martes, 16 de diciembre de 2014

ANDAMIOS (de lfc)


ANDAMIOS



Andamios amarillos cuando en ti veo muerte
[‘cuando en ti veo muerte… luctuosa sinalefa de mis ojos]…
andamios tan paródicos de esto y esto y esto que es la vida…
andamios de la busca en el relato caótico, infinito e ininteligible…
andamios de la cábala
y de los espejos con marco art decó y pan de oro…
andamios eruditos con gárgolas rampantes en su ferralla…
andamios que parodian a Chesterton con un perfil metálico de Charles Auguste Dupin…
‘handamios’ novedosos para un mundo futuro…
andamios de aquella manera,
como estás esta tarde, tirado, incongruente, laxo, yerto…
andamios paradójicos para templos católicos que aún están por hacerse y derribarse…
andamios amarillos y oxidados para mirar atrás y ver lo imprescindible prescindible…
andamios como desorientados, juveniles…
andamios investidos de cátedra y birrete…
andamios de suburbio, caedizos…
andamios posmodernos que ya no son andamios…
andamios sicológicos,
de alambre de funámbulo y vacío…
andamios de jardín, con hiedras trepadoras…
andamios con sensación de siempre, altos…
andamios objetivos, nada armónicos, seguros…
andamios nihilistas que prometen cabezas destrozadas…
andamios para el plagio de otros andamios hechos y amarillos…
andamios algebraicos, tan secretos…
andamios inconscientes, muy freudianos…
andamios que me angustian
porque ante su estatura me siento en desamparo…
andamios en el aire, políticos, sin base…
andamios aparentes, puro mundo…
andamios enredados, por siempre impenetrables…
andamios femeninos,
sinuosos…
andamios que especulan sobre toda esa flora inabarcable…
andamios generosos [se caen siempre]…
andamios de memoria…



© Luis Felipe Comendador
viernes, octubre 02, 2009:
"Los 400 golpes", POEMAS
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DUDAS Y CERTEZAS


…venid bajo la sombra del almendro
no juguéis con la tierra
ni con la flores rojas y amarillas
que atrapan la mirada con su seda
y crecen voluntarias y salvajes
en ese terraplén de la cuneta
mirad que vuestro padre llegará
un día por la siega
o a lo más en las sombras del otoño
cuando la sementera
que me han dicho los pájaros del llano
que ya acabó la guerra
y él no lo sabe pero en estos meses
de paz que han sucedido a la contienda
y seguro en los muchos que vendrán
hasta la primavera
de un año que se antoja muy lejano
que Dios pronto lo quiera
vecinos emboscados en la noche
antes de que amanezca
armados con el odio más odioso
que cualquier munición de cartuchera
conducen a vecinos asustados
medio vestidos sin peinar siquiera
con el terror pintado en el semblante
y el frío del verano por sus venas
a estos angostos lares descampados
en carros y vencidas camionetas
y en la loma más alta
que oculta la roída carretera
despertando a los bichos y a los hombres
habitados de dudas y certezas
los bajan arrastrados
y les pegan un tiro en la cabeza
luego sin detenerse a ver si viven
hay balas que se pierden en las eras
de algunos tiradores
que temen por su vida si se niegan
y disparan al frente
sin apuntar siquiera
y hasta cierran los ojos cuando tiran
poniendo en sus temores su bandera
alineados al borde del asfalto
van enterrándolos en la cuneta
y temo que en la linde del olivo
alguna noche de esas
de luna nueva o nubes agrisadas
por aires de tormenta
hayan llegado con su cargamento
de miedo y llanto y sangre hasta mi puerta
que no juguéis que sin estar viuda
padre se fue a la guerra
y esas flores trepando la vaguada
tan vivas y tan tristes y tan bellas
quizá fueron regadas
con sangre roja e inocente y fresca
quiero evitar que sin querer se manchen
jugando con la tierra
las manos infantiles de mis hijos
en esa desgraciada sementera…

Mamá, ¡qué cosas dice
tu madre en este amargo duermevela!
Vivíais en el campo en esos años…
¿Delira, o es verdad eso que cuenta…?


©pbaediciones
(2014, para “Escritores por Ciudad Juárez”)

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