domingo, 10 de enero de 2010

A la mierda...

helador el día, como una coctelera para servir esta crisis frappé de molondros y cuélebres, helador y vacío... me hago un recorrido por las oficinas oficiales bejaranas para ver si necesitan algo de papelería para tirar en imprenta y poner a funcionar las máquinas y no consigo nada... frío administrativo también, ese frío integral que no entiende a la gente con problemas, que no pisa la calle y no sabe que todo tiene soluciones humanas y no informáticas o heladamente legales... la administración [Administración] es como una huevera en un congelador, una huevera en la que cada huevo no quiere saber nada del huevo congelado de al lado... habría que trinchar a un par de funcionarios y a ocho o diez políticos para que, por lo menos, empiecen a pensar desde el latido y no desde el jodido negro sobre blanco de las normativas... y vuelvo a lo de casi siempre [últimamente] para ver si, de repetirlo, alguien toma medidas... y voy a intentar contarlo como si lo hiciera a los discípulos parabólicos de aquel tal Jesús –el de las cruces, sí–, pero por puntos...

1. Citano, S.L. me encarga 100.000 huevos de a un euro la tirada, que la cosa se pone en 100.000 euros [huevos que yo compro a 0,70 euros la unidad por pago al contado... es decir 70.000 euros].
2. A la entrega del pedido tengo que hacerle factura oficial, como manda la norma, por lo que tengo que cargarle un 16% de IVA que arroja la cantidad añadida de 16.000 euros.
3. Citano, S.L. me paga con cuatro pagarés de 29.000 euros cada uno y con vencimiento a 60, 90, 120 y 180 días.
4. Yo, ciudadano ejemplar, hago mi liquidación trimestral de IVA a la hacienda pública y declaro los 16.000 del ala que figuran en la factura que le emití a Citano, S.L.
5. Ningún banco y ninguna caja me admite los pagarés de Citano, S.L., porque ya no hay crédito para nadie que no sea amiguito o político. Es decir, no puedo cobrar ni un euro de Citano, S.L., aunque sus pagarés son documentos válidos ante cualquier institución económica y se pueden defender en cualquier juzgado.
6. Hacienda reclama que le pague los 16.000 euros de IVA generados por esa factura que soy incapaz de cobrar.
7. Pasa un mes y Hacienda me pone un 20% de recargo por no pagar los 16.000 euros, con lo que la deuda me sube ya a 19.200 euros. No puedo pagar, pues siguen si aceptarme los pagarés de Citano, S.L.
8. Pasan dos meses y Hacienda me reclama de nuevo con un recargo de un 5% más, lo que se me pone en 20.160 euros. No puedo pagar, pues siguen sin aceptarme los pagarés de Citano, S.L.
9. Pasan quince días y Hacienda me comunica que estoy en embargo a la vez que envía cartas a todos mis clientes para comunicarles que cualquier deuda que mantengan conmigo deben pagársela a ellos bajo sanción si incumplen y me la pagan a mí [mis clientes en conjunto me deben 600.000 euros y no me pueden pagar porque yo le debo a Hacienda 20.160 euros]... mi empresa se colapsa por falta de cobro y no puedo atender los pagos de nóminas, Seguridad Social, mercaderías y materias primas y gastos generales.... además de la publicidad maravillosa que supone esa carta de Hacienda a mis clientes.
10. Me voy con mis cuatro pagarés [los que no me aceptan ni los bancos ni las cajas] y le digo al funcionario hacendero que se cobre de ahí a pesar de que yo no he podido hacer la recaudación del IVA que se me reclama... y me dice que allí solo se cobra con dinero contante y sonante... pensando y pensando, se me ocurre que otras administraciones me deben como seis veces lo que se me reclama, y propongo hacer el change entre administraciones... y me dice que allí solo se cobra con dinero contante y sonante, que no hay acuerdo posible para cobros entre administraciones, que me las arregle como pueda o me atenga a las consecuencias.
11. Habiendo hecho correctamente mi trabajo, habiendo cobrado [?] en papel legal [los pagarés mentados que nadie quiere negociar], habiendo facturado como un tipo que cumple las leyes, habiendo tenido que pagar al contado las materias primas que he vendido para obtener algo de beneficio... me encuentro con que pagué al contado 70.000 euros a mi proveedor, con que Hacienda me reclama 20.160 euros de IVA más sus multas de demora [-90.160 euros], con que Hacienda detiene por orden de embargo los ingresos pendientes de mis deudores [-690.160 euros]. Por haber intentado ganar legalmente 30.000 euros, he perdido 690.160 más el posible cierre de mi negocio por bancarrota, y todo por tener que pagar a la Hacienda Pública un IVA que, demostradamente, no he podido recaudarle...

¿Esto qué es?... pues es la hostia, porque, además, si Citano, S.L. da en quiebra y entramos en concurso de acreedores, primero cobrará Hacienda, luego cobrarán los bancos y cajas y, muy al final, los que servimos nuestras mercaderías a esa empresa tendremos que repartirnos las cuatro migajas que queden [que nunca quedan] entre todos... y eso después de pasados cinco o seis años del deceso empresarial.
¿Esto qué es?, repito, pues la hostia y una mierda pinchá en un palo... un sistema totalitario en el que el Estado se protege a sí mismo antes que a sus ciudadanos... un sistema en el que los empleados públicos cobran más y siempre [no digo que mal... aunque en algunos casos es malísimamente].
Que alguien me lo explique... o que alguien me pida explicaciones si no me he expresado bien.
Y, a mayores [me encanta el término], hay funcionarios que cierran su jornada con una o dos horas trabajadas [dicen que en casa trabajan más y luego... habría que verlo en muchos casos] y salen a hacer la compra del súper en horas laborales, que cobran más del triple al mes de lo que cobran mis empleados trabajando 8 horas duras [que con sus gabelas les pagan el sueldo a los mentados efes... y ellos dicen que para eso estudiaron y sacaron sus oposiciones... ¿para qué, para cobrar rascándose la panza?... no creo]... que se pillan vacaciones a lo bestia y encima se guardan Moscosos, bajas por catarrines y días depresivos sin que el estado haga otra cosa que mirar al lado contrario, sin ser evaluados con justicia para poder seguir con sus empleos... en fin, una sociedad injusta por donde se la mire, una sociedad en la que el estado y sus peones siempre viven bien, en la que los trabajadores por cuenta ajena han conseguido duramente obtener ciertos derechos y en la que los trabajadores autónomos somos la pura escoria [los que nos tomamos riesgos, aviso, para crear verdadera riqueza] sin protección social alguna.
A la mierda.
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Luis Felipe Comendador

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