martes, 7 de mayo de 2019

¿será que ya llegó la primavera?


ausencias

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páramo triste
tu vuelo de paloma
lo difumina

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ITHACA

Corrige la mirada en el sextante de los ojos,
pon rumbo a alguna parte como un náufrago,
desata las medidas estelares
y deja que las horas te constelen,

bebe un sorbo pequeño de té verde,
maréate al vaivén del oleaje,
vomita lo que sea por la borda,
arrópate despacio con la manta,
mira el retrato azul del camarote
y busca en la bitácora
el cuaderno de las islas perdidas...

sopesa las constantes que precisas,
la meteorología que te aguarda,
el viento que sin duda soplará,
los nudos necesarios para el tránsito...
busca bahías cercanas
por si los temporales azotasen,

mide todo en los mapas que no tienes...
y no dudes si sientes el ardor de levar ancla...

y sé consciente
de que a Ithaca se llega siempre

un día más tarde de mañana.

© Luis Felipe Comendador
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PAQUETE

La muchacha se funde con el hombre
como la mantequilla en la tostada,
cuando se pone atrás.
Y se inflama la noche
con fragores de máquina llenando oscuridad.

Un casco la protege de la brisa sonora
que se rompe en el cuerpo del doncel.
Su joven corazón cabalga aprisa.
Anhela la emoción.
El asfalto repica contra él.

Tenaza en la cintura. Entre pecho y espalda
penetrar no podría un alfiler.
Bicéfalo centauro en horcajadas,
tiempo y espacio detenidos,
en equilibrio piel con piel.

Atento a la jugada de la cinta
que la rueda consume, el hombre va.
Y en un momento piensa en la muchacha.
Teme por ella. Teme despertar…

Despertar en la hierba, cubiertos del rocío
de la noche, dormidos luego del amar.
O descubrirse fríos, con heridas,
sin carretera para regresar…
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CATARATAS 4

en un albo gamón con tiento posa
sus párpados alados como velas,
gafas tatuadas, faros, centinelas,
la maravilla de una mariposa;

agua desciende al valle, bulliciosa,
llenando la garganta del Iruelas
de una nube de gotas: mil estelas
que irisan la alborada prodigiosa;

el valeroso y tímido alubión
que salta sin cesar de roca en roca
una llamada de pasión espera,

y es fiel a la señal que le convoca
la mariposa puesta en el gamón:
¿será que ya llegó la primavera?

pb/2019
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EL SEXO MASCULINO NO ESTÁ BIEN DISEÑADO

Pude conocerle en el atardecer de un banco orientado al poniente, o, quizá, en la cola del autobús que me llevaba a ninguna parte. Dijo que se llamaba Randolph M. Nesse, y que había nacido en Toledo (Ohio), en 1948. y que participó en el simposio sobre trastornos afectivos organizado por Esteve... Sostenía el doctor Nesse que nuestro cuerpo no está hecho para el siglo XXI. La evolución anda más lenta que la revolución tecnológica, murmuró. Y eso se paga con enfermedades como el cáncer, la arteriosclerosis o la obesidad. El precursor de la medicina darwinista, profesor de psiquiatría de la Universidad de Michigan, adelanta que el sexo masculino lo tiene peor. -Darwin dijo que sobreviven los fuertes. Y la cosa no va así... le dije. -Hay razones para que no sea así. En primer lugar, el entorno cambia más deprisa de lo que podemos evolucionar. Y las bacterias, también. Pero es que, además, todo en el cuerpo es una compensación. -No sé si le sigo. -Cuando mejoramos algo, otra cosa empeora. Por otra parte, el cuerpo no se ha preparado para la salud, sino para la reproducción máxima. -¿De veras? -Sí. Y hay muchas cosas que parecen enfermedades pero que no lo son, como la tos, la fiebre, el vómito, la diarrea. Son mecanismos de protección contra la enfermedad. -O sea, en caso de gripe, ¿ni una aspirina? -No tiene por qué ser bueno bloquear un mecanismo de defensa. Se ha demostrado que, en el caso de la varicela, si tomas medicación estás enfermo un día más. -¿Hay forma de esquivar tanto peligro? -La mayoría de enfermedades crónicas están provocadas por un entorno moderno para el que no estamos preparados. Nuestros cuerpos están diseñados para gente que caminaba 30 kilómetros diarios en busca de agua y alimento. Entonces, nadie tenía sobrepeso ni arterioesclerosis... -¿Volvemos a la caverna? -(soltó una risita.) ¡No hace falta! Basta con hacer ejercicio a diario, exigir ventanas en los puestos de trabajo, consumir mucha verdura, eliminar las máquinas de refrescos de los colegios... -Eso no evita los grandes males. -La medicina darwiniana considera que hay buenas razones evolutivas que explican las imperfecciones del cuerpo. Quizá el Alzheimer ha surgido porque los genes que lo causan nos protegen de otras dolencias en la juventud. Y en algunos tipos de cáncer... Si nos hacemos un corte, la piel vuelve a crecer, ¿verdad? Pero eso también significa que puede crecer demasiado. Resistir más y mejor tiene un precio. -El cáncer siempre existió, ¿no? -Sí. Pero la incidencia ha aumentado porque vivimos más tiempo. -Vivir más no es más saludable... -¿Sabe cuánto viviríamos si eliminásemos las infecciones, las cardiopatías, el cáncer...? -¿Unos 150 años? -¡Unos 84! La duración de la vida no ha cambiado durante miles de años. Lo que ha cambiado es la mortalidad precoz. -Dice usted que las mujeres somos más... ¿perfectas? -Hay un sexo débil, que no está bien diseñado y es más vulnerable a la enfermedad: el sexo masculino. Mueren tres hombres por cada mujer. -¿Y eso? -De las 14 causas más importantes de mortalidad, 13 son superiores para los hombres. En gran parte debido al consumo de drogas, a accidentes, asesinatos y suicidios. Pero también mueren más por enfermedades de riñón, hepatopatías, neumonías... La testosterona hace el cuerpo más vulnerable a la enfermedad. -¿Descartamos la inmortalidad? -Sí. Y es decepcionante. Mire, cuando tenía 20 años empecé a preguntarme por qué la selección natural no había eliminado el envejecimiento. Diez años después, leí un artículo de George Williams. Decía que si un gen hace que tus huesos se suelden mejor de niño, es posible que aporte un exceso de calcio en las arterias y el corazón de mayor. ¿Comprende? -¿Es como desvestir a un santo para vestir a otro? -(otra risa) Los beneficios durante la infancia son mayores que el precio a pagar a los 120 años. Ésta es la teoría pleiotrópica del envejecimiento. -El estrés no mata, pero arruga. -La gente que nace sin la capacidad de experimentar el dolor muere antes. Algunos, a los 30 años. La ansiedad y el estrés, como el vómito o la fiebre, son útiles. Ahora bien, un ataque de pánico es bueno ante un tigre hambriento, no en un colmado... -Oiga, ¿qué enfermedades veremos en este siglo? -Las provocadas por los avances en los viajes y por el bioterrorismo. Las infecciones, siento decirlo, seguirán siendo la gran amenaza. -Acabe con una buena noticia, se lo ruego. -Algún laboratorio inventará un fármaco para comer menos. Eso podría resolver la diabetes y el sobrepeso. Pero creará un nuevo mal...
Vino el autobús, o se fue el sol, y yo desperté de esos instantes en los que nunca sabré si estuve…

Núria Navarro
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