas respuestas sobre nada…
El eco del temblor eran noticias
del pueblo; del camino; del zaguán;
de cada mozo y moza los andares;
de la vida común de cada hermano,
pero era entonces más: era memoria.
Los viejos aún susurran sus temores.
Atan hilvanes con las hebras rotas,
ecos que todavía se revuelven
contra la decadencia de los años,
y, cuando no te ven, conversan
de la cuneta que unas flores cubren…
©pbaediciones
lunes, 11 de noviembre de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
38 ROPA TENDIDA
el frío del otoño se insinúa
en el verano de la plenitud
para fraguar la huella de los sueños
el tiempo es corto todo está medido
una casilla para cada inercia
en el reloj los días
el calendario consumiendo números
y tan cercano cada fin de mes
soportar los rigores de la escarcha
soñando primaveras
©pbaediciones
martes, 5 de noviembre de 2013
Vermeer: La muchacha del collar de perlas
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
37 ROPA TENDIDA
la sombra tu presencia
amanecer del cuarto
tocan el suelo
esos pies descalzos
por evitar el ruido
colocas el cacharro
preparas el café
pones baja la radio
miras nacer el día
entre sorbos del vaso
recompones el pelo
con tu gesto gastado
ordenas la cocina
vas al baño
colocas el cojín
trasteas picas ajos
remueves la sartén
te limpias en un trapo
y miras el reloj…, pero no es hora
de despertarlos
porque hace tiempo que se hicieron grandes
y del nido volaron
©pbaediciones
martes, 29 de octubre de 2013
Ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- ...es como regresar...
36 ROPA TENDIDA
“Subieron las alubias, el tocino,
los garbanzos, el pan: una telera
ha puesto en la picota la bandera.
!Cómo vadearemos el destino¡
Cuidado con la gente. Y el vecino.
Ayer crucé con él en la escalera.
No puedo más, ¿qué lance nos espera…?
Olvida el pensamiento peregrino.
Calla que no nos oigan. Dilo luego
cuando solos estemos en el juego.
Esta existencia ¿cuándo será vida?”
Qué tiempos tan sencillos, tan extraños,
de peso en la conciencia, de los años
del ¡cállate!, pues hay ropa tendida.
©pbaediciones
martes, 22 de octubre de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
35 ROPA TENDIDA
Un ventarrón del norte
ha sugerido duplicar las pinzas.
Con las manos heladas
vas escogiéndolas y sujetándolas.
Banderas en un mástil, la colada
declama su discurso: huyen y no se van
anclada cada prenda en la rutina.
Tal vez intentan maridarse al viento.
Con el frío de agosto sobre el alma
elevarte quisieras
buscando más allá del horizonte;
pero, también distante, permaneces.
Será por algo más que la costumbre.
©pbaediciones
martes, 15 de octubre de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
34 ROPA TENDIDA
Nada es indiferente. Cada paso
es la repetición del mismo hecho,
y el cobertor sobre la decadencia
no solucionará la podredumbre.
El nudo en la garganta
crece al atardecer de la derrota,
y oprime hasta el ahogo
cuando los años hurgan en la herida.
Ir a la cama sin hacer promesas
de un olvido imposible.
Lavar luego las sábanas. Tenderlas,
y que la luz se lleve las manchas de memoria.
©pbaediciones
martes, 8 de octubre de 2013
ropa tendida, nº 33
gotas de libertad
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
33 ROPA TENDIDA
Todo está negro… Brillan los neones,
sol falso en las entrañas de la sala.
La hora se ha parado.
La sombra se ha cebado en la ventana.
En el sosiego lúgubre
retumban por el suelo unas pisadas.
Los cuerpos en letargo se contraen,
se yerguen con recelo. Se levantan
las miradas perdidas en el linóleo gris,
hasta que pasan
dejando atrás crecido en el silencio
voces que se derraman.
Mientras se aleja el ruido del tormento
en esta noche trágica,
pugna por aflorar y deshacerse
el nudo de una lágrima.
Todo es ropa tendida.
Todos callan.
©pbaediciones
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
33 ROPA TENDIDA
Todo está negro… Brillan los neones,
sol falso en las entrañas de la sala.
La hora se ha parado.
La sombra se ha cebado en la ventana.
En el sosiego lúgubre
retumban por el suelo unas pisadas.
Los cuerpos en letargo se contraen,
se yerguen con recelo. Se levantan
las miradas perdidas en el linóleo gris,
hasta que pasan
dejando atrás crecido en el silencio
voces que se derraman.
Mientras se aleja el ruido del tormento
en esta noche trágica,
pugna por aflorar y deshacerse
el nudo de una lágrima.
Todo es ropa tendida.
Todos callan.
©pbaediciones
lunes, 30 de septiembre de 2013
ropa tendida
(Pintura de Isabel Guerra)
32 ROPA TENDIDA
Un aura me seduce cuando los labios tejen
la mueca que pretende silencios en mi boca,
por algo tan trivial que sólo sobrevive
del íntimo momento celoso del ayer.
Vino, duda, deseo; la llama de dos velas;
vacilación, engaño al borde de la sima;
palabras; la certeza del perfeccionamiento,
y al fin la fronda cruzo salvando cenagales.
Casi sin enterarse, alimenté las brasas
de clandestinas luces hasta rayar el día.
La noche de violetas, las velas aromáticas,
afloran la sonrisa inesperada y breve
cuando la prenda tomo para ponerla al sol
con su duda, su vino, sus velas y sus besos.
©pbaediciones
martes, 24 de septiembre de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
31 ROPA TENDIDA
como enseña el maestro a su discípulo
como el pintor dibuja su boceto
y el escultor desbroza la madera
y reza el ermitaño su argumento
el astro en la distancia reclinado
cómodamente se derrama lento
sobre la virginal orografía
con la dedicación de un carpintero
mas una clandestina sementera
roturada de rizos y trebejos
ensortijados por los humedales
permaneció en barbecho
en su dedicación alborozada
de matizar de arena los oteros
olvidó descubrir la quebradura
que burlara la sombra de mi sexo
©pbaediciones
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FCPJH
Convocatoria abierta para el "Encuentro de poetas por Ciudad Juárez"
Acto realizado en colaboración con Cuadernos del MatemáticoAuditorio del Centro a las 12:00 h.
La Fundación Centro de Poesía José Hierro y Cuadernos del Matemático os invitan a sumaros a la acción solidaria el próximo sábado 28 de septiembre a las 12:00 h. en el auditorio del Centro.
Si quieres alzar tu voz por la paz y la libertad, súmate a nosotros en este encuentro simultáneo a nivel mundial y escríbenos a fundacion@cpoesiajosehierro.org
Tercer encuentro de escritores por Ciudad Juárez
En septiembre de 2011 un grupo de jóvenes escritores comprometidos, desde la frontera de México, en el estado de Chihuahua, convocaron el primer “Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez”, un foro que pretende acercarnos allá donde la palabra es más necesaria y apreciada, justo al lugar donde la violencia devora los sueños colectivos. Por ello se buscó recuperar los espacios públicos secuestrados por el miedo y provocar la convivencia donde se impone el lenguaje de las armas. La experiencia no pudo ser más intensa y gratificante (participaron grupos y personas en 131 pueblos y ciudades de 24 países) aun cuando se trataba de percibir una realidad muy dura y violenta que en ocasiones nos parece lejana y ajena, pero que nos compromete por igual a quienes entendemos que la violencia es siempre una agresión a la conciencia individual y colectiva, se produzca donde se produzca.
Se pretende una acción colectiva y múltiple, desde casas particulares, a plazas públicas, librerías, teatros, escuelas o casas de la cultura, etc. La Fundación José Hierro, en colaboración con Cuadernos del Matemático, quiere formar parte de este grito comunitario contra la barbarie y convoca a todos sus usuarios y amigos a formar parte de un clamor de palabras, de entrañadas y propositivas palabras.
www.escritoresporciudadjuarez.blogspot.com
---
poema enviado
colesterol
cada mañana salgo a pasear
por el colesterol hoy pienso en siria
de allí mis pasos y mis reflexiones
me traen que están sufriendo muchos niños
en somalia en el congo en palestina
en chechenia en volivia en ciudad juárez
y cerca muchos llegan a la escuela
sin nada que tomar de desayuno
por guerras por pobreza por abusos
por abandono de los responsables
que permiten trabajos arriesgados
a la fragilidad de su columna
y a la ductilidad de adiestramiento
cambiando por la escuela la consigna
de la guerra del campo de la fábrica
de la mina del mar de la costura
con mi silencio cómplice pues solo
me intranquiliza mi colesterol
©pbernal
martes, 17 de septiembre de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
30 ROPA TENDIDA
pinzo en la cuerda el festón
de la diminuta prenda
tan subjetiva tan íntima
a la costumbre resuelta
para enjugar humedades
fabricada en una pieza
con dobladillo de blonda
y puntilla de leyenda
(alguna con un pespunte
de florecillas bermejas
o flecos de filigrana
resulta más opulenta)
manejable de ocultar
en un resquicio compleja
su lógica metafísica
azarosa referencia
de situaciones banales
aventuradas etéreas
tan pequeño es el retazo
tan minúscula la pieza
que resuelve mis cuidados
con galantes componendas
en confusas situaciones
de imprevistas consecuencias
una lágrima de risa
una mácula molesta
de sombra o aquel adiós
con el borde entre mis yemas
y un mohín en el semblante
de mi sonrisa discreta
-------
cada mañana salgo a pasear
por el colesterol hoy pienso en Siria
de allí mis pasos y mis reflexiones
me traen que están muriendo muchos niños
y cerca muy cerca
muchos van a la escuela
sin desayunar
©pbaediciones
martes, 10 de septiembre de 2013
(Cala Maro)
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
29 ROPA TENDIDA
Los dedos se confían a la ropa.
No sé sus argumentos,
pero la seriedad de las palabras
deja mojado el suelo:
las recriminaciones
que vierten en la cuerda, son lamentos
junto a las colgaduras soleadas
que juegan a secarse con el céfiro.
Quiero saber qué dicen.
Escondo con trabajo mi deseo
procurando atrapar las confidencias
que, como la humedad, se lleva el viento,
y, en un leve susurro
entre la camiseta y el vaquero,
me parece escuchar que le relatan
al calcetín atento,
y al pañuelo de seda, confidente
de todos tus oscuros sentimientos,
y a la sábana blanca,
esa que tanto sabe de los sueños,
y al body, y a la blusa, y a la enagua
de encaje; y al lucero
que brilla señalando el horizonte,
en qué se van las horas de tu tiempo.
©pbaediciones
martes, 3 de septiembre de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
28 ROPA TENDIDA
Ha sido inesperado.
Las manos han seguido
tendiendo.
Como si no fuera contigo.
No sé cuando empezó.
Ambos lo hemos echado en el olvido.
Tropiezos, roces…, las pequeñas cosas
que descosen los trapos que tejimos.
Poco a poco fueron acumulándose,
como la ropa sucia, en un ovillo
que necesita lágrimas
para verlo de nuevo todo nítido.
Hoy, al cruzar bajo la tensa raya,
sostén de la camisa en el orillo,
sus mangas amagaron
con un abrazo caluroso y limpio,
pero de un manotazo,
- como si no fuera contigo -,
han seguido tendiendo:
nos han puesto a las dos en nuestro sitio.
©pbaediciones
martes, 27 de agosto de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- asuntos intangibles de la vida
---
27 ROPA TENDIDA
Las voces de la casa no trascienden.
Hay un bullir que nace en la cocina,
como si respondieran los fogones
en la conversación.
Salpican las palabras como dardos
cuando surcan el aire. Nada piden,
pero dejan un halo rumoroso,
memoria de su ímpetu.
Inquietan por su esencia, y el silencio
irrumpe de inmediato. La mirada
(discurre por los gestos
del fuego, de los platos, de la pila…),
muda, repite: tú qué te has creído;
todo lo tienes, ¡todo! ¡Hasta mi cuerpo!
Pero no todo puede compartirse.
---
que merecen respeto…
©pbaediciones
domingo, 25 de agosto de 2013
Como cualquier domingo
Como cualquier domingo
Como cualquier domingo de verano,
me voy a caminar muy de mañana.
No sé que volveré con esa angustia
de bruma como nudo en la garganta.
Me cruzo con el viejo que medita
sobre la acera el paso que le avanza:
salió con los albores a la calle
y huye del sol, pues con sus rayos mata.
Me adelantan los pasos de un caniche
al que una sudorosa chica llama,
y más allá coincido en la ladera
con andariegos y andariegas varias.
Mis pasos me han llevado en un rodeo
al cerro del depósito del agua,
y sorprendo al banal madrugador
buscando el fruto de una higuera brava.
Descollan ralos un puñado de árboles
más abajo, formando una enramada.
Hay un hombre acostado, que se oculta
entre la telaraña y la hojarasca.
Lo veo. Se incorpora. Se ha sentado.
Desorientado. No le veo la cara
cubierta de abundante pelambrera
negra e hirsuta y sin sembrar de canas.
Hay un leve equipaje junto al lecho,
la manta bajo el cielo entre las ramas,
y todo el horizonte para él,
dueño del mundo; dueño de la nada.
Un paria más, me digo, desahuciado
de algo que alguna vez fuera su casa,
en donde al despertarse le darían
un beso, el desayuno con tostadas,
quizá la risa alegre de algún niño;
quizá un primer abrazo en la mañana…
Ha pasado la noche calurosa
con la brisa de agosto, y en su manta.
No sé qué pasará
con los fríos de enero, y con la escarcha.
Yo sigo mi camino, mientras pienso
con qué facilidad le doy la espalda.
©pbaediciones
Como cualquier domingo de verano,
me voy a caminar muy de mañana.
No sé que volveré con esa angustia
de bruma como nudo en la garganta.
Me cruzo con el viejo que medita
sobre la acera el paso que le avanza:
salió con los albores a la calle
y huye del sol, pues con sus rayos mata.
Me adelantan los pasos de un caniche
al que una sudorosa chica llama,
y más allá coincido en la ladera
con andariegos y andariegas varias.
Mis pasos me han llevado en un rodeo
al cerro del depósito del agua,
y sorprendo al banal madrugador
buscando el fruto de una higuera brava.
Descollan ralos un puñado de árboles
más abajo, formando una enramada.
Hay un hombre acostado, que se oculta
entre la telaraña y la hojarasca.
Lo veo. Se incorpora. Se ha sentado.
Desorientado. No le veo la cara
cubierta de abundante pelambrera
negra e hirsuta y sin sembrar de canas.
Hay un leve equipaje junto al lecho,
la manta bajo el cielo entre las ramas,
y todo el horizonte para él,
dueño del mundo; dueño de la nada.
Un paria más, me digo, desahuciado
de algo que alguna vez fuera su casa,
en donde al despertarse le darían
un beso, el desayuno con tostadas,
quizá la risa alegre de algún niño;
quizá un primer abrazo en la mañana…
Ha pasado la noche calurosa
con la brisa de agosto, y en su manta.
No sé qué pasará
con los fríos de enero, y con la escarcha.
Yo sigo mi camino, mientras pienso
con qué facilidad le doy la espalda.
©pbaediciones
martes, 20 de agosto de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
26 ROPA TENDIDA
Las prendas se abandonan a la brisa,
como las golondrinas
posadas en el hilo del telégrafo:
elevan levemente su perfil
compartiendo sus dudas y certezas
en un mudo diálogo de gestos.
Parece que se miran de reojo,
que se saludan con susurro cómplice
mientras del sol destilan los reflejos.
Con otros compañeros desteñidos,
una pregunta –como yo- se hace
el calcetín impar de aquel extremo.
©pbaediciones
martes, 13 de agosto de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- qué prenda es la que abraza si tu piel
se ha llenado de perlas
---
25 ROPA TENDIDA
Grande, pesada, de colores vivos,
su felpa emborrachada,
se mueve lenta proyectando sombra
maciza, sobre un charco
en el aliviadero del erial.
Sus cabos se cimbrean
como las hierbas que, después del paso,
se yerguen a la brisa,
y luego, con el tiempo,
cuando seca bandera se descubra,
vas a entender, si pasas a su lado,
mi afán por estrecharte.
---
y cruzas el pasillo hasta tu cuarto…?
©pbaediciones
martes, 30 de julio de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- un agua solamente
para la levedad de una postura…
---
24 ROPA TENDIDA
En penumbra la alcoba,
fragancia de jazmín…, y la mañana.
***
Tu porte, vanidad, alarde, orgullo,
goteando en la cuerda, desmerece
no sin provocación.
Lánguida por la brisa,
insinúas corpiño sin candela
que acune y estremezca tu cintura.
A nadie ya seduces
en ese pedestal inconsistente,
mientras miras al sol, quizá rememorando
cómo me desnudaba.
---
…que solo se lució en el paseíllo.
©pbaediciones
martes, 23 de julio de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- como el final de una taza de te,
---
23 ROPA TENDIDA
Negro, dorado, rosa, azul, canela…
No es un conjunto, aunque lo acompaña
algo, menos aún, en su campaña
de apenas desvelar cada gemela.
Nunca será de lana o de franela:
raso, seda, satén o fantasía
son su fascinación y rebeldía;
tela suave sobre suave tela.
Lo he lavado con muy poco jabón
en agua tibia, como colofón
a la velada de rosas y oporto,
y lo dejo secar al viento leve.
Un envoltorio tan liviano y breve
merece un verso corto.
----
- poso de una velada horizontal
©pbaediciones
- como el final de una taza de te,
---
23 ROPA TENDIDA
Negro, dorado, rosa, azul, canela…
No es un conjunto, aunque lo acompaña
algo, menos aún, en su campaña
de apenas desvelar cada gemela.
Nunca será de lana o de franela:
raso, seda, satén o fantasía
son su fascinación y rebeldía;
tela suave sobre suave tela.
Lo he lavado con muy poco jabón
en agua tibia, como colofón
a la velada de rosas y oporto,
y lo dejo secar al viento leve.
Un envoltorio tan liviano y breve
merece un verso corto.
----
- poso de una velada horizontal
©pbaediciones
martes, 16 de julio de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- espías sentimientos
---
22 ROPA TENDIDA
Los dedos han rozado su cintura.
Su tacto le ha llevado a la memoria
de otros tiempos, solo por un instante:
como se afirma el paso contra el viento;
como se va el acorde que se pierde,
o se apura el pabilo…
Regresa a su tarea. Las caderas,
ignorando un temblor, tocan las manos
y dibujan la forma evanescente.
Porque no pese tanto la obsesión,
las ha doblado juntas en el centro
y, en un vuelo preciso,
toma su breve felpa,
la pone en la cintura
y en el cajón oscuro de mi cuarto
las guarda con fervor.
---
desde lo más profundo del abismo…
©pbaediciones
- espías sentimientos
---
22 ROPA TENDIDA
Los dedos han rozado su cintura.
Su tacto le ha llevado a la memoria
de otros tiempos, solo por un instante:
como se afirma el paso contra el viento;
como se va el acorde que se pierde,
o se apura el pabilo…
Regresa a su tarea. Las caderas,
ignorando un temblor, tocan las manos
y dibujan la forma evanescente.
Porque no pese tanto la obsesión,
las ha doblado juntas en el centro
y, en un vuelo preciso,
toma su breve felpa,
la pone en la cintura
y en el cajón oscuro de mi cuarto
las guarda con fervor.
---
desde lo más profundo del abismo…
©pbaediciones
martes, 9 de julio de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- armónico de ausencias
---
21 ROPA TENDIDA
Lo he tomado del balde
y al tacto se despierta
un algo misterioso
de seno que aletea.
Lo trabo vertical
con dedos de madera,
y enseguida se pone en movimiento:
pende, vuela, se mece y zarandea,
y, acompañado como en un sarao
de otras prendas,
se arranca un roc,n rol
desde la tapia hasta la enredadera.
Juega el deseo a ver,
punzada pasajera,
turgencias en el viento,
latido en la carencia,
pero sus manos nada tocarían,
- nada encuentran -
si desde la mirada
pasaran a palpar las cazoletas.
---
- al compás de un dolor que tarareas…
©pbaediciones
- armónico de ausencias
---
21 ROPA TENDIDA
Lo he tomado del balde
y al tacto se despierta
un algo misterioso
de seno que aletea.
Lo trabo vertical
con dedos de madera,
y enseguida se pone en movimiento:
pende, vuela, se mece y zarandea,
y, acompañado como en un sarao
de otras prendas,
se arranca un roc,n rol
desde la tapia hasta la enredadera.
Juega el deseo a ver,
punzada pasajera,
turgencias en el viento,
latido en la carencia,
pero sus manos nada tocarían,
- nada encuentran -
si desde la mirada
pasaran a palpar las cazoletas.
---
- al compás de un dolor que tarareas…
©pbaediciones
martes, 2 de julio de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- involuntario imán en la penumbra,
---
20 ROPA TENDIDA
En dos pinzas, bandera contra el viento,
con las tirantas libres, ondeando
a tu capricho, bailas con la brisa
como cuando, ceñida a las caderas,
en el vuelo de un paso dejas ver
sombra de mi desnudo.
---
desde la cuerda enseñas todo y nada
©pbaediciones
martes, 25 de junio de 2013
ropa tendida
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
19 ROPA TENDIDA
- siempre presente tamizando luz
mudo testigo lábil a la brisa…
---
desconcertado en medio del cordel
trama tu cuerpo corazón de seda
en lágrimas de oro te derramas
desatabas el frío en el abrazo
salvaguardabas del cristal la luz
cautivo de la furia de los besos
cernías de tibieza la batalla
de mudos escarceos de película
tu vuelo retenía los secretos
de mimos risas llantos aprensiones…
colmándote de mugre y de riqueza
pelusas aderezos humedades…
almacenaste tanta porquería
que ya te convenía una limpieza
---
- y mira cómo juega con el viento…
©pbaediciones
19 ROPA TENDIDA
- siempre presente tamizando luz
mudo testigo lábil a la brisa…
---
desconcertado en medio del cordel
trama tu cuerpo corazón de seda
en lágrimas de oro te derramas
desatabas el frío en el abrazo
salvaguardabas del cristal la luz
cautivo de la furia de los besos
cernías de tibieza la batalla
de mudos escarceos de película
tu vuelo retenía los secretos
de mimos risas llantos aprensiones…
colmándote de mugre y de riqueza
pelusas aderezos humedades…
almacenaste tanta porquería
que ya te convenía una limpieza
---
- y mira cómo juega con el viento…
©pbaediciones
martes, 18 de junio de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- prendida de alfileres, sinuosa
al embate del viento…
---
18 ROPA TENDIDA
Aún no se han desprendido
-con el sol, con la escarcha,-
los sueños. Yo los veo cómo se desperezan
entre tus pliegues y tus humedades…
En ellos se confunde el celo que cubría
-del roce; de la luna
cuando por la rendija contemplaba-
trazos de mi silueta.
---
- …la sábana retoza.
©pbaediciones
- prendida de alfileres, sinuosa
al embate del viento…
---
18 ROPA TENDIDA
Aún no se han desprendido
-con el sol, con la escarcha,-
los sueños. Yo los veo cómo se desperezan
entre tus pliegues y tus humedades…
En ellos se confunde el celo que cubría
-del roce; de la luna
cuando por la rendija contemplaba-
trazos de mi silueta.
---
- …la sábana retoza.
©pbaediciones
martes, 11 de junio de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- Hoy he visto la nieve
desde el amanecer de los Depósitos,
y a Madrid alfombrando la llanura,
y al este, recortado, el Cerro de los Ángeles.
¿En dónde estabas tú…?
---
17 ROPA TENDIDA
Salpica el sol por el tamiz de luces
que las manos recrean en las cuerdas
para deshabitar las humedades.
Ofrecen a la brisa la cadencia
selectiva: medias y calcetines
tendidos en pareja, pretensión
de compromiso de fidelidad.
Pensamientos oscuros y lejanos,
mecidos en el aire, se descartan
en la conversación con las poleas.
Penden los pantalones empapados,
y vuelan los festones de una enagua;
corpiños y camisas se revuelcan
sujetas por los hombros; sonadores,
servilletas y paños de cocina,
se aguantan por un pico, - por la espalda
una sombra infantil se desdibuja…, -
calzoncillos y bragas, corazones,
ese sujetador, la toallita,
de la nada testigo, por la fronda
de la cuerda del centro. Y, a su lado,
una sábana rosa, ya sin huellas.
---
- tal vez en tus recuerdos…
©pbaediciones
- Hoy he visto la nieve
desde el amanecer de los Depósitos,
y a Madrid alfombrando la llanura,
y al este, recortado, el Cerro de los Ángeles.
¿En dónde estabas tú…?
---
17 ROPA TENDIDA
Salpica el sol por el tamiz de luces
que las manos recrean en las cuerdas
para deshabitar las humedades.
Ofrecen a la brisa la cadencia
selectiva: medias y calcetines
tendidos en pareja, pretensión
de compromiso de fidelidad.
Pensamientos oscuros y lejanos,
mecidos en el aire, se descartan
en la conversación con las poleas.
Penden los pantalones empapados,
y vuelan los festones de una enagua;
corpiños y camisas se revuelcan
sujetas por los hombros; sonadores,
servilletas y paños de cocina,
se aguantan por un pico, - por la espalda
una sombra infantil se desdibuja…, -
calzoncillos y bragas, corazones,
ese sujetador, la toallita,
de la nada testigo, por la fronda
de la cuerda del centro. Y, a su lado,
una sábana rosa, ya sin huellas.
---
- tal vez en tus recuerdos…
©pbaediciones
martes, 4 de junio de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- la flor hay que regarla cada día
con cariño y respeto
---
16 ROPA TENDIDA
cuando quise sentí sobre la piel
desnuda palpitante
el filo de un cuchillo
deslizándose leve
por un segundo desde tu mirada
la sangre de tus ojos en los míos
desdén desprecio hielo
rompió los tenues lazos
tendidos torpemente como estelas
fugaz aconteció luego sonrisa
apenas esbozada
tus brazos rodearon mi cintura
y el roce de tu boca
inició por mi piel un peregrino
caminar sinuoso
difunto y sepultado sin embargo
quedaba mi deseo
---
- la confianza es el edificio
más imposible de reconstruir…
©pbaediciones
- la flor hay que regarla cada día
con cariño y respeto
---
16 ROPA TENDIDA
cuando quise sentí sobre la piel
desnuda palpitante
el filo de un cuchillo
deslizándose leve
por un segundo desde tu mirada
la sangre de tus ojos en los míos
desdén desprecio hielo
rompió los tenues lazos
tendidos torpemente como estelas
fugaz aconteció luego sonrisa
apenas esbozada
tus brazos rodearon mi cintura
y el roce de tu boca
inició por mi piel un peregrino
caminar sinuoso
difunto y sepultado sin embargo
quedaba mi deseo
---
- la confianza es el edificio
más imposible de reconstruir…
©pbaediciones
martes, 28 de mayo de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- ágiles dulces incansables tensas
dóciles y arrugadas como un trapo
---
15 ROPA TENDIDA
hay una prenda grande en la colada
que cuando se recoge
ni siquiera la cuerda cede comba
apenas su lugar
siente la liviandad de su vacío
sin embargo la emplean todos en esta casa
entre sus duros pliegues las manos desinfecta
las palabras más gruesas dulcifica
acecha los rincones retirando pelusa polvo limo
las lágrimas enjuga en la cocina la voz en el salón
la desvergüenza
hay una prenda grande en la colada
imprescindible omnipresente tierna
---
- siempre en la brecha…
©pbaediciones
- ágiles dulces incansables tensas
dóciles y arrugadas como un trapo
---
15 ROPA TENDIDA
hay una prenda grande en la colada
que cuando se recoge
ni siquiera la cuerda cede comba
apenas su lugar
siente la liviandad de su vacío
sin embargo la emplean todos en esta casa
entre sus duros pliegues las manos desinfecta
las palabras más gruesas dulcifica
acecha los rincones retirando pelusa polvo limo
las lágrimas enjuga en la cocina la voz en el salón
la desvergüenza
hay una prenda grande en la colada
imprescindible omnipresente tierna
---
- siempre en la brecha…
©pbaediciones
martes, 21 de mayo de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- atesorados trapos tendidos bajo el cielo
en soleados días de antiguas primaveras
---
14 ROPA TENDIDA
había una pradera
con grises matorrales
manchados de colores
había un balde lleno
de flores encrespadas
con restos de humedad
había gorriones
mirando la tarea
de manos a la luz
y un sol que soleaba
peñas zarzales brezos
tu mapa de acuarela
---
- que manos arrugadas del agua colocaban
©pbaediciones
- atesorados trapos tendidos bajo el cielo
en soleados días de antiguas primaveras
---
14 ROPA TENDIDA
había una pradera
con grises matorrales
manchados de colores
había un balde lleno
de flores encrespadas
con restos de humedad
había gorriones
mirando la tarea
de manos a la luz
y un sol que soleaba
peñas zarzales brezos
tu mapa de acuarela
---
- que manos arrugadas del agua colocaban
©pbaediciones
martes, 14 de mayo de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- la trama de la luz en los olivos…
- un brocal blanco en medio…
---
13 ROPA TENDIDA
Vi cómo me miraban
tus manos en un guiño de avaricia,
mientras cantaban números al viento,
y con el velo puesto en los cristales,
y tregua en el postigo,
nació mi desazón por conocerlo.
Entorné la ventana. La rendija
multiplicó charoles en tus ojos
y sombras en tu pelo.
Bailaban un compás desesperado
mis latidos, los tuyos. No dejaba
ver la penumbra ni tan solo un gesto.
Entre carreras voceaban motes
más allá de la puerta: perseguían
quimeras a lo lejos,
y apresuré mi roce con tus labios.
Y seguimos jugando al esconder
con el tesoro del sabor de un beso.
---
- y caballos salvajes a lo lejos.
©pbaediciones
-------------------------
LA SILLA
Breve, recia, sencilla; complaciente
con el entorno; uso poco espacio
en la espera y la prisa; voy despacio
agilizando el paso entre la gente.
Me muevo cautelosa, sonriente
por el bruñido suelo del palacio,
y con alegre paso por el lacio
piso del usuario más corriente.
A la mesa me arrimo, y me acomoda
el libro, la escritura, la tetera…;
y me acerco con tiento a la escalera.
Para llevarme, en cuatro quedo toda.
Útil, leal y buena compañera,
me ofrecen por muy poco a quien me quiera.
- la trama de la luz en los olivos…
- un brocal blanco en medio…
---
13 ROPA TENDIDA
Vi cómo me miraban
tus manos en un guiño de avaricia,
mientras cantaban números al viento,
y con el velo puesto en los cristales,
y tregua en el postigo,
nació mi desazón por conocerlo.
Entorné la ventana. La rendija
multiplicó charoles en tus ojos
y sombras en tu pelo.
Bailaban un compás desesperado
mis latidos, los tuyos. No dejaba
ver la penumbra ni tan solo un gesto.
Entre carreras voceaban motes
más allá de la puerta: perseguían
quimeras a lo lejos,
y apresuré mi roce con tus labios.
Y seguimos jugando al esconder
con el tesoro del sabor de un beso.
---
- y caballos salvajes a lo lejos.
©pbaediciones
-------------------------
LA SILLA
Breve, recia, sencilla; complaciente
con el entorno; uso poco espacio
en la espera y la prisa; voy despacio
agilizando el paso entre la gente.
Me muevo cautelosa, sonriente
por el bruñido suelo del palacio,
y con alegre paso por el lacio
piso del usuario más corriente.
A la mesa me arrimo, y me acomoda
el libro, la escritura, la tetera…;
y me acerco con tiento a la escalera.
Para llevarme, en cuatro quedo toda.
Útil, leal y buena compañera,
me ofrecen por muy poco a quien me quiera.
martes, 7 de mayo de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- Santa inocencia, todo resbalaba
como el agua que fluye en el arroyo,
---
12 ROPA TENDIDA
Sabían los oídos vigilantes,
los ojos bajos, el oído alerta.
El filo del mandil entre los dedos
y a mano el escobón, en el rellano
tendían, como redes de pescar,
hilos de información, trama, futuro
del presente, noticia que sirviera
para disimular cada mañana.
Tendían con palabras encogidas
eso que le ha pasado a no-sé-quién,
no sé de dónde ni cómo lo gana,
dónde descansarán sus desventuras…,
rumores que alimenta la charla de vecina.
Tendían, sin mayor preocupación,
mientras corríamos entre sus piernas
bajo los delantales y las faldas,
húmeda ropa.
---
- …y, como el agua, cala…
©pbaediciones
----------------
Más allá de diciembre
Como solo lo he dicho en las palabras,
mi calle está en los mapas y las guías.
Será al atardecer, cuando cansado
bebo poco, fingiéndome impotente.
Suele ser, por desgracia verdadero
que no acabo jamás, que no me llega
la sangre urgente que regresa a casa
cuando la lluvia su mirada barre.
En el fondo es posible, muy posible,
la carta fue con miedo al matasellos
tan solo por tocarlas. Una piedra
rompió el papel. Se levantó llorando.
Hablan de ti, de mi, y algunas veces
te pido que abandones la lectura
porque llorando bebo algo más lento.
Nueve relojes dan las diez en punto.
- Niños, mujer, comed, que se os enfría.
Muestra mi mano lenguas que bebieron
besando el cuello a una mujer estéril.
Dejadme, por favor, esa mentira.
Mi padre está asomado a la ventana…
Collage sobre versos de Diciembre,
de Jesús Urceloy
(PB)
- Santa inocencia, todo resbalaba
como el agua que fluye en el arroyo,
---
12 ROPA TENDIDA
Sabían los oídos vigilantes,
los ojos bajos, el oído alerta.
El filo del mandil entre los dedos
y a mano el escobón, en el rellano
tendían, como redes de pescar,
hilos de información, trama, futuro
del presente, noticia que sirviera
para disimular cada mañana.
Tendían con palabras encogidas
eso que le ha pasado a no-sé-quién,
no sé de dónde ni cómo lo gana,
dónde descansarán sus desventuras…,
rumores que alimenta la charla de vecina.
Tendían, sin mayor preocupación,
mientras corríamos entre sus piernas
bajo los delantales y las faldas,
húmeda ropa.
---
- …y, como el agua, cala…
©pbaediciones
----------------
Más allá de diciembre
Como solo lo he dicho en las palabras,
mi calle está en los mapas y las guías.
Será al atardecer, cuando cansado
bebo poco, fingiéndome impotente.
Suele ser, por desgracia verdadero
que no acabo jamás, que no me llega
la sangre urgente que regresa a casa
cuando la lluvia su mirada barre.
En el fondo es posible, muy posible,
la carta fue con miedo al matasellos
tan solo por tocarlas. Una piedra
rompió el papel. Se levantó llorando.
Hablan de ti, de mi, y algunas veces
te pido que abandones la lectura
porque llorando bebo algo más lento.
Nueve relojes dan las diez en punto.
- Niños, mujer, comed, que se os enfría.
Muestra mi mano lenguas que bebieron
besando el cuello a una mujer estéril.
Dejadme, por favor, esa mentira.
Mi padre está asomado a la ventana…
Collage sobre versos de Diciembre,
de Jesús Urceloy
(PB)
martes, 30 de abril de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- qué historias más extrañas no vivimos…
- no sé si fue la suerte o el azar…
---
11 ROPA TENDIDA
Ella lo repetía
en cada Navidad; en cualquier fiesta;
en noches de apagón; en la vela del luto
para llenar las horas de bostezo,
de cansancio, de lágrimas.
A veces retoñaba por la siesta,
quitando y añadiendo, y ascendía
en el estío como fina lluvia.
Otras, a cualquier hora, renacía
por un detalle que colmaba el vaso
e infundía en los labios un temblor…
Llenaría papeles con los hechos
que salpicaban sus lamentaciones.
Evoco la pregunta,
y ver, oír, callar, como respuesta;
y, más lejos aún, -tal vez no tanto-,
calla la boca, que hay ropa tendida.
---
- no sé si dejaremos de ser nadie…
©pbaediciones
- qué historias más extrañas no vivimos…
- no sé si fue la suerte o el azar…
---
11 ROPA TENDIDA
Ella lo repetía
en cada Navidad; en cualquier fiesta;
en noches de apagón; en la vela del luto
para llenar las horas de bostezo,
de cansancio, de lágrimas.
A veces retoñaba por la siesta,
quitando y añadiendo, y ascendía
en el estío como fina lluvia.
Otras, a cualquier hora, renacía
por un detalle que colmaba el vaso
e infundía en los labios un temblor…
Llenaría papeles con los hechos
que salpicaban sus lamentaciones.
Evoco la pregunta,
y ver, oír, callar, como respuesta;
y, más lejos aún, -tal vez no tanto-,
calla la boca, que hay ropa tendida.
---
- no sé si dejaremos de ser nadie…
©pbaediciones
martes, 23 de abril de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- la escuela no está en la escuela,
que la escuela de la vida
deja más huella de herida…
¡que Ramona y que Manuela!
---
10 ROPA TENDIDA
Esa sonrisa ponla más abierta.
Atiende con premura,
auténtico deseo de agradar,
cuando descubras que algo necesitan.
Tensa el ceño. Demora la respuesta
si buscan sobre asuntos delicados.
Aplica tu paciencia
para curar heridas ya cerradas,
abiertas cicatrices permanentes.
Escucha sin oír con atención
la cháchara que brota sin dar pie.
Asiente si lo pide
la circunstancia de tu fantasía,
procurando que, pura complacencia,
tu gesto no se note,
y ruega que los niños interpreten
que-hay-ropa-tendida.
---
- aprendida la lección
©pbaediciones
- la escuela no está en la escuela,
que la escuela de la vida
deja más huella de herida…
¡que Ramona y que Manuela!
---
10 ROPA TENDIDA
Esa sonrisa ponla más abierta.
Atiende con premura,
auténtico deseo de agradar,
cuando descubras que algo necesitan.
Tensa el ceño. Demora la respuesta
si buscan sobre asuntos delicados.
Aplica tu paciencia
para curar heridas ya cerradas,
abiertas cicatrices permanentes.
Escucha sin oír con atención
la cháchara que brota sin dar pie.
Asiente si lo pide
la circunstancia de tu fantasía,
procurando que, pura complacencia,
tu gesto no se note,
y ruega que los niños interpreten
que-hay-ropa-tendida.
---
- aprendida la lección
©pbaediciones
martes, 16 de abril de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- yo recuerdo una pila
de piedra junto al brocal de un pozo…
- yo recuerdo una verde
pradera regada de jaras…
----
9 ROPA TENDIDA
En sus manos heladas un
ramo de violetas.
Espío de soslayo: su cara
me examina
curiosa y apagada. Me
busca con los ojos.
Me mira y no me mira,
porque su rostro baja
al suelo, y los distrae
con su tarea triste,
sin atender la charla
que fingen los mayores.
Es como yo, quizás,
puede que un año menos,
carece de importancia,
pero su ser me busca
con la necesidad de la
pregunta tibia,
con la intención del
juego, con una urgencia leve
de dar por terminado
algo que no le agrada:
de abandonar el patio, de
evadirse corriendo.
Para tender la
ropa tiene tan pocos años.
----
-
…y una parra cuajada de avispas…
©pbaediciones
miércoles, 10 de abril de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
-
siempre te lo dije que fueras discreto…
-
trampas inocentes no excusan a nadie
---
8 ROPA TENDIDA
bajo
la parra los deja
mientras
cumple cortesías
desinvernada
distante
por
la ventana del patio
entra
la conversación
palabras
inconvenientes
desbordan
la resistencia
reja persiana
recelo
hasta
romper el descuido
ponderan en su butaca
mimbre de nido de abeja
cuando
regresa no dice
su
presencia servicial
que
conoce lo que saben
y
en la mesa de verano
cesa
el ruido de los sables
como
si no hubiera sido
porque
todos consideran
lo
de la ropa tendida
---
-
pues eso.
---
A LA ORILLA DEL MAR
A la orilla del mar.
Tú quieres que te lleve
a la orilla del mar,
donde rompen las olas.
Deseas pasear
escuchando palabras
de amor y soledad.
Buscarás un remando
donde la libertad
de horizontes lejanos
te redima inmortal...
acechar a la roca
con su bronco bramar
en el duro diálogo
con el viento y el mar,
y espiar sus quimeras
en susurros de sal.
Tú quieres que te lleve
a la orilla del mar,
donde rompen las olas.
A la orilla del mar.
Y arrullada en la arena,
dormida descansar.
---
©pbaediciones
martes, 2 de abril de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
-
…que no nos dejaban ni pies ni pisar…
---
7 ROPA TENDIDA
Las faldas tamizaban
horizontes.
Hablaban, como siempre,
de sus cosas,
y no me echaron cuenta.
Yo miraba sin ver, no
me veían.
La distracción guardaba
mis asuntos.
Pensaba en ese coche de madera
que tiene la vecina,
los botes del balón de reglamento,
la muñeca de cuerpo de cartón,
china su cara,
la bici
reluciente,
minúsculos cacharros de guisar,
la taba, las canicas, el tesoro…
Noté que se fijaban, y
una voz
dijo: - (cuidado, que hay ropa tendida).
---
-
… y si te descuidas te dan un sopapo
sin porqué, ni donde, ni cuando, ni cómo…
©pbaediciones
martes, 26 de marzo de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- Recuerdo aquella angustia
terrible, inexplicable,
de la abuela y mi madre, temiendo
respirar…
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6
ROPA TENDIDA
En forma de vecina
deslenguada,
la puerta se desborda
y el miedo distribuye
su rumor, que se comenta
de portal a ventana; y
en la esquina.
Hay quien se
escandaliza;
quien oculta sus puños
en un nudo;
quien quisiera escapar
en el silencio
para que no lo rocen
las sospechas…
¡Qué mano vuelta
borrará la lágrima
que rueda en la mejilla
de la noche!
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- …es algo parecido a
lo de hoy…
©pbaediciones
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Ecija. Viernes
Santo. Barrio de la Merced
Viernes
Santo. Barrio de la Merced. Es madrugada. La iluminación es escasa, la noche
está perfumada: huele a azahar, a claveles, a los cirios de los Nazarenos, a
incienso… La calle está llena de gente. Los chavalillos juegan, ríen, corren…
Allá en la esquina hay una mocita morena – traje negro de terciopelo, mantilla
de blonda sobre la cabeza – y a su lado un mocito de ojos rasgados – pantalón y
chaquetilla negros, camisa blanca como la nieve, y en su cabeza un sombrero
cordobés, echado una mijita hacia un
lado -. Él la sujeta por la cintura, la mira y ella sonríe. La gente habla. Las
puertas de la iglesia están entornadas. De pronto el aire trae el redoble de
los tambores y los acordes de las trompetas. Alguien dice: “ya viene el Señor,
se oyen los tambores.” El ambiente se va cargando de una magia como sólo en mi
tierra se puede ver y palpar. En la muralla de la calle Arco de Belén se
proyecta la sombra de un Cristo. Por el recodo de la calle aparece la Cruz de Guía.
El murmullo de la gente se convierte en susurro. La pareja de mocitos ya no se
miran. Sus manos están juntas, sus miradas fijas por donde aparece la
procesión. Ya todos están en silencio. Sólo se óyela Hermano Mayor de la
Cofradía, que con voz firme y segura va diciendo: “Cuidado…, un poquito a la
izquierda…” Suena la música. Llegan los Nazarenos – túnica blanca, fajines
negros, capillos, y un escudo bordado: corona de espinas y tres clavos -.
Forman dos hileras de luz con sus cirios. El Paso en medio – campo de lirios
morados, cuatro faroles, dos romanos, el Cristo -. De algún lugar surge una voz
cantando una saeta terminando en poesía
“…Quien
me presta una escalera
para
subir al madera
para
quitarle los clavos
a Jesús
el Nazareno…”
La
noche está como “embrujá”. Parece que
todos los duendes esta noche han salido a la calle a contemplar esta figura que
un día fue hombre; la gente lo mira, sus miradas son tristes, la tragedia que
aquel hombre padeció está presente. Se oye un roce de pisadas; por la muralla
se ve un resplandor de luz. Parece un rayo de luna sobre el río, o que el sol
ha bajado: es la Madre que viene siguiendo los pasos del hijo que agoniza. Es
una mujer como las de mi tierra, morena, ojos rasgados y un abanico por
pestañas. Sus ojos enrojecidos por el llanto, y una cara de pena que parte el
alma a cualquiera. Un racimo de velas alumbra se paso; el perfume de las flores
que la adornan llega a embriagar, rosas, claveles, nardos, azucenas… Ya está
junto al hijo. Los capataces hacen girar los dos Pasos de forma que las
imágenes se miren, y al son de los campanilleros los costaleros los meces, y ya
no sabes si reír, llorar, o aplaudir… Y de nuevo se oye la voz que canta a la
Madre de Dios. Y la noche huele a rosas, claveles, nardos, azucenas, lirios,
azahar, cera, incienso…, y mientras, los capataces dirigen los Pasos a su
templo. Despacito, despacito, esos muchachos van entrando a si Virgen de rodillas, como si llevaran una paloma
posada en sus hombros.
Elia Pérez,
escuela de adultos de certificado, Sector III, Getafe 5/5/1991
©pbaediciones
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jueves, 21 de marzo de 2013
ropa tendida, ESTELA DE UNA DAMA
- Mi deuda cumplida
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Manuel
Por aquella vereda va Manuel,
con su
porte altivo y su bastón.
Manuel,
capullito de alelí, varita de nardo,
un día
te irás, y de ti no quedará nada.
Sólo el
recuerdo de lo que fuiste…
Hombre
de ley, dirán.
Dirán
los gitanos: era como un calé.
Muchas
cosas hablarán de ti,
unas
verdad, otras menos,
pero
siempre se hablará de ti,
de lo
que fuiste y de lo que no fuiste.
Te
llevarás contigo tus secretos,
lo que
quisiste decir, lo que no pudiste…
Nunca
sabrán si fuiste feliz o infeliz,
sólo tú
lo sabías, y lo callaste.
Manuel,
dime quién te quiso a ti,
a quién
quisiste…
A
veces, cuando me miras, te miro
y creo
descubrir en tus ojos un velo de tristeza.
¡Habla,
Manuel! ¡Dilo ya!,
que tu
boca de jazmín se abra,
abre tu
corazón.
Que yo,
siempre que piense en ti, me diga:
¡Manuel!,
capullito de alelí, varita de nardo.
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- ¿Ropa tendida...?
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©pbaediciones
lunes, 18 de marzo de 2013
ropa tendida: ESTELA DE UNA DAMA
- Un día la desgracia le sorprendió
al abuelo,
y el sueño de su mundo se nos
desmoronó…
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5
ROPA TENDIDA
A
la casa solariega,
ni
pequeña ni excesiva
para
los tiempos que corren,
que
nunca definiría
como
mansión, han llegado
visitantes
de visita,
certificado
de evento,
encrucijada
de vida.
Con
diligentes ajustes
de
muebles, se reorganiza
para
que todos quepamos
sin
demasiada fatiga.
Preocupa
(nadie lo dice
por
las ánimas venidas)
el
pequeño descoloque
de
un mueble que se desvía
y
atraviesa en el pasillo,
justo
al lado de la silla
donde,
dicen, descansaba…
El
embarazoso enigma
desdibujado
en la sombra,
apenas
queda a la vista.
Todos
lo ignoran. No ella
que
sigue con la manía
de
resolver el misterio…
(Será
la ropa tendida.)
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- Encontré tus papeles, y una foto
retrata sentimientos.
- Mañana te lo cuento…
©pbaediciones
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