Sol, pinos y abejas en Iruelas
Casida
de Alaia
En paz el horizonte
de agujas verdes y frondosos pinos.
Titilan las estrellas
sobre el remanso azul del río.
La música en el aire,
y el sol aun no ha salido.
Ha llegado la hora.
El calendario ya se ha consumido.
En una caja de zapatos cabe.
Hoy es cuatro de agosto, y ha
nacido.
Un rebujo de lienzo
acoge con ternura su vagido.
Lo muestra con arrobo.
Sus senos temblorosos son su nido.
Alaia en ellos duerme confiada:
en los brazos de Olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario