martes, 13 de mayo de 2014
DESDE LA PENUMBRA
COCHE DE LÍNEA
Al fondo está la casa,
entre almendros, en ruinas
sobre los campos yermos.
Di, tarde de febrero,
¿volveré a ver un día
este lugar callado,
bandadas de estorninos,
el evónimo verde y las violetas,
o moriré sin recordar la luz
que vuelve esta tristeza casi alegre?
Sólo quiero quedarme en este sitio
y ser para mi siglo
nada más que el pasado,
un era, alguien oscuro
que deja que ese coche de línea
pase
lentamente de largo.
© Andrés Trapiello
(de ”Junto al agua”
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DESDE LA PENUMBRA
24
Avanza despejada por su cauce.
Termina la mañana su promesa.
La tarde se atarea, y el momento
conformidad proclama.
De repente,
sin avisar, sin demostrar premura
ni en el aire sentirse desosiego,
mil trozos esparcieron
partículas informes y deshechas
contra el suelo impoluto.
Son cosas que suceden. Lo lamento.
(Yo me quedé en la gloria.)
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EL JAZMÍN
Tiene predilección por el jazmín.
Saborea el café del primer vaso
viviendo despertares de la calle:
la luz del sol creciendo al otro lado;
cansados viandantes; repentinos
coches apresurándose al trabajo;
mochilas de los niños a la escuela;
madres y chachas; líricos ancianos…
Todo se reproduce en su ventana
como una telaraña en un cedazo:
hojas de la aspidistra la reciben,
la fronda del frutal le cede el paso,
la hiedra le saluda desde el suelo,
gritan las rosas puestas en lo alto,
y le susurra el diario de las ondas
con el primer fortuna entre las manos.
Pero a ella le apasionan los jazmines
con su trama sutil de sueños blancos.
©pbaediciones
Mayo/2014
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