lunes, 7 de enero de 2008

DE RIOS Y VIENTO

No quería pensar en ello en estos días, porque han ocurrido cosas que eran felices y se subían a lo alto de las añoranzas y de los volcanes encendidos. Yo tenía hace tiempo ríos y ríos por dentro que afluían a mis ojos y discurrían por las mejillas, pero pasado un tiempo, ese afluir se secó y sus aguas se repartieron por venas y arterias convirtiéndose en algo sólido que pesa y pesa con esa carga de ríos no desbordados me fui el día de la Fiesta de Navidad del Centro de Poesía José Hierro.

Ahora después de la marabunta vuelvo a pensar, (más que nada por consuelo)que todo fue una broma de él, (aunque sé que su rostro no decía eso)porque él nos tiene acostumbrados a las risas, a lo lúdico, a la forma más dionisiaca de ver la vida y quizá nos lo encontremos de nuevo al entrar en clase y como siempre nos sonreirá y nos escudriñará con disimulo, para ver como hemos venido esa tarde, si llevamos un bonito broche al lado del corazón o lucimos una flor en el pelo. Después seguirá hablándonos, disparando ideas, formas de ver la poesía, escuchando nuestras palabras, corrigiéndonos con la sonrisa siempre y el brillo en sus ojos.

Pero ¿quién soy yo para frenar al viento?. Que todo te vaya bonito Gonzalo.

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