martes, 15 de julio de 2014

DESDE LA PENUMBRA



ÁNGELES

Cuando bajaban ángeles
a la tierra y decían esas cosas,
esas cosas que sólo eran capaces
de proclamar los ángeles,
y anunciaban sucesos, catástrofes, diluvios,
mágicos embarazos, destinos imperiales o fatídicos,
castigos celestiales, plagas, pestes,
incendios, terremotos…

Cuando exhibían su plumaje extraterrestre
los ángeles, ambiguos, ambidextros,
mientras sonaban músicas de arpa,
flauta, chelo, bandurria,
teclados electrónicos,
y olía a humo de incienso, a nardo, a pachulí,
y entre nubes blanquísimas surgían
y desaparecían
los enviados celestes
y alelados dejaban a los pobres
humanos, torpes, feos
y privados de efectos especiales…

En aquellas calendas
prodigiosas,
cuando los más hermosos travestidos
brindaban su imposible envergadura
a los ojos mortales…

En los felices siglos de la fe,
cuando pasaba un ángel
por tu frente
y ya te iluminaba para siempre…

Había ángeles con copas,
había ángeles con peces,
ángeles con espadas, con lirios, con trompetas,
ángeles con antorchas,
ángeles con pinceles…

Y eran de tal dulzura aquellos seres
que hasta de su cabello
se hizo dulce…

Había también ángeles con ojos de serpiente,
con ojos de los que brotaban rayos,
con ojos de esmeralda
y con ojos de fuego…

Terribles los llamaba aquel poeta,
todo ángel es terrible, dejó escrito
y fue felicitado
y aclamado
y leído en la parte más culta del planeta,
y aún seguimos leyéndolo.

Pero otros son los tiempos, los sistemas,
las costumbres,
los ángeles
ahora.

Los ángeles ahora pueden ir en vaqueros, deportivas,
camiseta sin mangas,
con piercing en la ceja, tatuajes en los bíceps,
tener ojos azules
y muy malos modales…

Los ángeles ahora
pueden cobrar por exhibirse,
trapichear con su imagen, alquilarse
y anunciar no prodigios, prodigiosos
productos…

Los ángeles ahora pueden venderse caros,
insertarse en la prensa,
lucirse ante los focos
y vivir de su sexo,
ese secreto
tan bien guardado como cotizado…

Los ángeles ahora ya no son lo que eran,
han sido desplumados,
se atrofiaron sus alas,
perdieron sus poderes
y los hay hasta seropositivos…

Los ángeles
ahora
ya son sólo
terrestres,
y es muy escaso el crédito
que les prestan
los fieles…

Los ángeles auténticos son ya
como los dinosaurios,
una especie
extinguida.


©Jesús Munárriz
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DESDE LA PENUMBRA

34


Eternidad de contemplar tu cuerpo
tan cerca de mi piel, mientras palpita
despreocupadamente.

La levedad de tu respiración,
vaporosa, trivial,
como si no quisieras herir a los vecinos;
tu silueta velada; los murmullos
del sueño transparente;
huir sin avanzar al borde del abismo;
la lenta brusquedad de la caída;
esos amagos de querer hablar
volviendo la mirada;
los miedos reprimidos desatados
por alguien que se ha ido;
la flor que se dibuja en tu semblante…

La penumbra concede
toda la eternidad de contemplarte.


©pbaediciones

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