martes, 4 de noviembre de 2014

DESDE LA PENUMBRA


UNA ELE Y DOS PALOTES

Las tardes de sofá,
los días largos
pasados a cuchillo de cocina,
la mano de madera de Marisa
mirándome sin ver,
el café de las tres tomado a tientas,
saber que tengo amigos para ser,
los ojos de Youssouph vistos de noche,
cartones en la puerta a media tarde,
los cigarros a solas calmándome la sed,
la marea,
el rostro de la muerte justo enfrente,
lo que habrá de venir después de ayer,
Manolo y sus golosos bebedizos,
un rostro de mujer,
el mar en otro sitio siempre y nunca,
la esfera de Gerardo en su doblez,
las caras de mil críos que me asolan,
la empresa y su ciprés,
el rol de la verdad en algún libro,
la nevera,
el pincel,
los libros que pinté noches enteras,
los fósiles,
mi piel,
el cartabón antiguo de la mesa,
Cumbreño, Antonio, el pie
con su uña rota para siempre,
Mayca y su calidez,
Antúnez sonriendo aunque no escampe,
filosofar con gafas,
ser sin ser…

Ha sido un año largo,
indescriptible,
lleno de asuntos feos y también
de tantos ratos buenos, grandes, vivos…
que no sé procesarlo…
y ni siquiera sé
en qué he crecido o he muerto,
en qué me he hecho o deshecho,
en qué pude acertar
o en qué me equivoqué…
sé solo que ha pasado
y yo sigo hacia Ithaca,
y que lo hago con fe
en mí mismo, primero,
y en los demás, después…

Lorena
[grande, hermosa,
directa, biunívoca…
la fuerza del envés],
los ratos Guadalupe
[siempre atenta],
Malick,
el viaje intenso,
las tardes como puesto del revés,
la soledad
[a veces compartida,
a veces dolorosa,
a veces cruel],
creer en la justicia
y luego descreer,
la Coke en la nevera,
el trozo de pastel
en el plato reciente
[no como igual que ayer],
Magdalena en los ojos
[y también en la piel],
Perú con su misterio,
Trujillo, Lima, Moche…
y aquella capillita de colores
alzada con esmero a Raphael,
los rostros sucios,
mi terquedad,
el tren,
[siempre el jodido tren]
la turba, los soldados,
Juanito en el andén con su pierna quebrada
[¡qué tipo!],
languidez,
los muertos más recientes,
Josetxo, Luis, Esther,
el lujo de Ballestas,
Fabio, Fernando, Andrés…
Alberto por la tarde de un sábado
y café…
y este afán escapista,
y estas ganas de hacer,
y esta rabia por dentro,
y este desenvolver
cada día con hambre…

Una ele y dos palotes
es lo que soy… ya ves

© Luis Felipe Comendador, 2009
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DESDE LA PENUMBRA

40


Dejo pasar el día
largamente salvado por la tarde.

Cantan las espesuras. Las hojas desprendidas
arrullan a los mirlos que burlan la pradera.

El cielo se recorta con la fronda:
el sol se volatiza en escarlata.

Anegada de lodos, una fuente.
El invierno se acerca

y en la esquina en penumbra,
tú, a mi lado,
respirando los ecos del silencio.

©pbaediciones

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