martes, 28 de mayo de 2019

ESE RUIDO YA PÁJARO


Mario Obrero, joven poeta de 16 años, tunea una dedicatoria en la presentación de su premiado poemario “Ese ruido ya pájaro”
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Porque no quiere, no quiere.
¿Por qué no quiere, no quiere?
No quiere porque no quiere.

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ESE RUIDO YA PÁJARO

FIGURA
CAMPO
FONDO

(Poema tercero)

“Hablaré de ese pueblo añil donde los jóvenes dan lugar a la luz
lo que fecunda un campo de pianos mojados
en los paisajes de un instante o la lengua terrosa del costurero cuando hacía corbatas a los seres nómadas
la triste ventolera que hace caminar un tomate
¡cómo descienden los tomates en la cuesta!
las mariposas escondidas en un cardo hacen un brrrrrr que abren las ventanas del marino y del poeta
lo que mira un perro y el corazón del espigal en el azul del cielo y de la tierra y los bosques y la ciudad nacida como una llamada en lo amado
la alquimia de las ciruelas que tras veinte años ingiriendo cinabrio se vuelven adolescentes pelirrojos en el malecón de los charcos negros
como las cáscaras de flor en la buhardilla escuchada por el oscuro chorro caprino
o esas abejas lingüísticamente maternales que inexisten
rondando las máculas de tu cuerpo barca
no olvidemos el limpio brrrrrrr de las nubes traídas de estraperlo por la señora Venecia
la noche abierta por el pistilo de las hortensias seca las sábanas
el isleño con su reloj frente a la reforestación de la lírica nos habla del norte
como los niños que habitan la semántica del nogal
con los residuos imposibles peló esa mujer las patatas de un mar que yo aún pinto en ocres
mi hermana lago entra en la cocina ladrante o llovida en hojas de eucalipto
entonces su olor como una casa azul con tejado oscuro acude a lo hondo de tu lenguaje la ostra fluida en un río abandonado”

Mario Obrero
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RESCOLDOS

La vereda paseo de mi otoño dorado.
Llevo plata en las sienes, y la ropa bien puesta.
Voy de doncel; y brillo como estrella de fiesta,
firme, sereno; enjuto; el cuerpo bien plantado,
(por más que los cristales repitan mi corvado
perfil de descompuesta figura trasnochada).
Son escasas las flores que alegran mi velada.
(Algún dulce perdido que tomo con agrado.)

Pesan los escalones que bajo cada día.
Ignoro si me quedan menos o más peldaños.
Aspiro satisfecho el reto de los años.
Mi canastilla cargo de sueños, todavía.
Y, cuando tu figura pasa de romería,
y el vuelo de tu falda provoca mis afectos,
me siento desarmado frente a los insurrectos
tributos que proteges bajo tu lencería.
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CATARATAS 7
(El arroyo de La Vejiga)

Para medir las fuerzas fue un buen día.
Casi cuarenta íbamos. El tiempo
era primaveral. Un suave viento
mitigaba el calor. Se agradecía.

En dos nos dividimos. Tras el guía
atacamos el cauce descubriendo
un mundo insospechado, y el atuendo
nos empezó a sobrar. El sol crecía.

La empinada canal; el agua clara;
el rumor de sus saltos entre rocas;
cascadas, flores, escaladas… Lares

inesperados de una fauna rica
que hollábamos. Las cabras vigilaban…
y yo mirando con mis tres cristales.

Pb/2019
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CONSTANTINOPLA (Un romano...)

Un romano, entusiasta de los ladrillos y el mortero, está caminando por Cankurtaran. Y, si no es un romano, entonces le obsesiona vivir sobre los escombros de la civilización. “Nadie creería que hay ciudades debajo de esta ciudad”, nos dice mientras una derruida casa de madera resiste a los edificios de hormigón. Y, si no es un romano, es una ruina por doquier. Y si no es un romano, es una de las viviendas antiguas de Estambul que parecen mariposas atravesadas con un alfiler sobre el trasfondo urbano. Y si no es un romano, entonces es el resto de una historia. Pero no, no es un romano. El que está caminando nunca es lo antiquísimo que espera una demolición. El que está caminando nunca es un esqueleto pardusco que, con sus pasos, llena de hollín lo que fue construido antes de que él naciera. El que está caminando sabe que todos los imperios se están cayendo aquí. Todos y cada uno de ellos están a la altura de los omóplatos de este hombre no ocurrido. El que está caminando tiene un porvenir brillante y la muerte se le ha atrasado.

Poema de Karen Villeda (México, 1985)
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martes, 21 de mayo de 2019

CANTO TRISTE


por la senda abierta al andar...

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frío de nieve
palpitan las estrellas
cálido nido

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CANTO TRISTE

Flores con ansia mi corazón desea.
Que estén en mis manos.
Con cantos me aflijo,
sólo ensayo cantos en la tierra.
Yo, Cuacuauhtzin,
con ansia deseo las flores,
que estén en mis manos,
yo soy desdichado.

¿Adónde en verdad iremos
que nunca tengamos que morir?
Aunque fuera yo piedra preciosa,
aunque fuera oro,
seré yo fundido,
allá en el crisol seré perforado.
Sólo tengo mi vida,
yo, Cuacuauhtzin, soy desdichado.

Tu atabal de jades,
tu caracol rojo y azul así los haces ya resonar,
tú, Yoyontzin.
Ya ha llegado,
ya se yergue el cantor.
Por poco tiempo alegraos,
vengan a presentarse aquí
los que tienen triste el corazón.
Ya ha llegado,
ya se yergue el cantor.
Deja abrir la corola a tu corazón,
deja que ande por las alturas.
Tú me aborreces,
tú me destinas a la muerte.

Ya me voy a su casa,
pereceré.
Acaso por mí tú tengas que llorar,
por mí tengas que afligirte,
tú, amigo mío,
pero yo ya me voy,
yo ya me voy a su casa.
Sólo esto dice mi corazón,
no volveré una vez más,
jamás volveré a salir sobre la tierra,
yo ya me voy, ya me voy a su casa.

Sólo trabajo en vano,
gozad, gozad, amigos nuestros.
¿No hemos de tener alegría,
no hemos de conocer el placer, amigos nuestros?
Llevaré conmigo las bellas flores,
los bellos cantos.
Jamás lo hago en el tiempo del verdor,
sólo soy menesteroso aquí,
sólo yo, Cuacuauhtzin.
¿No habremos de gozar,
no habremos de conocer el placer, amigos nuestros?
Llevaré conmigo las bellas flores,
los bellos cantos.

de Cuacuauhtzin deTepechpan (México. Imperio azteca, caña 1410–1443)

(Historia del poema)

Cuacuahtzin de Tepechpan (caña 1410–1443) fue gobernador y poeta de Tepechpan, sucedió a su padre Tencoyotzin, señor de Tepechpan, que murió muy joven. De acuerdo con el historiador Fernando de Alva, Ixtlilxóchitl tomó parte en varios enfrentamientos como aliado de Tezcoco y México-Tenochtitlan. En una de estas campañas obtuvo gran cantidad de oro, mantos, plumas y esclavos como botín de guerra. Parte de este tesoro fue empleado para los gastos de palacio y para embellecer la corte de Tepechpan. Además de por su puesto como gobernador y sus actos de guerra, hoy en día se le conoce fundamentalmente por sus poemas, que compuso en náhuatl clásico.
Después de haber entregado una gran cantidad de regalos a un noble mexicano, llamado Temictzin, Cuacuauhtzin se casó con la hija de Temictzin, Azcalxóchitzin, en el año 12-pedernal (1440). Debido a que Azcalxóchitzin era demasiado joven, Cuacuauhtzin no consumó de inmediato su matrimonio. Tras su matrimonio, Nezahualcoyotl, tlahtoani de Tezcoco, se enamoró de Azcalxóchitzin y envió a Cuacuauhtzin a la guerra contra Tlaxcala.
Bajo el mando de Nezahualcoyotl, se ordenó a Cuacuauhtzin acudir al punto más peligroso de la lucha, de modo que resultara muerto y Nezahualcoyotl pudiera casarse libremente con Azcalxóchitzin. Cuacuauhtzin averiguó las intenciones de Nezahualcoyotl y antes de partir para la guerra compuso su Canción de tristeza o Canción triste. Este poema está dirigido a un grupo de amigos cercanos, y trata el tema de la traición de su señor y amigo, Nezahualcoyotl, que le enviaba a una muerte prácticamente segura: "¿Dónde habríamos de ir donde nunca muriéramos?", escribió a modo de apóstrofe referido a Nezahualcoyotl por medio de su epíteto Yoyontzin o "el jadeante". Murió en el año 3-caña (1443) en la batalla contra los tlaxcaltecas. Su biografía fue compilada por Ixtlilxóchitl. Sus composiciones aparecen en tres colecciones diferentes sobre obras precolombinas.
(blog "asamblea de palabras", de Francisco Cenamor)
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LOS LÍMITES DE LA AUSENCIA

Sabe que no vendrá.

Más allá del cristal, la tarde gris.
Velo rosa de tul lo disimula.
No quiere despertar. Sabe que no vendrá.
Los celos afilados se ocultan en la sombra.
El trepidar de las gotas de lluvia
golpea la ventana,
y evoca su figura…

El aroma sensual llenará todo.
Ofrecerá su cuerpo a su mirada.
Rodearán sus brazos el abismo,
y el fuego de sus ojos
intentará prenderse con su fuego.
Y sus labios querrán besar su boca,
escabullirse por encrucijadas,
despertar la tormenta, arrancar convulsiones
y cabalgar los prados del olvido.

Navegará los montes con sus manos.
Resembrará semillas con los besos
que tanto prodigaba,
pero sus dedos tocarán el aire
y su boca el vacío.

Sabe que no vendrá. Se desmorona
su corazón sobre la cama.

Desoye la prudencia. Tan sólo de una punta,
con un temblor retira la cortina
y por su borde escapa la mirada.
Está la calle oscura.
La ciudad, desierta.
Mil estrellas replican los cristales,
-rótulo, bar, farola-.
Mil estrellas de agua.

En la esquina, penumbra.
Espectros en el aire
y alguna sombra alienta su esperanza…

Pero, bajo el cobijo de la lluvia,
no viene nadie.

Sabe que no vendrá, porque la lluvia
ya no le afecta. Ya no importa nada…
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CATARATAS 6

El destino es seguir.

Las herramientas
sirven
para ganar el tiempo
en ese caminar hacia la meta
sabida, o vislumbrada;

porque a veces la ruta
nos la marca el azar,
y la opción es
seguir
moviendo los pies.

Hacia la línea del horizonte
brilla un destello.

Vamos tras él
sin darnos cuenta
de que la luz se aleja
cuanto más caminamos.

Solo nos queda fijar la mirada
en la letra pequeña.

Pb/Mayo 2019
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martes, 14 de mayo de 2019

ESTAMPAS DE GETAFE


Genio y figura
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lágrima viva
mi corazón solloza
por tu vacío

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NO OS CONFUNDÁIS

Y cuando ya no quede nada
tendré siempre el recuerdo
de lo que no se cumplió nunca.
Cuando me miren con áspera piedad
yo siempre tendré
lo que la vida no pudo ofrecerme.
Creedme:
todo lo que pensáis que fue destrozo y pérdida
no ha sido más que conjetura.

Y cuando ya no quede nada
siempre tendré lo que me fue negado.
No os confundáis: con lo que nunca tuve
puedo llenar el mundo palmo a palmo.
Tanto miedo tenéis que no habéis advertido
la riqueza que se oculta en la pérdida.

Desdichados,
poca ganancia es la vuestra
si nunca habéis perdido nada.
Yo sí he perdido:
yo tengo, como el náufrago,
toda la tierra esperándome.

Paca Aguirre
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LA FEA

El teatro deslumbra en una esquina.
Llueve, y una limosna lisonjea
una muchacha pobre, sucia, fea
al rebufo de gente y marquesina.

En la rama conviven flor y espina
y el altivo rehuye tal ralea:
sus ojos pone allá donde no vea
la congoja llorona y anodina.

Es tan aguda, consumada actora,
que repite su súplica cantora
con el tono y el gesto de un guión,

y la duda me asalta a la salida
al verla tan lozana y decidida:
¿Quién ha logrado la mejor función?

Medito la cuestión,
una vez más observo su contrato,
me voy ante la fea, y me retrato.
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CATARATAS 5

Un eco de murmullos en la ciudad silente.
Inicio de jornada con nubes que la empañan.
Gotas efervescentes de una llovizna extraña.
Tráfago de la calle; el paso de la gente.

Vital el movimiento monótono y urente.
Sumar cada segundo con aspereza y saña.
Un rezumar de surco de herida de guadaña…
Las prisas siempre fallan para lo lentamente.

Alerta de sucesos confunden los sentidos,
reflejo de los cuerpos en bultos definidos
que atrapan ilusiones en la dicotomía…

Reconocer lo inútil de avivar el proceso.
Desechar convicciones de marioneta o preso,
cuando cada mañana se aprecia mejoría.

Pb/2019
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NI DE MARTE NI DE VENUS: EL CEREBRO ES UNISEX
La ciencia refuta el machismo: no tiene base biológica.

¿Quiénes dirían que en general tienen más empatía, los hombres o las mujeres? ¿Quiénes creen que son más competitivos? ¿Quiénes suelen tener más facilidad para hacer varias cosas a la vez? ¿Quiénes tienen más propensión a la promiscuidad?
Y, ahora, la pregunta realmente importante: si han contestado “los hombres” o “las mujeres” a cualquiera de las preguntas anteriores, ¿dirían que las diferencias son innatas o que se deben a la educación que reciben niños y niñas desde la infancia?

Si creen que las diferencias son innatas, no son los únicos. Numerosos estudios han registrado diferencias anatómicas entre cerebros masculinos y femeninos. A partir de estas diferencias anatómicas se han intentado explicar las diferencias de aptitudes y comportamientos observadas entre hombres y mujeres.
Este tipo de estudios han proliferado desde los años 90 gracias a las imágenes de la resonancia magnética funcional, que permiten ver qué regiones del cerebro se activan cuando una persona realiza una tarea. Y han alimentado un sinfín de libros y artículos de divulgación que, como El cerebro femenino de Louann Brizendine, traducido a más de veinte idiomas, argumentan que los cerebros de hombres y mujeres son efectivamente diferentes, sobre todo por los efectos de la testosterona durante el desarrollo.
El problema es que los estudios sobre presuntas diferencias cerebrales entre hombres y mujeres se basan en muestras pequeñas, metodologías inconsistentes y análisis estadísticos deficientes, según revela Gina Rippon, neurocientífica de la Universidad Aston de Birminghan (Reino Unido), en su nuevo libro, The Gendered Brain.
Tomen el ejemplo de la investigación de la Universidad de California en Irvine que concluyó en 2005 que los hombres tienen más materia gris y las mujeres más materia blanca en el cerebro. Ostentosamente titulado La neuroanatomía de la inteligencia general: el sexo importa, los resultados de aquel estudio publicado en Neuroimage se han utilizado para explicar el talento masculino para las matemáticas y el talento femenino para la multitarea.
Sin embargo, Rippon recuerda que el estudio se basó en una muestra de sólo 21 hombres y 27 mujeres, que no comparó el volumen de los cerebros entre los dos grupos y que, si las conclusiones fueran ciertas, el cerebro femenino debería ser un 50% mayor de lo que es en realidad.
Otro ejemplo: una investigación de la Universidad Yale concluyó en 1995 que el cerebro femenino y el masculino procesan el lenguaje de manera diferente. Aunque se basaba en una muestra de sólo 19 hombres y 19 mujeres, la investigación se publicó en Nature y reforzó la idea preconcebida de que el género influye en las aptitudes lingüísticas. Trece años después, un metaanálisis que revisó todos los datos publicados sobre la cuestión demostró que la conclusión de los investigadores de Yale era incorrecta.
¿Y la promiscuidad?
La popular idea de que los hombres están programados para tener cuantas más parejas mejor, mientras que las mujeres buscan una pareja estable que se comprometa en el cuidado de los hijos, se deriva de un estudio del genetista británico Angus Bateman realizado con... ¡moscas! Los resultados de aquel estudio, publicado en 1948, se dieron por buenos durante 65 años y alimentaron una abundante literatura que perpetuó la idea de los hombres como copuladores oportunistas y de las mujeres como guardianas de las esencias del hogar.
La idea de que hombres y mujeres tienen aptitudes y actitudes diferentes porque sus cerebros son distintos es errónea y contraproducente”
Pero, cuando se intentaron repetir los experimentos de Bateman en 2012 y 2013, los resultados obtenidos fueron diferentes. Y, cuando se revisaron sus resultados originales, se descubrió que sólo había presentado los datos favorables a sus conclusiones y había desechado los contrarios. Un reanálisis del conjunto de sus datos reveló que, si hubiera hecho bien su investigación, no hubiera encontrado una dicotomía entre machos promiscuos y hembras fieles.
Esta dicotomía no se da ni en moscas ni en personas, donde los estudios sobre conductas sexuales revelan que tanto hombres como mujeres pueden sentirse a gusto en relaciones monógamas y que pueden tener por igual relaciones esporádicas. Pero la tesis de Bateman, que parecía legitimar la infidelidad masculina y deslegitimar la femenina, ya había cuajado, ataviada con un aura de respetabilidad científica.
Errónea porque “las diferencias anatómicas entre cerebros masculinos y femeninos son mínimas y, además, no son de categoría sino de grado”, señala Dierssen. En esta misma línea, Lise Eliot, neurocientífica de la Universidad Rosalind Franklin de North Chicago (EE.UU.), ha argumentado en la revista Nature que “no hay más diferencias de género en el cerebro que en los riñones, el hígado o el corazón”.
Patrones de comportamiento
Los estereotipos inculcados desde la infancia explican las diferencias de comportamiento más comunes entre hombres y mujeres
Y la idea es contraproducente porque, “si los sexos son esencialmente diferentes, entonces la igualdad de oportunidades nunca conducirá a la igualdad de resultados”, argumenta Cordelia Fine, de la Universidad de Melbourne (Australia), en su reciente libro Testoterona Rex.
Todo lo contrario: las presuntas diferencias anatómicas entre hombres y mujeres emergen como argumento perfecto para legitimar la desigualdad. Con el agravante de que pocos ciudadanos tienen la formación necesaria para cuestionar mensajes ideológicos que se les presentan como verdades científicas. Ya saben, “no es machismo, es el hipotálamo”. De ahí que Cordelia Fine acuñara el término neurosexismo para desenmascarar ideas sexistas basadas en datos erróneos sobre presuntas diferencias cerebrales entre hombres y mujeres.
Nada menos que la patronal CEOE ha caído en la trampa del neurosexismo al argumentar, en su reciente informe Análisis de la brecha salarial de género en España, que una de las causas de las diferencias de sueldos es que las mujeres son menos competitivas, asumen menos riesgos y negocian peor. “Este tipo de afirmaciones son indignantes. No tienen ninguna base científica y perpetúan un modelo de desigualdad”, denuncia Dierssen.
Los investigadores e investigadoras que combaten el neurosexismo no niegan que haya diferencias entre hombres y mujeres. “Por supuesto que las hay”, declara Gina Rippon, la autora de The Gendered Brain, en una reciente entrevista en The Guardian. “Anatómicamente hombres y mujeres son diferentes. El cerebro es un órgano biológico. El sexo es un factor biológico. Pero no es el único factor. Interactúa con muchas variables”.
Ahora bien, si el sexo no es determinante, ¿cómo explicar entonces las muchas diferencias de comportamiento que se observan entre la población masculina y la femenina? ¿Cómo explicar, por ejemplo, que a las niñas les guste jugar a muñecas o a maquillarse desde pequeñas y que a los niños les gusten los videojuegos de acción, y si puede ser matando enemigos mejor? ¿O que la mayoría del alumnado de enfermería sean mujeres y la mayoría del de ingenierías sean hombres? ¿O cómo explicar, señores de la CEOE, que haya tan pocas mujeres en puestos de alta dirección?
Por la plasticidad cerebral, contesta Rippon. Porque el cerebro es extremadamente maleable, se desarrolla de acuerdo con las experiencias que tiene una persona a lo largo de la vida, especialmente en la infancia, interioriza los estereotipos y actúa en consecuencia.
Estereotipos como la idea extendida –que ahora se sabe que es errónea- de que los chicos están más dotados para las matemáticas y las ingenierías. O de que los genios son hombres –prueben a encontrar una mujer que sea reconocida como una genio; más probablemente será considerada una gran trabajadora con talento-. O que la expresión “un hombre ambicioso” tiene una connotación más positiva que “una mujer ambiciosa”.
“Los estereotipos se crean desde la infancia y alimentan las ideas de lo que es aceptable y qué no lo es”, señala Mara Dierssen. “A los seis años, las niñas y niños ya tienen estereotipos consolidados”. Para romper estos estereotipos, que influirán más tarde en la imagen que las personas tienen de sí mismas, en las decisiones que tomarán y en algunos casos en su bienestar psicológico, “tenemos que acabar con los prejuicios sexistas basados en ideas presuntamente científicas que no tienen fundamento”.

JOSEP CORBELLA
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ESTAMPAS DE GETAFE

Acabo de cruzarme con el bronce de un cartero antiguo, y es antiguo el mundo que me recuerda esa puerta, en la calle Toledo, que empujo casi sin darme cuenta. El interior me trae a la memoria el sabor de las películas de vaqueros en el oeste de la infancia, de pioneros…; y me sumerjo en ese espacio abarrotado de artículos en venta; avanzo por un pasillo amenazante, acotado por variopintos, insospechados y multitudinarios utensilios domésticos en insidioso acoso al cliente, como piezas de tela que en el arca se venden… Quien entra en esta cacharrería busca lo que no encontró en otras tiendas…
Embozado al fondo hay un mostrador de nobleza histórica reconocida, y un rancio aroma de honrado y dedicado comerciante; y me pongo a la cola. Un dependiente escucha. Se pierde en la trastienda. Regresa con el artículo solicitado.
En un rincón, a la derecha, sentados a una mesa camilla, un hombre de mediana edad responde respetuoso a un viejo, cotejando asientos de un libro contable…
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martes, 7 de mayo de 2019

¿será que ya llegó la primavera?


ausencias

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páramo triste
tu vuelo de paloma
lo difumina

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ITHACA

Corrige la mirada en el sextante de los ojos,
pon rumbo a alguna parte como un náufrago,
desata las medidas estelares
y deja que las horas te constelen,

bebe un sorbo pequeño de té verde,
maréate al vaivén del oleaje,
vomita lo que sea por la borda,
arrópate despacio con la manta,
mira el retrato azul del camarote
y busca en la bitácora
el cuaderno de las islas perdidas...

sopesa las constantes que precisas,
la meteorología que te aguarda,
el viento que sin duda soplará,
los nudos necesarios para el tránsito...
busca bahías cercanas
por si los temporales azotasen,

mide todo en los mapas que no tienes...
y no dudes si sientes el ardor de levar ancla...

y sé consciente
de que a Ithaca se llega siempre

un día más tarde de mañana.

© Luis Felipe Comendador
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PAQUETE

La muchacha se funde con el hombre
como la mantequilla en la tostada,
cuando se pone atrás.
Y se inflama la noche
con fragores de máquina llenando oscuridad.

Un casco la protege de la brisa sonora
que se rompe en el cuerpo del doncel.
Su joven corazón cabalga aprisa.
Anhela la emoción.
El asfalto repica contra él.

Tenaza en la cintura. Entre pecho y espalda
penetrar no podría un alfiler.
Bicéfalo centauro en horcajadas,
tiempo y espacio detenidos,
en equilibrio piel con piel.

Atento a la jugada de la cinta
que la rueda consume, el hombre va.
Y en un momento piensa en la muchacha.
Teme por ella. Teme despertar…

Despertar en la hierba, cubiertos del rocío
de la noche, dormidos luego del amar.
O descubrirse fríos, con heridas,
sin carretera para regresar…
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CATARATAS 4

en un albo gamón con tiento posa
sus párpados alados como velas,
gafas tatuadas, faros, centinelas,
la maravilla de una mariposa;

agua desciende al valle, bulliciosa,
llenando la garganta del Iruelas
de una nube de gotas: mil estelas
que irisan la alborada prodigiosa;

el valeroso y tímido alubión
que salta sin cesar de roca en roca
una llamada de pasión espera,

y es fiel a la señal que le convoca
la mariposa puesta en el gamón:
¿será que ya llegó la primavera?

pb/2019
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EL SEXO MASCULINO NO ESTÁ BIEN DISEÑADO

Pude conocerle en el atardecer de un banco orientado al poniente, o, quizá, en la cola del autobús que me llevaba a ninguna parte. Dijo que se llamaba Randolph M. Nesse, y que había nacido en Toledo (Ohio), en 1948. y que participó en el simposio sobre trastornos afectivos organizado por Esteve... Sostenía el doctor Nesse que nuestro cuerpo no está hecho para el siglo XXI. La evolución anda más lenta que la revolución tecnológica, murmuró. Y eso se paga con enfermedades como el cáncer, la arteriosclerosis o la obesidad. El precursor de la medicina darwinista, profesor de psiquiatría de la Universidad de Michigan, adelanta que el sexo masculino lo tiene peor. -Darwin dijo que sobreviven los fuertes. Y la cosa no va así... le dije. -Hay razones para que no sea así. En primer lugar, el entorno cambia más deprisa de lo que podemos evolucionar. Y las bacterias, también. Pero es que, además, todo en el cuerpo es una compensación. -No sé si le sigo. -Cuando mejoramos algo, otra cosa empeora. Por otra parte, el cuerpo no se ha preparado para la salud, sino para la reproducción máxima. -¿De veras? -Sí. Y hay muchas cosas que parecen enfermedades pero que no lo son, como la tos, la fiebre, el vómito, la diarrea. Son mecanismos de protección contra la enfermedad. -O sea, en caso de gripe, ¿ni una aspirina? -No tiene por qué ser bueno bloquear un mecanismo de defensa. Se ha demostrado que, en el caso de la varicela, si tomas medicación estás enfermo un día más. -¿Hay forma de esquivar tanto peligro? -La mayoría de enfermedades crónicas están provocadas por un entorno moderno para el que no estamos preparados. Nuestros cuerpos están diseñados para gente que caminaba 30 kilómetros diarios en busca de agua y alimento. Entonces, nadie tenía sobrepeso ni arterioesclerosis... -¿Volvemos a la caverna? -(soltó una risita.) ¡No hace falta! Basta con hacer ejercicio a diario, exigir ventanas en los puestos de trabajo, consumir mucha verdura, eliminar las máquinas de refrescos de los colegios... -Eso no evita los grandes males. -La medicina darwiniana considera que hay buenas razones evolutivas que explican las imperfecciones del cuerpo. Quizá el Alzheimer ha surgido porque los genes que lo causan nos protegen de otras dolencias en la juventud. Y en algunos tipos de cáncer... Si nos hacemos un corte, la piel vuelve a crecer, ¿verdad? Pero eso también significa que puede crecer demasiado. Resistir más y mejor tiene un precio. -El cáncer siempre existió, ¿no? -Sí. Pero la incidencia ha aumentado porque vivimos más tiempo. -Vivir más no es más saludable... -¿Sabe cuánto viviríamos si eliminásemos las infecciones, las cardiopatías, el cáncer...? -¿Unos 150 años? -¡Unos 84! La duración de la vida no ha cambiado durante miles de años. Lo que ha cambiado es la mortalidad precoz. -Dice usted que las mujeres somos más... ¿perfectas? -Hay un sexo débil, que no está bien diseñado y es más vulnerable a la enfermedad: el sexo masculino. Mueren tres hombres por cada mujer. -¿Y eso? -De las 14 causas más importantes de mortalidad, 13 son superiores para los hombres. En gran parte debido al consumo de drogas, a accidentes, asesinatos y suicidios. Pero también mueren más por enfermedades de riñón, hepatopatías, neumonías... La testosterona hace el cuerpo más vulnerable a la enfermedad. -¿Descartamos la inmortalidad? -Sí. Y es decepcionante. Mire, cuando tenía 20 años empecé a preguntarme por qué la selección natural no había eliminado el envejecimiento. Diez años después, leí un artículo de George Williams. Decía que si un gen hace que tus huesos se suelden mejor de niño, es posible que aporte un exceso de calcio en las arterias y el corazón de mayor. ¿Comprende? -¿Es como desvestir a un santo para vestir a otro? -(otra risa) Los beneficios durante la infancia son mayores que el precio a pagar a los 120 años. Ésta es la teoría pleiotrópica del envejecimiento. -El estrés no mata, pero arruga. -La gente que nace sin la capacidad de experimentar el dolor muere antes. Algunos, a los 30 años. La ansiedad y el estrés, como el vómito o la fiebre, son útiles. Ahora bien, un ataque de pánico es bueno ante un tigre hambriento, no en un colmado... -Oiga, ¿qué enfermedades veremos en este siglo? -Las provocadas por los avances en los viajes y por el bioterrorismo. Las infecciones, siento decirlo, seguirán siendo la gran amenaza. -Acabe con una buena noticia, se lo ruego. -Algún laboratorio inventará un fármaco para comer menos. Eso podría resolver la diabetes y el sobrepeso. Pero creará un nuevo mal...
Vino el autobús, o se fue el sol, y yo desperté de esos instantes en los que nunca sabré si estuve…

Núria Navarro
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