sábado, 11 de octubre de 2008

Supervivencia




La mañana lleva velos

a la ciudad que bosteza

con soplo de sabor a hielo

y ruidos en la cabeza.


El aire es indiferente

en este poroso suelo,

de prieto corsé de gente

andando con jet de vuelo.


Amapolas atrevidas

cantan el verde paisaje

en calles introvertidas

de árido peregrinaje.


Los zumbidos de trabajo

aprietan celdas de abejas,

sacando miel a destajo

en relaciones complejas.


La tarea gris, sin brillo

remienda el roto bolsillo.




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