Cuando juego entre la hierba
confundido con tu cuerpo,
soy la brisa en la mañana;
la tramontana y el cierzo;
el zarzal y la bandera;
la ropa tendida al viento…
Cuando dormida te quedas
entre la luz y el silencio,
contorneo tu figura
sobre el tibio y verde lecho,
y saboreo temblores
en tu piel de terciopelo.
Yo susurro la fragancia
de tus tiernos pensamientos.
Suavizo tus aflicciones
-las cadenas de tus miedos-;
y descifro la espesura
de tus penas y lamentos…
Yo relajo tu semblante.
Y calmo tu desconsuelo.
Y averiguo tus rincones.
Y vigorizo tu fuego,
cuando rozo tus encantos
con la lengua de mi aliento.
Te refresco con mi brisa.
Te abraso con mi deseo.
Beso tus cejas, tus labios,
y me enredo en tus cabellos.
Me deslizo por tus piernas…,
y descubro tu secreto.
Derrochando mi ternura,
te protejo con mi cuerpo;
el recelo te disipo,
y, a veces, te inspiro cuentos…
Aunque no me veas nunca.
Yo soy…, el aire. Y el viento.
pbernal
lunes, 16 de junio de 2008
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