jueves, 19 de noviembre de 2015
ESTAMPAS DEL BELÉN
en las alturas
verdean las praderas
cantan las fuentes
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ENSAYO GENERAL
Se alza el telón. El decorado: flores,
ascuas (un naranjal de orfebrería),
nieve al fondo. La escena está vacía.
Se oyen susurros entre bastidores.
Pastores, Magos, pajes... Los actores
repasan su papel (se acerca el día).
Falta la estrella que ha de ser su guía
por las llanuras y por los alcores.
La estrella no llegó nunca al ensayo.
¿Es que el electricista tuvo un fallo?
¿Era un truco y no estrella verdadera?
Tras el foro, Jesús, triste, emprendía
su camino en el vientre de María,
sabiendo – él es quien es – lo que le espera.
© José Hierro
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4 EL ÁRBOL
(para Antonio)
Cerezo que custodias tu rebaño
con la sabiduría del orfebre
y el arte del maestro nigromante:
callado en tu campiña, seleccionas
esas partículas elementales
con las que reproduces creaciones
que luego te suplican en el monte,
y tú dispensas hasta el infinito.
El verso de tu cielo se derrama
como Guadalquivir por humedales,
y alegra, place, moja, baña, llega…
Es tu palabra clara; de maestro
respetable, discreto, bullicioso.
Noble cerezo de sabrosos frutos.
©pbernal
ESTAMPAS DEL BELËN
II EL FUEGO
Cuando el Niño-Dios nacía
y sus ojitos abrió
una luz le sorprendió
a la vera de María:
algo en la cueva se... ardía.
—“¿Quién eres? — le preguntó,
y el fuego le respondió:
— “Yo solo soy el reflejo
que se mira en el espejo
de mi Dios”.
©pbernal
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