domingo, 30 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 4; (3 de 7)

20 CONTROL DE ACCESO
(para Emma)

Presides el acceso de la Rama
poniendo tu sonrisa más sincera.
Arropas al señor y a la viajera
y al niño y al anciano y a la dama

que ante ti se detienen. Se derrama
toda tu compostura lisonjera
cuando ayudas, al pie de la escalera,
olvidada de ti y del anagrama

Vigilas cuando suben el peldaño.
Cuidas -como si entraran al engaño
del paño- que respeten la divisa

que marca su billete. Y en el suelo
aguantas sus deseos de consuelo…,
mientras con un mohín velas tu risa.

pbernal
de las chicas del tren
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sábado, 29 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 4; (2 de 7)

19 MIRADAS
(Para Olga)

Activa, servicial y transparente
detrás de la bandeja, agasajabas
a los clientes. Los reconfortabas
con un vino, o el zumo complaciente.

Una paloma eres: diligente
revoloteas sin temor ni trabas
-mimas al niño, y a la vieja alabas…-
sobre la sala, tierna e inocente.

Hay un viajero que te mira mucho.
Es un habitual en lances ducho,
pero no se decide al abordaje.

La familiaridad con que caminas
por el tren, y tus risas argentinas,
sin duda romperían su andamiaje.

pbernal
de las chicas del tren
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viernes, 28 de noviembre de 2008

HAIKU

La ciudad llena
oigo llanto violín
la gente sola.

CALOR EN LA RED

Bits seductores, me hipnotizan,
la lluvia de imágenes, llena mis pupilas
y altera mis neuronas.
La pantalla, me lanza un guiño
con reclamo informático,
me inscribo en barco
dirigido por un ratón.
navego por mil mares,
con un sinfín de nombres en sus crestas,
atraco en muelles
de blogs desconocidos,
te busco.
Publico letras solitarias,
Times New Roman, en Word Art,
demando calor en la red
en una ciudad llena de hielo.

Las chicas del tren 4; (1 de 7)

18 TEMORES
(Para Marta)

Que callen los murmullos y siseos.
Bajad el eco de vuestras palabras.
Parad con las llamadas y los pasos.
Se asusta Marta.

Esa rosa tardía, y el capullo,
soportan el estío y la solana
en silencio. No quieren que su llanto
asuste a Marta.

Rueda un tractor por el camino seco.
En el carril de hierro va la Rama.
Guardan silencio para que su paso
no asuste a Marta.

Los viajeros moderan su discurso.
Un niño le sonríe. Luego calla.
No quieren provocar un sobresalto,
y que se asuste Marta.

Un caballero, con el gesto agrio,
un refresco en el bar va y le reclama:
ni frío, frío; pero no caliente…
Y Marta se asustaba.

Un paquete denuncian en la puerta.
Es de día, y hay una luz muy clara.
En el quicio no hay nada que amenace,
pero se asusta Marta.

Su corazón palpita si se abren
las cristaleras. Llena está la sala.
Y aunque guardan silencio, si respiran,
se asusta Marta.

Si un día le descubren el camino
del gozo, del amor, de la esperanza,
envuelta en los halagos del arrullo…,
¿tendrá temores Marta?

pbernal
de las chicas del tren
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jueves, 27 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 3; (9 de 9)

17 LIDIA ARTEMISA
(Para Lidia)

Lidias, Lidia, cercada en tu chiquero,
— seria, desenfadada, alegre, buena,
ojos de luz y noche, piel morena, —
al vigilante, al mozo y al viajero.
Te acosa el comerciante y el banquero,
y el guardia. Prisionera en tu vidrial
una virgen pareces: la vestal
entronada detrás de tu ventana,
capeando de tarde o de mañana.
Artemisa te llama el mayoral.

pbernal
de las chicas del tren
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ECOS

El proyecto Naturalmentes, patrocinado por AECID, continúa su andadura y se representará próximamente en México, Miami, Haití y Santo Domingo.
29 de noviembre: México

2 de diciembre: Miami
5 y 6 de diciembre: Haití
10 y 11 de diciembre: Santo Domingo
Dirección artística: Gonzalo EscarpaAcción: Fabio de la Flor y Gonzalo Escarpa

Plataforma multimedia: La Nada Visuales
Producción y coordinación: Marina Mantini
+ info:
www.naturalmentes.com
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miércoles, 26 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 3; (8 de 9)

16 ENAMORADA
(para Miriam)

Muchacha temerosa.
Distante; precavida; escarmentada…
Te curas las heridas
ausentes en tu piel de porcelana.
Buscas en cada vida
respuesta de pasión arrebatada.
Tu noche revivida
al borde, -y al extremo- de una barra,
bebiendo decidida
un vaso de cerveza, o un cubata,
son horas ya perdidas
de sueños, de vivencias y de cama…
Tú le cargas las tintas
al detalle fútil que te negaran;
deshojas tus mentiras;
tus miedos; tus temores; tus fantasmas.
Y lloras tu desdicha
ansiosa de un amor. Y enamorada.

pbernal
de las chicas del tren
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martes, 25 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 3; (7 de 9)

15 TENTACIÓN
(para Ana Lucas)

Mechas de rubio difuso
con reflejos. En su pelo,
-claro sedal- un anzuelo
se le adivina confuso.

Siempre la verás plantada
con desparpajo y aciertos,
en los andenes abiertos,
ante la puerta de entrada.

Engolosina al pasaje
si miran el abordaje
sus ojos grandes, oscuros,

y recibe, seductores,
requiebros embriagadores,
votos, halagos, conjuros…

pbernal
de las chicas del tren
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lunes, 24 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 3; (6 de 9)

14 FANDANGOS
(para Sonia)

Tú, que naciste en un pueblo,
dices que Sonia te llamas;
tú que naciste en un pueblo
donde las casas son blancas
y tienen rejas de hierro
protegiendo las ventanas.

Pídemelo sonriendo
si quieres una balada:
pídemelo sonriendo
porque con tu risa clara
-como canto de jilguero-,
no puedo negarte nada.

La de los ojos risueños
muchacha morena clara
la de los ojos risueños:
cuando te miro a la cara
me sorprenden dos luceros
enmarcados en pestañas.

Alta y firme yo te veo:
-eres como una montaña-;
alta y firme yo te veo
y yo quisiera escalarla
desde tus pies hasta el pelo.
Del tobillo a tu garganta.

pbernal
de las chicas del tren
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domingo, 23 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 3; (5 de 9)

13 LOLI
(para Loli)

Dolores no le gusta, me confiesa
su voz con resonante melodía,
-esencia de clavel y de agonía-
en sus fruncidos labios de frambuesa.

Su risa es caramelo en una mesa;
la mirada de un niño; celosía
en la noche cerrada; lotería;
de un corazón amante dulce presa…

Ninguna sombra nubla su mirada.
No hay secreto, verdad, mentira; nada,
y, sin embargo, nunca está contenta.

Maravilla su trato distinguido,
su sencillez humilde, su cumplido…,
¿acaso son ardid de cenicienta?

pbernal
de las chicas del tren
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sábado, 22 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 3; (4 de 9)

12 CONCHI
(para Conchi)

El palmito de verbena.
Fruta madura del árbol.
La sonrisa transparente
y suelto el cabello largo.
La mirada sorprendida.
El gesto de desenfado.
El cuello terso, suave,
y ese mohín de tus labios…
Eras tú. Nadie podría
caminar el desparpajo
con que pisabas la hierba
cogida de aquel muchacho.
Del talle te sujetaba.
Tú le cogías del brazo.
Tu cabello relucía
con el brillo de su mano…
Qué te diría tu madre,
que tanto teme tus pasos,
si te viera por el parque
y en sus brazos…

pbernal
de las chicas del tren
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viernes, 21 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 3; (3 de 9)

11 MARTA
(para Marta)

Tu presencia derrocha simpatía.
Eres alta, delgada, firme, bella…
Una nube de fiesta y alborozo
levantas cuando vienes.

Ocurrente y graciosa, salvaguardas
con ansia irreprimible tus quimeras,
que salen impulsivas como música
de juglar callejero.

Tu voz es calidez, y tu mirada
arropa con azul y gallardía:
nadie será insensible a tus mohines
aunque no te conozca.

Sobre celos, rencillas y desplantes,
es amistad aquello que deseas:
nunca van a encontrarte solitaria,
y siempre bromeando.

Hecho para el amor y la nostalgia,
tu cuerpo es proporción donde los ojos
se pierden en las curvas, sueñan valles
y espían cada trazo.

Distante en el amor; desconfiada
en ese precipicio de la vida,
te cuesta soportar el compromiso,
sentirte prisionera.

Yo sé que te desean; te molestan
con insinuaciones maliciosas.
Pero, ¡qué gran artista se ha perdido
el mundo de las tablas!

De tu vida, del sol que te cobija;
de tu palabra, amigos y reuniones…;
de tus anhelos, y de quien tú sabes…
tengo noticia.

pbernal
de las chicas del tren
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jueves, 20 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 3; (2 de 9)

10 PILAR
(para Pilar)

Airosa y dulce roca que sustentas
el monumento hermoso de tu cuerpo,
ajena a los embates, al acoso
de los supervisores y el viajero.

Tu cabello de noche y de cascada
derrama irisaciones en el eco
de los que sueñan con tenerte cerca,
y temen no tocar nunca tu cielo…

Reclinada en la barra de tu puerta,
tus labios sonrosados son el cebo
que atrapa con tus ojos las saetas
lanzadas a la fuente de tus pechos…

Pilar de los andenes y la sala;
Pilar de los amores y los sueños;
duro pilar, con apariencia tierna:
sigue tu vida, y ¡ríete de ellos!

pbernal
de las chicas del tren
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miércoles, 19 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 3; (1 de 9)

9 LA CARTA
(para Teresa Cuerda)

Golondrina que cantas
por la alameda,
haz que llegue esta carta
para Teresa.
Frío sol de noviembre
azul de fiesta,
haz que llegue esta carta
para Teresa.
Maquinista del AVE,
¿Qué prisa llevas?
- Es que llevo una carta
para Teresa.

(Por el Valle de Alcudia,
-curvas y cuestas-
subo, y sigo pensando
sólo en Teresa.
¿Es joven, linda, dulce,
rubia, morena…?
¿Son sus ojos castaños,
de miel, de menta...?)
Yo sólo sé su nombre:
Teresa Cuerda.

pbernal
de las chicas del tren
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martes, 18 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 2; (5 de 5)

8 ANA-BELÉN
(para Ana-Belén)

Ana,
chiquita, traviesa,
lozana, bonita
cual jarrón,
pone,
con cara de coco,
-la nariz sin moco-
la ración.
Chillan
su padre y su madre,
(será que no saben
que ella es
niña,
sobre todo niña:
todavía niña
sin crecer…)
Seria,
con cara de vieja
(pero no pelleja)
viene y va.
Lleva
la copa y el vino,
cuchara y cuchillo,
sal y pan.
Sale,
su paso ligero,
y con mucho esmero
traerá
lenta,
contando los pasos
y, mirando el plato,
lo pondrá.

pbernal
de las chicas del tren
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lunes, 17 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 2; (4 de 5)

7 DULCES DE ASTORGA
(para Marcela)

Pelirroja de rizos caprichosos,
mirada de cristal,
con un pañuelo al viento
y una cesta apoyada en la cadera.
Desde la aguja, el tren
te busca cuando viene,
reflejando en tus pecas
el impreciso afán de su destino.
Muchacha maragata,
arrastras el canasto, y tu sonrisa
pregona mantecadas
de Astorga en los andenes, y en el tren:
— ¡rebozadas de miel; pasteles, magdalenas…!

Tu paso firme trota los pasillos
repartiendo ilusión y mercancía.
Quien ya te sabe, espera
que llegues a su asiento. Con descaro,
dulces te pide,
mantecadas y, en un guiño,
algo que tú no vas a darle nunca.

pbernal
de las chicas del tren
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domingo, 16 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 2; (3 de 5)

6 NO CUMPLAS AÑOS
(para Isabel)

Tú ya no cumplas años, Isabel.
Tu sol se ha detenido en el espejo:
se fue tu primavera
cantándole a la luna una canción
de amores, de recuerdos;
de tristezas cargadas de añoranza…
No cumplas ya más años.
El fuego del estío
luce en la piel dorada de tu rostro
y labra esas arrugas
tan caras, y tan bellas cuando ríes;
y en las preocupaciones;
y si muestras asombro…
El calor del verano
en el otoño siempre persevera.
Olvida cumplir años.
Acércate a tu cuerpo.
Con la palma desnuda
despierta la semilla del deseo
en la flor de tu piel,
y deja que los años se deslicen
como palomas trémulas.

pbernal
de las chicas del tren
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sábado, 15 de noviembre de 2008

El geranio

Un geranio vigila,

en un balcón de calle urbana,

con porte solitario,

sin nadie cerca.,

continua vivo,

sus amigos, ya han muerto,

él, alcanza nuevo otoño.

Melancolía rosa

en un instante yerto,

sonido de esperanza

en el silbar del aire,

fragancias de deseos

en los gases de asfalto,

tambores de victoria

en el desgaste de los días.

La tarde, con muletas

hacia el tren de la noche,

la jornada que se despide,

con lengua amarga.

En los sueños que elevan

Tú.

Las chicas del tren 2; (2 de 5)

5 MERCHE
(para Merche)

Me dicen que te diga y que te cante
con duende, con calor, con fantasía,
las prendas que te adornan cada día
en comisión de caballero andante.

No soy trapo y escoba que quebrante
el colorido de tu cercanía
cautivadora: una celosía
es tu defensa frente al navegante…

Eso que ocultas, dicen, son canciones
bajo la fronda de los diapasones
y los ensayos. Cuando la mimosa

lance sus flores sobre el escenario
y los aplausos colmen tu salario,
¿despreciarás mis manos, orgullosa?

pbernal
de las chicas del tren
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viernes, 14 de noviembre de 2008

Una sonrisa entre cuervos

Una banda de cuervos impone sus normas,
la lucha, no lleva bandera de tregua,
la tregua murió, en la locura de unos pocos,
unos pocos haciendo heridas en la carne,
la carne que pide algo de sustento.

Una banda de cuervos impone sus normas,
el ruiseñor, calla en el aire de metano,
aire de metano, para no alzar el vuelo,
el vuelo hacia las zonas vírgenes,
zonas vírgenes, con valores de oxigeno.

Una banda de cuervos impone sus normas,
los ojos, derraman su agua en cascada,
cascada de súplica ante la autoridad,
la autoridad le vistió de loco en las sombras,
las sombras, le secuestraron su estrella.

Una banda de cuervos impone sus normas,
quedó desnudo, en existencia con barrotes,
barrotes abatidos por una sonrisa,
una sonrisa, con la fuerza de un recuerdo,
en el color de su pupila.
POR SUPUESTO



Caemos en la inmensa monotonía
esperando sin razón
a que los sucesos no te toquen.
Abrígate, abrígate el impulso
Cámbiate, cámbiame el sentido.
Acércate a esta fantasía
aunque los sucesos no te toquen
aunque los sucesos no me toquen
Pero aunque sea deja que te rocen
Y déjalos que me rocen
Deja que a todos nos rocen, por supuesto


Zepi

Un Día Más Para Contar

Un día más para contar.
Para sumarme a su respiración
acortando distancia, sintiendo en mi piel
su soledad. Soledad que viaja
a contratiempo, rompiendo cadenas,
desacelerando el tiempo, invadiendo
espacios, retando miradas.
Un día más para contar.
Para respirar su piel,
Para viajar con su soledad
para parar el tiempo con una
inmensa oleada de besos interminables,
besos que rompen esas
cadenas que se alejan
del amor.
Desacelerando el tiempo
con intensas miradas furtivas
e invadiendo espacios
retando al aire
para contar su historia
para viajar en su historia
en su tiempo
en su respiración
en su piel.
Zepi.

Las chicas del tren 2 (1 de 5)

4 ROSITA
(para Rosita)

Andando vas ufana y orgullosa
por el andén. Empujas el carrito
-cubos, papeles, bolsas…-, despacito,
rubio pelo pajizo, risa rosa.

Nunca te veo triste o temblorosa.
En tu alegría yo me deposito.
Y, aunque te sobra, sabes, un kilito…,
tu agilidad es bella y armoniosa.

Con furia, con pasión, sin desaliento
le das con el cepillo a la moqueta
y limpias las ventanas de diario.

Sabes que la perdí con sentimiento,
y me ha vuelto, la musa en tu bayeta…
¿Cuándo saldrás, chiquilla, del armario?

pbernal
de las chicas del tren
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jueves, 13 de noviembre de 2008

Julieta Valero, nueva coordinadora del CPJH


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Julieta Valero nació en Madrid, el 27 de Julio de 1971. Poeta, narradora, ensayista y editora. Estudios de Filología Hispánica y Literatura Española Moderna y Contemporánea. Obra poética: Altar de los días parados, 2003; Los Heridos Graves, 2005. Co dirige y presenta en Madrid el programa de radio A ras de verso. Nos dice la autora “Una poética se extiende por diversos ámbitos y toda una vida pero debería comenzar por la razón de la escritura. Escribo porque no hay una proporción directa entre los instrumentos perceptivos (y el ánimo) con los que venimos dotados para realizar el trayecto de la "realidad" cada día y la necesidad de penetración, de comprender, que frecuentemente también traemos de serie. La creación permite intensificar la realidad, trascenderla; alcanzar uno o dotarla a ella (según se sea agnóstico o se piense en el mundo —y en el lenguaje— como algo ya creado) de dimensiones más complejas y profundas. En cualquier caso la poesía es un instrumento para compensar esa VARIEDAD DE AUSENCIAS que sufre el hombre moderno —ausencia de Dios, de espacios para asentar lo que llaman "yo", de voz civil, etc. Será por eso que el creador establece una identificación (probablemente patológica) entre la escritura y la sensación de estar vivo. (El arte parece convertirnos en algo más que nosotros mismos porque es génesis pura, inaugura mundos, además es un entrenamiento perceptivo constante que nos hace mejores y que no sólo produce significados, también placer. De una "certeza" así había que hacer profesión interna. No creo en el conocimiento como categoría absoluta sino como un menor grado de ignorancia. La poesía es uno de sus más eficaces instrumentos. Sí, creo que después de un periplo histórico plagado de servidumbres ha recuperado su función primera, ontológica, espiritual: quiere nombrar lo inefable, dar cuerpo a través del lenguaje a lo que no es pero cuya ausencia se siente de forma lacerante. Esto no determina ninguna estética concreta; toda opción cabe siempre que la poesía sea necesaria; enunciación del hombre ante la vida y su interrupción. Otra cuestión significativa: ¿Cómo se genera? Existe esa percepción intensa (llámese epifanía, impulso musical, inspiración, etc.) que constituye en sí misma un universo, un espacio. El poeta no lo conoce a priori; extraerlo o crearlo (volvemos al tema de la fe) es su tarea y su oportunidad. A partir de aquí la poesía es construcción y ésta debe ser integradora (la virtud cardinal para casi todo) de una serie de elementos cuyo mayor o menor peso depende de cada cual y su circunstancia pero que han de estar presentes: emoción, reflexión, comunicabilidad, inserción en el tiempo (la memoria...) y en su tiempo histórico. En cuanto a su materia, el lenguaje, la relación con él es necesariamente precaria; el deseo de significar y el aluvión que proporciona lo sensorial se confunden. Pero es una relación hermosa, misteriosa, casi física. En cualquier caso hay que continuar haciéndose siempre el recordatorio de que toda práctica trascendente no es más que necesidad. Olvidar esto nos hace más intransigentes y menos libres.”
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Las chicas del tren 1; (3 de 3)

3 A ESE SEÑOR DE ROSA
(para Rosa y Blanco)



Por el patio de coches pasea grata,
cogida de la mano, muy despacito,
a ese señor de Rosa, rubio, bajito,
la señora de Blanco, morena, chata.

La señora de Blanco, muy pizpireta,
sentada tras la mesa de su escritorio,
sueña con dos pasajes, y un territorio,
que guarda con papeles en su carpeta.

La señora de Blanco vive mil vidas
del Oriente prendidas por los viajes;
de una flor, del trabajo… Y de otra cosa:

que, además de sonrisas y despedidas,
la señora de Blanco lleva pasajes
para llevar de viaje al señor de Rosa.

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de las chicas del tren
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miércoles, 12 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 1; (2 de 3)

2 SECRETARIA
(Para Mila)

— ¿A dónde vas, compañero?,
¿a dónde miras?
— A esas piernas perfectas;
a esa sonrisa…
A ese andar tan garboso
siempre sin prisas;
a esa mesa dorada.
A Monna Lisa
sentada tras la mesa
en blanda silla,
con las piernas cruzadas:
a esas rodillas…
— ¡Que es la sala del jefe...!
— Yo miro a Mila.

pbernal
de las chicas del tren
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martes, 11 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 1; (1 de 3)

1 CARTA DE BIENVENIDA
para María

Nada sé yo de ti. Tú de mi nada.
Una sorpresa fue. Lo presentía.
Algo nuevo sucede cada día.
Pero nunca soñé que tu mirada…

Ayer una consigna fue cursada.
No me concierne lo que refería.
Esa repetición de nadería
esperamos que sea eliminada.

Piensa que información exagerada
es tanta la que firmas cada día,
que no nos va a causar melancolía
si la limitas en tu temporada.

Te veo mucho más atareada
desde que llegaste a la bahía;
incómoda pareces; rebeldía
de vivir todo el tiempo comparada.

Preocupa la certeza confirmada
de la maquinación y la falsía.
Te siguen, con intriga y cortesía,
papeles de reproche y emboscada,

pero sigues ahí, reconfortada
por la dedicación de tu cuadrilla
de admiradores. Eres la semilla
de la temeridad firme y osada.

Tu carácter, acero y camarada.
Tus consideraciones sin malicia.
Tu voluntad y tacto; tu justicia
ordenará tu mesa saturada.

Queremos, cuando venga la alborada,
ver claridad de luna, de novicia
en tus dotes de mando, de patricia,
y que nadie te vea manejada.

pbernal
de chicas del tren
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lunes, 10 de noviembre de 2008

Tren de otoño (1 de 1, y FIN)

27.- Tren de otoño

…viajar perdiendo la vida
que ya no se ha de vivir…
(Luis Cernuda)

I
Por el hecho de nacer
emprendemos un viaje,
renovado como un traje
cada tiempo de crecer.
La ruta es un padecer
sin razón hasta morir
con estadios de reír.
Aprovecha la partida:
viajar es perder la vida
que ya no se ha de vivir.

II
De niño, cuando dormía,
soñaba, vana ilusión,
ser un día campeón
en lides de fantasía.
De mayor lo refería
nostálgico del dormir
y ya no poder abrir
cualquier caja de Pandora,
pues, cuando pasa el ahora
ya no se vuelve a vivir.

III
Un camino tortuoso
persigue cualquier viajero,
unas veces, placentero;
otras, las más, escabroso,
pero siempre laborioso
en el intento de urdir
la trama del existir,
de buscar una razón:
de aprovechar la ocasión
que ya no se ha de vivir.

IV
El aroma de la jara
y los perfumes del heno
desdibujan en tu seno
este verso que declara
la certeza de la vara
de pesar y de medir
lo que te quiero decir:
antes de tu despedida,
piensa que dejas la vida
que ya no vas a vivir.

V
Galopa, tren, por la vía,
no dejes de galopar;
el camino que has de andar
síguelo con agonía.
Apura la fantasía
que te brinda el sin vivir
de correr hasta morir.
Aunque pierdas la partida.
Juega quemando la vida
que ya no vas a vivir.

VI
La grama crece en el huerto.
Listo para navegar
hay un barco. Bajamar
impide salir del puerto.
El otoño viene incierto
con el soñar y el decir
de sus hojas al morir,
doradas sobre la vía:
se va terminando el día
que ya no se ha de vivir.

VII
Yacen las vías tapadas,
y la máquina del tren
detenida en el andén,
por hojas tristes, doradas;
las vías, tan oxidadas…
El tren ya no va a salir
ni podrás con él partir
camino de la estación
(oda, poema, canción…
que ya no vas a escribir).

VIII
Convoy a un destino cierto.
Listo el barco en la ensenada
sin motor, sin velas; nada
que lo empuje a ningún puerto.
Yace el otoño despierto
con el manto de cubrir
el año, que va a dormir
soñando la primavera
(florida, y aventurera…)
que ya no se ha de vivir.

IX
Cada vez va más ligera
la caja del equipaje;
con afán busca sombraje
la peripecia viajera:
considera pasajera
esa idea de partir
que nunca le hizo sufrir,
y en el otoño, a la mano,
sueña gozar un verano
que ya no habrá de vivir.

X
Vagar sin destino cierto.
Una vez más intentar
levantarse y soportar
la travesía del desierto;
caminar el campo abierto
sin temor a decidir
entre la vida o morir,
porque al fin todo es huída:
viajar perdiendo la vida
que ya no se ha de vivir.

pbernal
de tren de otoño
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domingo, 9 de noviembre de 2008

Poemas de desencuentro (11 de 11)

26.- Me duele…

1

Si un día ves que lloro;
si descubres la sed de la nostalgia
en mi rostro marchito por el llanto,
no temas ni te alarmes.
El vidrio que refleja mi semblante
labrado de tristezas,
ecos serán de que me duele el alma.
Me duele levantarme
cuando las luces en el cielo brillan,
(hay ocasiones en las que me gusta).
Me duele la apatía;
el sucio andén me duele
cuando suben al tren los pasajeros
captados a través de la excelencia;
me duele la desidia
que nace en las alturas
y baja a ras de tierra,
como las frías nieblas matinales
cuando prometen tardes de paseo,
de calor y de gloria
mientras se te introducen
mil cuchillos de hielo en las entrañas.
Me duele la premura gratuita
con que al cliente se posterga
fascinado por la galantería
de la fiel despedida junto al tren:
apremio habitual son las excusas.
Me duele la anorexia putrefacta
de la verbal promesa
rota por las costuras amañadas,
cosidas con hilachas de mentiras,
que al final, en la guerra
(igual que en el amor),
el fin prima los medios.
Me duele el frío helado que cobija
vacío en el estómago
si tu esfuerzo pide satisfacción
física, y en su lugar
te ponen un ladrillo de apatía,
troquelado de olvido.

2

Me duele el derroche superfluo del poso
de la dedicación, del todo vale,
tan fácil de enredar con “todos valen”,
con el cualquiera vale,
y se rueda a velocidad sin freno
camino de la gloria de otro,
montado en el desajuste de las esencias más íntimas,
justo en el filo que separa la depresión del infarto.
Me duele la pérdida de la paz.
Y la mentira.
Y el desmedido afán por la apariencia.
Me duele el tren cuando gime bajo la noche,
elevado por las prisas que no entienden de amorosos mimos,
ni de amorosos cuidados,
ni de amores.
Me duele el materialismo dominante
enmascarado bajo las atenciones y la dedicación,
pero ebrio de prepotencia,
corruptor de esencias de camaradería en los andenes.
Me duele la dejación voluntaria de mis deberes,
obligado por fuerzas incompetentes…
¡Me duele el AVE!

pbernal
de tren de otoño
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sábado, 8 de noviembre de 2008

Sueño roto

Guantes negros aterrizan en la mesa,
dejan libres los dedos
que vuelan sobre bocadillos de deseos
en el marco del desayuno diario,
sus ojos apenas se levantan
del té verde.
Con el brillo de la excitación,
sus manos sacan del bolsillo de la chaqueta,
un arrugado sobre, con folio dentro,
su mirada presurosa, recorre una y otra vez,
los renglones llenos de letras,
casi no puede creer, que hoy, por fin,
haya encontrado el manjar pedido,
él que se había negado ya el triunfo,
él que había perdido la batalla con la suerte,
por fin puede aspirar tranquilidad y…
dejar las arenas de volcán de su actual trabajo.
Sale de nuevo a la calle, a la entrevista deseada,
lleva un traje de melocotón transparente,
que activa su elegancia,
¡Por fin está en soñada cita!,
un entrevistador frío, le pregunta…
por su experiencia, sus cursos y como no por su recomendación,
su boca se queda muda,
no sabe que decir,
¡Recomendación! Si el no conoce a nadie,en puesto importante,
solamente, su voluntad y su buen hacer.
La voz continúa…
lo sentimos señor este puesto está dado,
inténtelo de nuevo. Quizás otro día. ¡Quién sabe!.
La calle le envuelve con su frío,
el sueño se ha hecho añicos,
El triunfo necesita ayuda adicional.

Pisto manchego

Un traje, verde quilate,
envuelve con su saludo,
de calabacín desnudo,
a bermellón de tomate.

Este, en singular combate,
trae a la cebolla en llanto,
riendo con pelado manto,
ve diente de escaparate.

La sartén, ya sin sosiego,
pide,la sal del armario,
para frito culinario
con aroma de manchego.

Los dedos, van con afán,
por este desliz obsceno,
de mojar con desenfreno
en este casto zaguán.

Poemas de desencuentro (10 de 11)

25.- El perro


Te quiero porque eres tierno,
solitario, desvalido,
necesitado de mimos,
de caricias y desvelos.
Te quiero por esas ansias
de protección y respeto
entre cálidos abrazos,
entre cálices de flores,
entre sueños amorosos,
entre arrullos de palomas,
y de gatos ronroneos.
Te quiero porque tu porte
de sencillez y humildad
te aleja de los peligros
de cruzar por los atajos:
tú, por los pasos de cebra,
por las luces permisivas,
siempre, siempre cuidadoso
y con paso candoroso
para no ofender… (¿a quién?)

A nadie molestarás.
Pasar desapercibido
es tu deseo más firme,
incapaz para enfrentarte
como los perros rabiosos
por defender tus principios…
Por tu inocencia… te quiero.

pbernal
de tren de otoño
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viernes, 7 de noviembre de 2008

Poemas de desencuentro (9 de 11)

24.- Comulgar con ruedas de molino

I

Vuela un AVE por la vía.
Suben gráficas de sierra.
Exportan hacia otra tierra
la excelencia y la valía.
Entre la albañilería,
un franciscano de Aquino
protesta por el camino…:
piedras para el engranaje.
Si quiere seguir viaje
¡trague ruedas de molino!

II

Me decepciona tu carta.
Tantas razones contigo,
conversaciones de amigo…
¡Mal rayo moral te parta!
Son tus letras una sarta
de vagas lucubraciones
que me parecen traiciones
a tu propia dignidad.
No cuestiono tu amistad.
Pero no sin condiciones.

III

Pena me das, conocido,
que amigo no puede ser
el que arroja su saber
en el cajón del olvido,
y en la rutina sumido
enarbola una bandera
cegata, rendida, fiera
contra el noble corazón
que mendiga una razón...
de un cualquiera.

pbernal
de tren de otoño
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jueves, 6 de noviembre de 2008

Poemas de desencuentro (8 de 11)

23.- Pies de barro


embarrados los pies en el estero
sin prevención ni miedo al oleaje,
edificáis castillos artilleros

con soltura, sin miedo y sin bagaje
que curta y atesore vuestro vuelo,
camino aventuráis en el viaje

avasalláis sin penas, y sin duelo
trazáis la raya para que divida
el suelo que pisáis, de nuestro suelo

con amarras atáis la despedida,
voluntades ligáis con desparpajo
controlando el cordón que da la vida

de lejos parecéis el espantajo
donde prospera el ave peregrina
cuyos polluelos claman desde abajo

a vuestro lado nadie se imagina
la brisa madrugada en el trabajo
ni el frágil vuelo de la golondrina

vivís un mundo fácil, de relajo,
sin prisas, sin tensiones ni impaciencia,
pero dispuestos a matar de un tajo

sois la crema del nudo y de la ciencia:
juez y parte en el juego de la vida,
desde el trono rigiendo la excelencia…
y con los pies en tierra diluida.

pbernal
de tren de otoño
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La crisis

La crisis te alcanzó cuando salías
medio dormida. Era una mañana
igual que la anterior y la siguiente,
con reverberación en los tejados,
sonámbulos actores presurosos,
un tráfico de muerte en el asfalto,
sudor en el transporte colectivo
y mil indicaciones
que no quisiste ver. Solo pensabas
en tu preocupación de cada día,
mucho más importante
que las habituales de la gente:
los graves avatares de la bolsa;
los estridentes gritos de la radio;
la multiplicación de los voceros
que pretenden abrir tu entendimiento
hacia la comprensión de lo que pasa…

¿Quién sabe lo que ronda
por tu cabeza cuando, el paso firme,
caminas en el metro a tu destino
mirando sin mirar esas miradas
perdidas en la bruma de las preocupaciones
que embargan al común de los mortales?

Cuando la crisis se encaró contigo,
por eso le dijiste,
sumida en una crisis desde siempre:
¿Crisis? ¿Qué crisis?
¿Cual es la que me toca?


pbernal/2008
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miércoles, 5 de noviembre de 2008

DE GONZALO

LA PISCIFACTORÍA LABORATORIO DE CREACIÓN
Comienzan los cursos en noviembre
La Piscifactoría crece y cambia de sede. Este mes comienzan los nuevos talleres de este espacio de creación y experimentación de Madrid:

- LABORATORIO DE CREACIÓN POÉTICA con Gonzalo Escarpa (martes)

- TALLER DE NARRATIVA CORTA con Javier Siedlecki (miércoles)

- TALLER DE CINE NO NARRATIVO con Fernando Cañero (jueves)

- TALLER DE GUIÓN CINEMATOGRÁFICO con Elisa Puerto (jueves)

- SEMINARIO DE CONSTRUCCIÓN DE POEMARIOS con Ben Clark (5-6 de noviembre de 2008)

Plazas limitadas. Abierto el plazo de inscripción

617 60 33 08 / info@revistafosforo.com



+ info: www.lapiscifactoria08.blogspot.com

C/ Juan Martín el Empecinado, 21
MADRID.-

Poemas de desencuentro (7 de 11)

23.- El malo de la película

No sé porqué razones
frutos de un árbol fértil en canícula,
te miras como el malo.
Ese tan malo de cualquier película.
Pero no el malo, malo.
Quiero decir que no eres ese malo
maníaco-vengativo
al burdo estilo del capitán Garfio
ni al sutil del Padrino…
Eres el perdedor triste y anónimo,
la sombra de la escena,
el indio de Jerónimo
esquinado en la bruma, por condena
sacando bien el pecho,
que penetre la bala por derecho
y caiga del tejado
de muerte herido, pero bien matado.

pbernal
de tren de otoño
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La corona
(borrador de un poema humorístico)


En Getafe reposas. Yo a tu lado
respiro del tabaco tus alarmas.
Tu codo me apuntala las costillas,
y me alejo de ti a Guadalajara.
Tan lejos yo no puedo relajarme,
y sueño en duermevela. La distancia
me lleva a los anhelos que traías
cuando de jovencito festejabas:
esas manos ineptas recorrían
vírgenes campos, sendas, ensenadas
que ahora vírgenes siguen. Qué desastre,
qué desperdicio, majo, qué manazas.
No sé que pinto en Pinto: la tersura
de mi muslamen no te dice nada.
Tú, la cerveza, el fútbol, los amigos…
Yo en equilibrio al borde de la cama.
Una mañana vas a despertarte
y encontrarás tu testa coronada.


pbernal/2008
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martes, 4 de noviembre de 2008

Poemas de desencuentro (6 de 11)

21.- Un hombre se equivoca

Un hombre se equivoca, y aquí no pasa nada.
Lamento de sirenas frente a la mar bravía.
El grito se congela antes de ser lanzado.
Junto a las campanillas le brotan telarañas.
Un hombre se equivoca: en alto las guadañas.
Ya brilla al infinito la sangre de las flores.
Las mieses se acobardan de fruto y sed ahítos.
Y mil gargantas gritan fragores de desquite.
Un hombre se equivoca posado en su poltrona.
Embrollo de papeles su mesa en la atalaya.
Mas todos disimulan bajo la algarabía.
Con gestos de pereza enfrentan su costado.
Un hombre se equivoca. Arena en el desierto.
Sufragan mil proyectos para comprar la lupa.
Indagan con equipos los pelos, las señales.
Ha de pagar su culpa. Y buscan con ahínco.

pbernal
de tren de otoño
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Poema de humor
Ejercicio del taller

Voces de un mudo sonaron,
por las calles de Madrid.
Era cojo y daba saltos,
también montaba en patín.
Preguntaba un ciego a un sordo
que pasaba por allí:
¿Ves lo mismo que mis ojos?
¿No le faltará un ruedín?
Solo sé que lo que escucho
es un canto, y dice así:
yo no maldigo mi suerte
si todo el pelo perdí,
más despejada la frente,
lo que me ahorro en sufrir.
Y el ciego, cara de tonto,
algo quería decir:
- Saca el teléfono, sordo,
y pregunta al CSI.
Llegó al lugar de los hechos
un señor Guardia Civil
a esclarecer los misterios
con tricornio de marfil.
No me hagáis perder el tiempo,
no lo puedo consentir,
no existe nadie tan recto,
¿no sabéis mi pedigrí?
Una joroba yo veo,
-dijo el sordo sin mentir-.
Pedigrí tiene mi perro,
-dijo el ciego su sentir-.
El Guardia, que no tolera
tanta arrogancia viril,
esposados se los lleva
a rendir cuenta al edil.
Mientras los dos caminando
de llorar no tenian fin,
el mudo estaba cantando
coplas que dicen así:
Es mejor ser mudo y ciego...
que tener que ver y oír:
que por meterte en lo ajeno,
al cuartelillo has de ir.

José Antonio García. /2008
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lunes, 3 de noviembre de 2008

Tanka

Nace el otoño
las plantas se marchitan
el cuervo llega
volando a la terraza
el geranio florece.

Poemas de desencuentro (5 de 11)

20.- Poema triste

Mientras duró fue brillante. Nada nubló nuestro cielo.
Hubo amaneceres grises y tardes plomizas, pero
la promesa del mañana presidía nuestro hoy.
Y lejos de guarecernos, nos empapamos de lluvia,
y danzamos, y danzamos jaleados por el viento;
caminamos por el barro henchidos de sueños limpios,
tirando de las conciencias, ofertando nuestros brazos,
señalándoles la herida y su remedio, llorando
a los muertos y animando a los vivos, adelante,
siempre adelante: suplimos ignorancia con pasión
capitaneamos conquistas, desenterramos cadáveres,
blanqueamos las promesas y callamos las traiciones…
pero lo nuestro no puede seguir. Es miedo y pereza.
Te echas atrás, y renuncias; dudas en la encrucijada,
parece duro el ascenso, te asusta el blanco en la cima,
tiemblas al frío del hielo, y… renuncias a la altura,
a la montaña, y al vuelo del pájaro, y a la nieve,
al vértigo del descenso, y al aire puro (¿o soy yo…?)
Tanto temes el ridículo, a ponerte en evidencia,
a sentarte sobre el mundo, encima de sus ideas
trasnochadas, uniformes, encorsetadas y dóciles.
Y renace la desidia: que inventen ellos. No sabes
que fabricamos abismos con nuestras manos cerradas.
¿Porqué salir de la cárcel? Dentro nos dan de comer,
nos abrigan y nos cubren, y la lluvia no nos moja…
Dejemos para los tontos la libertad, me repites,
(¿o soy yo quien se retira…?). Al atardecer cedemos
al sol, al romanticismo, a las nubes encarnadas,
a la reverberación moribunda del ocaso,
al fuego sobrevenido de la noche acogedora…
Si se nos rompe el abrazo, no te culpes, tal vez soy
yo, que miro demasiado; o el destino. Nada es
para siempre y todo acaba. Y entre seguir a la inercia
y esto, mejor esto. Duele. Todas las heridas duelen,
pero se curan, y queda la esperanza. Sucesión
de aventuras repetidas es la historia. Roto está
el encanto en la tiniebla de tu noche, nadie duda
que volverá la bandera a hondear, y se alzará
sobre la fuerza de brazos diferentes; logrará
ilusionar, despertar, mantener viva la llama
solidaria, siempre habrá quien a voces manifieste
el grito desde la tribuna abierta

pbernal
de tren de otoño
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Haiku

por la ventana
escondida en la sombra
la noche mira

pbernal/2008
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domingo, 2 de noviembre de 2008

Poemas de desencuentro (4 de 11)

19.- Hastío

Una triste maraña
envuelve los caminos de la vía
como una telaraña
de hierros y porfía,
cárcel en donde pena el alma mía.

El espíritu vuela
con el viento. Trepa sobre una nube
de blanca duermevela
y sube, sube y sube
hasta donde subir quiere la nube.

El alma se consuela
desde la soledad de un bello canto
en la tarde de vela,
de ruidos y de llanto,
de recuerdos amargos y de espanto.

Las nubes de colores
revolotean en el mar celeste
como si fueran flores
al viento del oeste
sobre la broza y el olivo agreste.

El horizonte viene
cegado por el monte y por la grama.
El tiempo se detiene
y el tren prende la llama
y aligera la ruta de mi dama.

Un pájaro perdido
evoluciona de la nube en calma.
Su vuelo busca el nido
dibujado en mi palma,
…y siento que a mi cuerpo vuelve el alma.

pbernal
de tren de otoño
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Haiku

en el silencio
de las horas de clase
solo tú hablas

pbernal/2008
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sábado, 1 de noviembre de 2008

CAFÉ

En el gemido que rompe el silencio,
Las niñas de mis ojos juegan
con los vestidos de las flores
y la combustión del verano.
Mi mente, salta por las ramas,
buscando el escondite de tu risa
y la medicina de tu presencia.
En el desayuno de la jornada,
el café, arde en la boca
con el olor de tu recuerdo.
Un río de lágrimas
pide tu vuelta.

haiku

El disco en verde
la mariposa vuela
cruzo la calle

Poemas de desencuentro (3 de 11)

18.- Invisible

hay ocasiones en las que me hago invisible
sí invisible
no sé si a otros les sucede creo que sí
pero yo me he dado cuenta
lo que no aseguro es
si seré convincente al explicarlo

pensad que hablo… de una puerta
la de la “VÍA 1” todos la vemos la
abrimos y cerramos
y nos aísla y protege
o nos fastidia esperar (que abran pasen
suban o bajen …)

creo que es comprensible
que está claro hay puerta y
nos afecta en nuestra vida diaria
pero no percibimos su existencia
la empujamos la abrimos la cerramos
(a veces de una patada) damos con los nudillos
discretamente o con la palma de la mano
para ser oídos del otro lado
pero de hecho la ignoramos

imaginad ahora el quicio diáfano
sin barreras ni estorbos transparente
cristalina como el aire cálido o
frío del ambiente
no está pero todos diríamos oye
que no está
qué ha pasado
¿se la han llevado? ¿se ha roto?
¿la han quitado? ¿porqué? ¿quién…?

y de ahí un paso a protestar afligidos
pobrecita con lo alegre que era
toda ella de gris perla y
marcas de herradura en sus bajos
y su picaporte quebrado
y su chirrido al abrirla…
¡y lo que protegía del andén!

tal vez no os hayáis dado cuenta pero
cuando estaba en su quicio
era invisible
es ahora que no está
cuando la vemos tal cual
con sus gracias y penas
y la estimamos en su función
y lamentamos su falta
su extraña pérdida
y nos interesamos por su deterioro
por su sustracción
por su fuga melancólica de nuestra incomprensión
del sentimiento de sentirse ignorada
solo ahora advertimos su presencia

no sé si convencí en lo de mi invisibilidad
(y la vuestra)
lo que sí sé es que nunca en ese caso
llegaremos a ser echados tanto en falta
como la puerta
como cualquier puerta

pbernal
de tren de otoño
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Tanka

En el camino
donde cruzan las luces,
pétalos secos.
El amor que perdura
se recrea en la lágrima.

pbernal 2008
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