martes, 31 de mayo de 2016

EL JUEGO DE HACER VERSOS


foto Drus: casa hundida en el monte

junto a la puerta
el polvo del camino
sed infinita

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EL JUEGO DE HACER VERSOS


El juego de hacer versos
—que no es un juego— es algo
parecido en principio
al placer solitario.
Con la primera muda
en los años nostálgicos
de nuestra adolescencia,
a escribir empezamos.
Y son nuestros poemas
del todo imaginarios
—demasiado inexpertos
ni siquiera plagiamos—
porque la Poesía
es un ángel abstracto
y, como todos ellos,
predispuesto a halagarnos.
El arte es otra cosa
distinta. El resultado
de mucha vocación
y un poco de trabajo.
Aprender a pensar
en renglones contados
–y no en los sentimientos
con que nos exaltábamos–,
tratar con el idioma
como si fuera mágico
es un buen ejercicio,
que llega a emborracharnos.
Luego está el instrumento
en su punto afinado:
la mejor poesía
es el Verbo hecho tango.
Y los poemas son
un modo que adoptamos
para que nos entiendan
y que nos entendamos.
Lo que importa explicar
es la vida, los rasgos
de su filantropía,
las noches de sus sábados.
La manera que tiene
sobre todo en verano
de ser un paraíso.
Aunque, de cuando en cuando,
si alguna de esas nubes
que las carga el diablo
uno piensa en la historia
de estos últimos años,
si piensa en esta vida
que nos hace pedazos
de madera podrida,
perdida en un naufragio,
la conciencia le pesa
—por estar intentando
persuadirse en secreto
de que aún es honrado.
El juego de hacer versos,
que no es un juego, es algo
que acaba pareciéndose
al vicio solitario.

© Jaime Gil de Viedma

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28 LA TIERRA


Profunda e inexplorada,
maravillosa e inquieta;
hortelana y alfabeta
para ser urbanizada;
de ti salió, de la nada,
Adán, que, cuentan, un día
un lecho lo acogería
en su parcela privada.


Maternal y deliciosa,
apresada entre paredes
redondas, apenas cedes
el hueco para una rosa.
Flor que recibe, gozosa,
de ti, terrón, su belleza,
y te veja por simpleza,
siendo tú la más preciosa.


29 EL GATO


— ¡Zape!, ¡zape, que te mato!
Colgado de la cortina,
la manicura cochina
haciéndose lleva un rato.
Su trajín ya me molesta,
siempre con la mesa puesta
y a vivir,
con sus orejas en cresta…
¡Que se acicale en su cesta
de dormir!

Lagartijas y ratones
a sus bigotes se espantan,
y a su paso se levantan
palomas y gorriones.
Yo no sé qué pasaría
si un ratón con chulería
fuese a ver
si su garra mediría
distancia de cacería
pa comer.


©pbernal

martes, 24 de mayo de 2016

COMO UN ALA ARRANCADA


Foto Drus: Peonía

franca la puerta
un mundo de pasiones
su seno guarda

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COMO UN ALA ARRANCADA


Como un ala arrancada
que se desangra pluma a pluma.
Como catedrales purísimas en exceso
que levantan el soplo del desdén
así es mi alma y no se aburren
los hombres cuando están conmigo.
Anida en mí un sonido diferente al de la pasión
y en aras de la voz lo sacrifico todo.
Nunca he hablado sin inspiración de mis penas
sin el sentido de la felicidad que ellas le dan.
No defiendo mi causa
sino aquella del más absoluto de los besos.
el que llega hasta el alma traspasando la carne.
Y no es que mis cabellos sean indiferentes al frío
de la proximidad de las valquirias...
Pero veo en sus bocas como un mundo:
un abismo una bóveda celeste un desfiladero...
Y desde las ventanas veo solo siluetas
que miran hacia infinitos páramos.
Y en los lechos barcos para partir algún día.
Está tan distraído este verano
como si no tuviera tiempo
para ocuparse de sí mismo.
Rico en amantes moriré
y en sabores de manjares sabrosos.
Conjugar verbo y carne en las fronteras
del límite del cuerpo
es mi oficio: beneficio maleficio y mapa.


©Ezequías Blanco

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26 QUEJA DEL LEÓN DE LAS ANTIGUAS BAÑERAS DEL BALNEARIO CERVANTES



en el desván inmundo del olvido,
lidia falcón, me tienen arrumbado;
tu cuerpo ya no puedo ver mojado;
tampoco tú mi rostro sorprendido.

inmóvil en el tiempo detenido
fui por las hermosuras contemplado,
e, irreverentemente, acariciado;
era mi servidumbre y mi latido.

con ojos sin pupila, con melena
detenida en un gesto, con la pena
de ser sin ser fiero león hierático,

llenaba la bañera de agua roja
para quitar del cuerpo la congoja
en el sarcófago monocromático.

no parece simpático
que se me destronara de la bola
por un capricho de tu amiga Lola.


©pbernal


lunes, 16 de mayo de 2016

VIDAS PARALELAS



Foto Drus: buitre al acecho

algunas veces
en la ola del viento
el ojo duda


VIDAS PARALELAS

La empleada de la zapatería
relata ante las cámaras
cómo el secuestrador
tiene a nueve personas retenidas
a punta de pistola

y pide para él
la pena de muerte o cadena perpetua.

Así habló la empleada
retenida a punta de veinte euros al día
en una zapatería.

©Antonio Orihuela

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27 MARIPOSA

¿Lo habéis visto pasar acalorado?
Falsea su tamaño larguirucho.
Acomete la rama tobogán
mimetizado en ámbar.
Las casillas supera con sus patas
negras en el confín de sus anillos
repulsivos, lechosos.
Su ritmo disimula cercanías
lejos de su destino
ajeno a la verdad
de que al final de su correr incierto
no queda ni su sombra.
Teme con aprensión la ruta vil
del vil depredador
que surca el aire en busca de comida.
Muelle continuo, nervio y agonía,
pronto para roer la golosina
proteica y sabrosa;
pronto para saltar a la rayuela,
y destilar la baba,
y tejer el refugio inexpugnable
con el sueño posible
de remontar un día con la aurora
de flor en flor, camino de su nada.

©pbernal

martes, 10 de mayo de 2016

Todos los días salgo de la cama


Foto Álvaro; entre el cielo y la tierra

sobre la cumbre
la mirada se pierde
tras de las aves

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LIBERTAD EN LA CAMA

Todos los días salgo de la cama
y digo adiós a mi compañera.
Vena: cuando me pongo
los pantalones,
me quito
la
libertad.
Cuando llega la noche, otra vez
vuelvo a la cama y duermo.
A veces sueño que me llevan con las manos atadas,
pero entonces me despierto y siento la oscuridad,
y, con el mismo valor, el cuerpo de mi mujer y el mío.

© Antonio Gamoneda
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25 LA ESPIGA



Hay un rincón hermoso en Córdoba Sultana
que lleva de la mano del cero al infinito;
es un caserón viejo, sensible, delicado
con el sabor a usado, y a rancio…, y a erudito.

Las puertas son de hierro forjado en una fragua
de las que no se llevan en este tiempo nuestro;
la casa es tan añeja en vía tan famosa
que cuando la penetras irrumpes en un sueño.

Asombra la techumbre. Sorprenden escaleras
que suben y que bajan vestidas de arabesco;
y el patio de vecinos con su vela de lona
para templar calores y mantener el fresco.

Un día a la semana la casa se transforma.
Se llena de guitarras, de cantos y de luna,
y suben a la troje olímpicas palabras
despabilando sombras con cánticos de cuna.

Es cálido el ambiente de sus paredes francas.
Son sólidas las mesas de tablazón de viga;
y los romanos arcos; y el noble tabernero,
Antonio, que gobierna la singular Espiga.


©pbernal

martes, 3 de mayo de 2016

contra las piedras



contra las piedras
espuma vida furia
despierta el agua

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AL FONDO DE LA ESCENA

He cruzado el umbral. Estoy en casa.
Después del frío, y el viento y los veranos
he venido. Saludo a los objetos
con un suspiro grave y respetuoso.
La sala decorada con flores que parecen
desplomarse carnívoras sobre los comensales.
He ocupado mi silla. Alguien comenta
el precio escaso de la vida humana
en un país remoto y las noticias
dejan caer promesas de un futuro
que merezca la pena. La mujer
me sirve una sonrisa.
El hombre habla con ella como quien acaricia
un sueño que se hiciera cotidiano.
Bajo el mantel los niños se pelean.
La sal. El pan. La mesa como siempre:
cada cual en su sitio, absorto en la tarea
de ser el personaje que la trama
dispone.
Así, ya ves, somos felices.
Ignoramos que un día la ausencia de la madre,
esa silla vacía, inconcebible,
hará que el niño aquél -al fondo de la escena-
escriba estas palabras.

© Eduardo García
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22 RÉPLICA A FAVOR DE LA RIMA
(ejercicio)


La mañana en tu mesa. Tú, recién levantado,
y en el papel, sorpresa: te nace un pareado.

Que sé que te va a gustar;
voy a cantarlo bajito,
chiquilla, ven para acá.

do-re-mi-la-si-sol
do-re-mi-si bemol

Bella urí
de Nador,
ruiseñor
alauí,
descubrí
con honor,
y su olor
aprehendí;

disfruté
del jardín
y el rumor
del verdín
nido fue
del amor.




Distinguí
con fervor
el olor
de alelí,
intuí
su primor,
y en el por-
che la vi;

el rumor
del jardín
disfruté
y el amor
del verdín
nido fue.

En la si-
lla del por-
che se dor-
mía, sí;
percibí
su candor,
y a su amor
sucumbí;

nido fue
del amor
el jardín;
disfruté
su rumor
y verdín.


¡Ay de mí!
Su favor
con valor
conseguí,
Sinaí,
monte Thor,
labrador
alauí;

disfruté
del amor
y el verdín
del jardín,
su rumor,
nido fue.

Si me fui
(qué dolor)
fue por mor
de aquel sí;
porque sí,
por amor,
con dolor
la perdí;

un amor
el jardín
nido fue
y el rumor
del verdín
disfruté


©pbernal