domingo, 3 de marzo de 2024


El cabo de Gata


 

A UNA MADRE

QUE NUNCA VIO EL MAR

 

Si volviera a nacer.

¡Ay, si volviera a nacer,

cuánto me gustaría 

poder ser la madre de mi madre!

 

Si volviera a nacer

te pondría los zapatos nuevos

y el mejor vestido

para ir al colegio

al que nunca fuiste.

 

Si volviera a nacer,

al salir del colegio 

te compraría chuches

y bolas dulces de algodón.

 

Si volviera a nacer

no llorarías tanto

y serías una niña feliz.

 

Si volviera a nacer

intentaría hacerte ver

que el amor no es dolor.

 

Si volviera a nacer

te enseñaría lo maravillosa

que es la vida

en brazos de quien te quiere.

 

Si volviera a nacer

te daría todos los besos

que te faltaron de niña

incluso de madre y mujer.

 

Si volviera a nacer

te leería todos los cuentos 

que nadie te leyó

y que tú no pudiste 

porque no sabías leer.

 

Si volviera a nacer 

te arrebujaría las mantas,

te besaría la frente

y al mismo tiempo, muy quedo,

te susurraría al oído un te quiero

con una canción de cuna.


Si volviera a nacer

pasearíamos por el parque

escuchando la música

que, con las hojas de otoño,

hacen nuestros pies.

Chapotearíamos

en el agua de los charcos

mientras los árboles,

semidesnudos,

nos mandarían mensajes de paz

en forma de hojas amarillas, 

y jugaríamos en el suelo,

mucho rato,

con las hojas recién caídas.

 

Si volviera a nacer.

¡Ay, si volviera a nacer

no crecerías atando tu corazón

a hielos, rastrojos y sudores,

pucheros, fríos y calores!

 

Si volviera a nacer

viajaríamos en los cuernos de la luna

hasta la orilla del mar

que nunca viste.

 

Pasearíamos por sus playas

con nuestros pies desnudos,

mojándonos por la orilla

y mirando con esperanza

la línea del horizonte azul 

del cielo y del mar.

¡Ay, si volviera a nacer!

 

 ©Jaime Monteagudo Monteagudo

19/10/2022