miércoles, 19 de febrero de 2014

DESDE LA PENUMBRA


popocatépetl

LA HORA DEL PASEO

Un hombre que ha salido con su perro,
un hombre que ha salido muy temprano,
que pasa por delante de la mar
sintiéndose distinto a la mañana
anterior, repitiendo sin embargo
cada paso de ayer, como una máquina.
Se ignora si es la bestia quien lo lleva,
o si en cambio conduce el ser humano;
o si se necesitan mutuamente
como se necesitan con urgencia
los amantes los sábados.
Amanece despacio y alguien grita
sin que nadie pregunte ni responda.
Y es que sólo hay un hombre paseando,
no arrastra tras de sí ningún dolor,
no representa nada, no es un símbolo
de ningún tipo, no es una metáfora
del dolor y la angustia de vivir,
hay poemas mejores para aquello.
Aquí solo hay un hombre que ha sacado
a su perro a la calle unos minutos.
Que pretende volver en cuanto pueda
a la cama a seguir imaginando
que el perro se le muere, que de pronto
se le destina a un sitio donde nadie
entienda una palabra en castellano.
Un sitio sin correas. Eso piensa
el hombre que pasea con su perro,
el hombre que ha salido tan temprano
porque le aterroriza que otros hombres
puedan interrogarle con preguntas
sobre la raza y sobre las costumbres
del animal que tiene amordazado,
mientras sale a la calle con su perro
aburrido del mundo, junto al mar,
y piensa que ha vivido muchos años
y que ha sido feliz, muy pocas veces,
y que ha tenido varios perros buenos
pero sólo un amor, y ese fue malo.

©Ben Clark
---

COMUNICADO

"queridas, queridos:
llevo unos días fuera de esta esfera social, y de las otras. ahora, por fin, os cuento.

hace algunas semanas me ofrecieron un puesto de trabajo en la ciudad de puebla, en méxico. unos días después lo acepté. y otros días más tarde viajé a la cuatro veces heroica ciudad de puebla de zaragoza, a la que llegué el pasado jueves 13 de febrero y desde la que os escribo.
me trae de nuevo a la latinoamérica impetuosa el cargo de coordinador de promoción cultural, dependiente de la subdirección de desarrollo artístico y cultural, dentro del instituto municipal de arte y cultura de puebla (http://www.todopuebla.com/directorio/imacp; la página oficial está ahora mismo en obras).

llevo sólo tres días aquí, adaptándome al cambio absoluto y aprendiendo a ser un neoemigrante.

es muy difícil abandonar tu país. el físico y el geoemocional, que está formado por todos esos a los que amamos por uno u otro motivo.
pero méxico es un motor que siempre está en funcionamiento, y últimamente españa, creo, se ha vuelto estática, pausada.

sería demasiado sencillo, sin embargo, escudarme en la situación nacional para explicar mi viaje.
asumiré mi responsabilidad. creo que yo también estaba empezando a caminar despacio. a dudar. a temer.
tal vez ésa sea la clave: que en españa nos están consiguiendo volver temerosos.

tememos no tener. no entender. tememos que tras una fugaz indignación todo vuelva a su sitio. tememos una degradación del otro, y de uno mismo, que llegue a ser irrevocable.
tememos la quietud y el enfriamiento de la voluntad.

y cuando estaba empezando a dudar de mi propia composición de lugar, llegó la oferta de trabajo en méxico.
podría haber seguido haciendo lo que sé. podría haber seguido escribiendo, leyendo, tratando de desarrollar proyectos de gestión cultural no convencional que lograran revitalizar el espacio que habito.
pero prefiero hacer lo que no sé. decir lo que no sé decir, como recomendaba ory.

dejo españa porque es una oportunidad para enfrentar el miedo y dejar de temer. para ser más. para seguir creyendo en mí, al fin y al cabo.
lo hago apoyado por vosotros, a los que tengo tanto que agradecer, y acompañado por rv, que es para mí, entre otras muchas cosas, un sinónimo de futuro y un ejemplo absoluto de valentía.
no viajo por amor. viajo hacia el amor.

firmo un contrato de cuatro años y ocho meses de duración.
espero que mi fe y mi valor se extiendan mucho más allá.
espero no temer.
lo espero todo.
desde méxico, amigos, os acompaño, os necesito, os quiero.
ya os contaré.
un abrazo,
como mi vecino el popocatépetl,
en erupción."



©Gonzalo Escarpa, 17/02/2014
---

DESDE LA PENUMBRA

12


En el eco lejano rompimos la rutina.

Por el resquicio lento de la tarde
nacían, incipientes, albores de la noche.

Al sol, que se apagaba, la luna sonreía.

Fue un arrebato mutuo.

El tiempo se detuvo, y en la sombra
lo hicimos como siempre: ¡como nunca!

Luego
volviste a la cocina…


©pbaediciones


No hay comentarios: