TRENES DIESEL
Con su burbujear cadente y serio,
zumban eternamente los motores
como rumor de rezo en monasterio.
Se mueven como gamos por la vía.
Suben los montes, cruzan hondos valles
siempre con su preciada mercancía…
Compiten con su hermano el automóvil
en lucha desigual y sin destino:
sobre el acero fijo, acero móvil.
La luz del faro, vaga, cadenciosa
enmascara los velos de la noche
para mostrar la vista más hermosa…
La mente alerta, la mirada lista,
pronto para actuar, en la cabina,
como una pieza más, va el maquinista.
pbernal
hierro y humo
---
sábado, 28 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario