Querida amiga:
Un poema de amor se me presenta
en este juego eterno de la suerte,
débil, sumida en pensamiento fuerte,
miedosa de que me pasen la cuenta.
Las horas se resisten, y en la venta
de mi persona sólo quiero verte
aparecer; con mi querer quererte
sin pensar en tus prisas; siempre lenta.
Cuando la puerta se abre, tu sonrisa
llena mi habitación, cálida risa,
del aroma entrañable de la leña
crepitando en un fuego delicioso
- mágico, tierno, amable y amoroso -
por mi persona, dulce Carmen Peña.
cordialmente, Luisa
(pbernal, diciembre de 2007)
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