martes, 3 de enero de 2017

pasito a paso


por el camino forestal, Valle de Iruelas

---
pasito a paso
el 2017
a andar empieza


---
AMISTAD A LO LARGO


Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.
Mirad:
somos nosotros.

Un destino condujo diestramente
las horas, y brotó la compañía.
Llegaban noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más:
empezamos a ser los compañeros
que se conocen
por encima de la voz o de la seña.
Ahora sí. Pueden alzarse
las gentiles palabras
-ésas que ya no dicen cosas-,
flotar ligeramente sobre el aire;
porque estamos nosotros enzarzados
en mundo, sarmentosos
de historia acumulada,
y está la compañía que formamos plena,
frondosa de presencias.
Detrás de cada uno
vela su casa, el campo, la distancia.

Pero callad.
Quiero deciros algo.
Sólo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos con los otros
en el rincón hablamos, tantos meses!
que nos sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.

¡Ay el tiempo! Ya todo se comprende.


©Jaime Gil de Biedma
-----

32 MANUEL


Cuenta una vieja leyenda
la candidez y agonía
de Manuel, ese chiquillo
que de niño no quería
celebrar las navidades
con el belén que ponían
sus padres, año tras año,
en el lugar que solían:
las ovejas, los pastores;
las figurillas que un día
tanto contento le dieron,
ahora lo entristecían;
pero a nadie dijo nada;
su mamá desconocía
la tristeza de Manolo
cuando llegaba ese día:
todos juntos celebrando
a ese Niño que nacía,
en el humilde portal,
de san José y de María,
junto a la burra y al buey,
que en su pesebre dormían.
Pasa el mes y cumple años;
Manolito se decía,
y recordaba en sus juegos
al Niñito de María:
- luego será un ayudante
más en la carpintería;
discute en el Sanedrín;
rompe en casa la alegría,
y a predicar la palabra
por la que le prenderían
una mañana de marzo
por el mundo se perdía.
Y le fueron a buscar
juzgándole al otro día;
y pensándolo Manolo
más y más se entristecía,
que en esa negra semana
que llaman santa, moría
colgado de los maderos:
¡qué tremenda villanía!
¡Si yo pudiera impedirlo!,
sollozando repetía.
Cuando sus padres pusieron
el belén donde solían,
vieron que todo encajaba:
San José; la solería
del portal, y la montaña;
y el río, de platería
su cauce de agua y estaño;
y un caballo; y la herrería;
y otro burro y otra vaca;
borregos de pedrería
algodonosa y gastada,
y figuras que tenían
del año anterior guardadas…
Pero Niño no. No había.
Manolo se disgustaba;
una bolsa recogía
y a la calle se marchaba,
pues sus padres discutían:
— ¡Que tú guardaste la caja!
— ¡Que no fui yo!— Se perdía
por el parque Manolito
embriagado de alegría,
y se asomaba a la bolsa.
Y el Niño le sonreía.


©pbernal

POR EL CINCO DE ENERO

XIV.2


Reyes Magos, seis de Enero,
salen de la morería.
Cargaban paquetería
para alivio de febrero.
Entran ya por el sendero.
Mira, rodean la fuente,
y se tropiezan de frente
con Álvaro y con Manuel,
y con un beso de miel
les regalan su presente.

pb

No hay comentarios: