lunes, 29 de octubre de 2007

Azul


El sitio que nunca conoceré está en algún lugar del trópico. Allí la gente se deja hacer en español mientras las mujeres toquetean. El lugar al que yo pertenezco no lo conoceré en vida porque tengo demasiada facilidad para preocuparme. Pero eso no quita para un mental. Veo unas barcas y con ellas la posibilidad de encender estrellas a las horas más turbias. La veo a ella, preocupada y desinhibida, haciéndonos perder el equilibrio mientras el agua nos descubre. Quizá lo que no veo es porque todavía no lo he encontrado. Al menos de esa manera (aquí dentro). El lugar al que yo futuro es un sitio en el que tengo hambre y me permiten saciar la sed mientras los miedos se me relajan y las adolescentes me cubren de tierra tibia. El sitio que nunca conoceré está más allá del recuerdo y tiene una gruta con una inmensa charca tan pronto se llena de pompas como recibe un coro de amazonas. Esas chicas tienen dos pieles, a veces hasta tres (relajaciones) y relatos que nunca se repiten. Me refiero por supuesto a la respiración.

viernes, 19 de octubre de 2007

Y sus músculos son una revolución derrotada

Ya no cambiaremos el cielo. Los pensamientos son rocas afiladas y vacías donde escupir desesperación. Siempre hay miedo. Pero a veces sólo puedes blasfemar por debajo de la plegaria y enfrenarte. Sobreviven no los más inteligentes, ni los más fuertes, tampoco los más soñadores, alzan sus brazos de espuma los que tienen una mínima porción de futuro; la salvaje conducción de una chica, el recuerdo de un recuerdo, los recién llegados. Siempre es siempre aunque estemos repitiendo desgracias. Porciones de calidez se reparten por mi cuerpo y me dejan tranquilo. Tengo tanto dolor que acabo por no recordarme. Escarbo en la risa de estar broma. El derrumbamiento es mío. Enloqueciendo con toda dignidad. Por eso estoy braceando. Algo me inclina a negarme negación como aquel abuelo simio, abuelo futuro cuando le pegó un corte de mangas a las mareas o gigantes criaturas que cada noche prometían extinguirle.

(Muchas gracias María, efectivamente la foto es de Salgado y narra las peripecias de tipos escalando lo imposible. Quizá todavía sobre, pero la roca está más afilada que antes...)

martes, 16 de octubre de 2007

soneto con estrambote

La Piedra de Rosetta


Escribe, g, mañana, tarde y noche.
Luego lo rompe, y en el papelero
lo encesta sin alarde de torero:
sin pena ni lamento; sin reproche.

Lo dice, g, tumbado en Cabo Roche
con el azul de mar verde romero,
un velo bajo el ala del sombrero
y una rubia cerveza como broche.

Solicita el olvido a su carpeta
(es tan precario el tiempo de tu día…).
No sabe, gon, si debe retractarse

en esa petición, y conformarse
(piensa si la parada del tranvía
pasó como caduca la peseta).

Su piedra de Rosetta
es la nota durmiente de su arpa;
olvida su silencio, gonzescarpa.

jueves, 11 de octubre de 2007

Estimado/a alumno/a

Los talleres del Centro de Poesía comenzarán el próximo mes de noviembre:

el lunes, 5 de noviembre, los talleres Laboratorio de creación poética y Poesía.
el martes, 6 de noviembre, el taller de Dicción y Declamación.
el miércoles, 7 de noviembre, el taller de Relato.
el jueves, 8 de noviembre, el taller de Poética.

Llámanos si tienes cualquier duda.

Un saludo,

Mayka García
FUNDACIÓN CENTRO DE POESÍA JOSÉ HIERRO
Avda. Arcas del Agua s/n 28905 Getafe (Madrid)
91 681 98 55

centro.poesia@ayto-getafe.org

IMPORTANTE: El horario de atención al público se mantiene de 10 a 14 horas hasta el inicio de los talleres.

lunes, 8 de octubre de 2007

Apenas queda desesperación


Y sus músculos son una revolución derrotada. Ya no cambiaremos el cielo. Sus pensamientos son una roca perfecta. Afilada y vacía donde escupir la desesperación. Siempre hay miedo. Pero a veces sólo puedes concentrarte en tus salvajes vacíos. Blasfemar por debajo de la plegaria y enfrenarte a tu destino con la mejor resignación. Sobreviven no los más inteligentes, ni los más preparados, ni los más fuertes, tampoco los más soñadores, alzan sus brazos de espuma los que tienen una mínima porción de futuro; la salvaje conducción de una chica, el recuerdo de un recuerdo, los que acaban de llegar. Imaginaciones para un tiempo mejor. Siempre es siempre aunque estemos repitiendo desgracias. Porciones de calidez se reparten por mi cuerpo y me dejan tranquilo. Tengo tanto dolor que acabo por no recordarme. Escarbo en la risa de estar broma. El derrumbamiento es mío. Enloqueciendo con toda dignidad. No es cierto. Aquí no hay tiempo para la locura. Si acaso para la extinción. Por eso estoy braceando. Algo me inclina a negarme negarme como aquel abuelo simio, abuelo futuro que algún tiempo atrás le pegó un corte de mangas a las mareas o gigantes animales que cada noche prometían extinguirle.