lunes, 7 de septiembre de 2009

Granizada en Montdevergues
a Camille Claudel


I

Camille se ofrece rota, resquebrajada
con largos brazos finos y amputados
no importa si su alma es de bronce, mármol o escayola.
Camille golpea duro
y con cada golpe se hace más clásica
más Victoria de Samotracia
más Camille.
De la boca de sus hijos, hijos de sus entrañas
surgen lamentos atroces
labios que piden paz, una boca,
el cese de todas las torturas.
Camille continúa entre las cuatro paredes de su celda
amasando latón, pan duro, cualquier cosa
amortajando gargantas y torsos imposibles.
Luego las figuras saldrán
escuálidas, puntiagudas
y los celadores de turno recogerán los restos
y lanzarán a la basura
las obras de arte de una loca.

II

Hielo
que me den toda la nieve del mundo
grita Camille.
Ha descubierto el secreto
y pide hielo encajada en los barrotes de su cuarto.
Afuera el frío arrecia y caen los primeros copos
Hielo, ahora lo ve muy claro Camille
su alma por un bloque de agua.
Desnuda, helada hasta los huesos
estira sus manos hercúleas
y rescata las bolitas de granizo que el cielo le escupe.
Sonríe, por fin algo de suerte,
el mundo se deshace en perdigones
y ella contempla sus manos amoratadas
cubiertas por el hielo que cae hasta sus pies.
Sigue, suplica al todopoderoso,
que sigua la descarga,
más, necesito más,
y el cielo que la premia.
El agua helada se desliza por sus brazos
cae entre sus senos y forma una montaña
Camille es insaciable
más, quiero hacer mi obra maestra, grita
y la noche se enfada
por la mala educación de aquella hembra.
graniza, nizagra, zanigra en aquel manicomio de Montdevergues
y solo una mujer ríe,
sabiendo que por fin se ha salido con la suya
su obra maestra, su gran escultura.
Las manos implorantes a través de las rejas
el vientre triangular, obtuso
las piernas largas, cadavéricas
y la boca abierta, implorante
Camille dura, seca, helada
Camille perfecta.


Miguel Ángel Martín
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Ángeles


Cuando bajaban ángeles
a la tierra y decían esas cosas,
esas cosas que sólo eran capaces
de proclamar los ángeles,
y anunciaban sucesos, catástrofes, diluvios,
mágicos embarazos, destinos imperiales o fatídicos,
castigos celestiales, plagas, pestes,
incendios, terremotos…

Cuando exhibían su plumaje extraterrestre
los ángeles, ambiguos, ambidextros,
mientras sonaban músicas de arpa,
flauta, chelo, bandurria,
teclados electrónicos,
y olía a humo de incienso, a nardo, a pachulí,
y entre nubes blanquísimas surgían
y desaparecían
los enviados celestes
y alelados dejaban a los pobres
humanos, torpes, feos
y privados de efectos especiales…

En aquellas calendas
prodigiosas,
cuando los más hermosos travestidos
brindaban su imposible envergadura
a los ojos mortales…

En los felices siglos de la fe,
cuando pasaba un ángel
por tu frente
y ya te iluminaba para siempre…

Había ángeles con copas,
había ángeles con peces,
ángeles con espadas, con lirios, con trompetas,
ángeles con antorchas,
ángeles con pinceles…

Y eran de tal dulzura aquellos seres
que hasta de su cabello
se hizo dulce…

Había también ángeles con ojos de serpiente,
con ojos de los que brotaban rayos,
con ojos de esmeralda
y con ojos de fuego…

Terribles los llamaba aquel poeta,
todo ángel es terrible, dejó escrito
y fue felicitado
y aclamado
y leído en la parte más culta del planeta,
y aún seguimos leyéndolo.

Pero otros son los tiempos, los sistemas,
las costumbres,
los ángeles
ahora.

Los ángeles ahora pueden ir en vaqueros, deportivas,
camiseta sin mangas,
con piercing en la ceja, tatuajes en los bíceps,
tener ojos azules
y muy malos modales…

Los ángeles ahora
pueden cobrar por exhibirse,
trapichear con su imagen, alquilarse
y anunciar no prodigios, prodigiosos
productos…

Los ángeles ahora pueden venderse caros,
insertarse en la prensa,
lucirse ante los focos
y vivir de su sexo,
ese secreto
tan bien guardado como cotizado…

Los ángeles ahora ya no son lo que eran,
han sido desplumados,
se atrofiaron sus alas,
perdieron sus poderes
y los hay hasta seropositivos…

Los ángeles
ahora
ya son sólo
terrestres,
y es muy escaso el crédito
que les prestan
los fieles…

Los ángeles auténticos son ya
como los dinosaurios,
una especie
extinguida.


Jesús Munárriz
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Le besé con mi abrazo y me salvó la vida.


Jesús URCELOY
urcelología
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POÉTICA

Y que siguen las preguntas por mail, y que me jode un poco, pero luego me quedan ganitas de contestar y me lío la manta a la cabeza. Hoy me llegó un periquito preguntando para qué sirve una poética [para nada, digo yo siempre, pero la verdad es que resumir tu blup-blup creativo de vez en cuando en una declaración de intenciones suele venir bien para centrarse un poquito e ir por el centro del camino que te lleva]. Así, he decidido escribir una poética que centre mi producción creativa en proceso [“Los 400 golpes”] y otra que avise de mi último libro rematado y ya a punto de edición [“Dientes de leche”]. Va:

POÉTICA I

Escribir alzando los brazos como el detenido y orinarte en los pantalones, escribir intentado matar, escribir escupiendo, escribir llorando desconsoladamente porque nada es posible ya, escribir con escozor, escribir como el último coito, escribir con la mano tapándote la boca, escribir de puro asco, escribir con la polla si no hay boli, escribir vomitando, escribir sin razón [aunque sea malo], escribir sin lavarse, escribir con la mano del proctólogo, escribir sin ser blando, escribir como escriben los imbéciles para salvar el tipo, escribir con resaca y granos nuevos, escribir eructando mientras lo haces, escribir como un perro abandonado, escribir como el loco que se desnuda riendo delante de la gente, escribir con las piernas abiertas como la puta vieja del burdel apagado, escribir como un cerdo, escribir con el vaso vacío, escribir a purita picana, escribir con veneno.

POÉTICA II

Escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir, escribir para seducir... y de vez en cuando mirarme al interior y sacar lágrimas de letras.


Luis Felipe Comendador
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La droga


En caballo desbocado
galopa un sórdido sueño,
en la nada licuado,
perseverando en su empeño.

"Por la ciudad modélica
se oye una voz melódica
que entona, psicodélica,
una canción bucólica"

A la carrera tendida,
precipitado en la acera,
disfruta de una quimera
como si viviera vida.

"El mundo es estrambótico,
y su sendero trágico;
es su futuro tónico,
en un vivir nostálgico."

Encenagado en su herida
retorcido en la ladera,
con nadie por compañera
y la piedra consumida.

pbernal
2003
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