lunes, 8 de octubre de 2007

Apenas queda desesperación


Y sus músculos son una revolución derrotada. Ya no cambiaremos el cielo. Sus pensamientos son una roca perfecta. Afilada y vacía donde escupir la desesperación. Siempre hay miedo. Pero a veces sólo puedes concentrarte en tus salvajes vacíos. Blasfemar por debajo de la plegaria y enfrenarte a tu destino con la mejor resignación. Sobreviven no los más inteligentes, ni los más preparados, ni los más fuertes, tampoco los más soñadores, alzan sus brazos de espuma los que tienen una mínima porción de futuro; la salvaje conducción de una chica, el recuerdo de un recuerdo, los que acaban de llegar. Imaginaciones para un tiempo mejor. Siempre es siempre aunque estemos repitiendo desgracias. Porciones de calidez se reparten por mi cuerpo y me dejan tranquilo. Tengo tanto dolor que acabo por no recordarme. Escarbo en la risa de estar broma. El derrumbamiento es mío. Enloqueciendo con toda dignidad. No es cierto. Aquí no hay tiempo para la locura. Si acaso para la extinción. Por eso estoy braceando. Algo me inclina a negarme negarme como aquel abuelo simio, abuelo futuro que algún tiempo atrás le pegó un corte de mangas a las mareas o gigantes animales que cada noche prometían extinguirle.

1 comentario:

Torvisco dijo...

Pedro, creo que la foto, aunque no la veo bien, es de Sebastiäo Salgado, es de los garampeiros (trabajadores en minas de oro en Serra Pelada (Brasil),Suben bolsas llenas de oro, durante horas, por esas paredes de arena a través de unas escaleras de cuerda ... y digo todo esto porque sería importante que la foto se viera bien para ajustar más el foco de tu texto, has lanzado imágenes bárbaras (brazos de espuma, ya no cambiaremos el cielo, siempre es siempre ...) también siento que sobran letras, pero no sé detallarlas, sobre todo por la fuerza que tienen algunos rincones de tu texto-poetico.Me gusta, si señorito me gusta lo que hace. ¡¡a seguir mirando!!