El cabo de Gata
A UNA MADRE
QUE
NUNCA VIO EL MAR
Si volviera
a nacer.
¡Ay, si
volviera a nacer,
cuánto me
gustaría
poder ser
la madre de mi madre!
Si volviera
a nacer
te pondría
los zapatos nuevos
y el mejor
vestido
para ir al
colegio
al que nunca
fuiste.
Si volviera
a nacer,
al salir
del colegio
te
compraría chuches
y bolas
dulces de algodón.
Si volviera
a nacer
no
llorarías tanto
y serías
una niña feliz.
Si volviera
a nacer
intentaría
hacerte ver
que el amor
no es dolor.
Si volviera
a nacer
te
enseñaría lo maravillosa
que es la
vida
en brazos
de quien te quiere.
Si volviera
a nacer
te daría
todos los besos
que te
faltaron de niña
incluso de
madre y mujer.
Si volviera
a nacer
te leería
todos los cuentos
que nadie te
leyó
y que tú no
pudiste
porque no
sabías leer.
Si volviera
a nacer
te
arrebujaría las mantas,
te besaría
la frente
y al mismo
tiempo, muy quedo,
te
susurraría al oído un te quiero
con una
canción de cuna.
Si volviera
a nacer
pasearíamos
por el parque
escuchando
la música
que, con
las hojas de otoño,
hacen
nuestros pies.
Chapotearíamos
en el agua
de los charcos
mientras
los árboles,
semidesnudos,
nos
mandarían mensajes de paz
en forma de
hojas amarillas,
y
jugaríamos en el suelo,
mucho rato,
con las
hojas recién caídas.
Si volviera
a nacer.
¡Ay, si
volviera a nacer
no crecerías
atando tu corazón
a hielos,
rastrojos y sudores,
pucheros,
fríos y calores!
Si volviera
a nacer
viajaríamos
en los cuernos de la luna
hasta la
orilla del mar
que nunca
viste.
Pasearíamos
por sus playas
con
nuestros pies desnudos,
mojándonos
por la orilla
y mirando
con esperanza
la línea
del horizonte azul
del cielo y
del mar.
¡Ay, si volviera a nacer!
19/10/2022