miércoles, 4 de julio de 2007

Cielos con maquillaje japonés


Estas mañanas son como un video musical.

Me siento protagonista
y choco medio desnudo con mujeres decoradas de azul.

O de rosa. Ya no recuerdo.

Mis músculos son un pensamiento en fuga.

Interpreto mi propio jadeo
y lo convierto en un signo de elevación.

La caja sentimental irradia futuro en cada en uno de
mis inaugurales músculos.

Ni siquiera tengo que girarme.
Metido en esta rutina también
belleza en movimiento.

Fluyendo con estos peces de titanio
se me olvida que tengo que preocuparme.

Puede que ni esté en el futuro.

Pero me buceo la conciencia
con el mismo éxito de cuando tumbaba olas de pequeño.

Y casi me ahogo de placer
liberando tormentas con la espalda.

Ojalá algún día yo también sepa cómo salvar a Kumiko.

2 comentarios:

pedro bernal dijo...

Muy bonito, Pedro. ¿Quién es Kumiko? ¿Qué le pasa?

Pedro Fernaud Quintana dijo...

Muchas gracias tocayo. Kumiko es una chica encerrada en los fantasmas que le ha contagiado su propia familia. Es la novia del protagonista de mi libro favorito: Crónica del pájaro que da cuerda al mundo.