sábado, 25 de abril de 2009

El señor JOSÉ IGNACIO EIRIZ VILPIDO

José: me reprochabas,
entre bromas y risas y lamentos
de voz, cada mañana,
por no estar en el rap aquel del cuento.
Ignacio: te creías
que del rap te me habías descolgado.
Dolido te veía
y un poco serio y triste y amargado.
Subido a tu atalaya
desde donde se pierde y gana vista,
tal vez se te olvidara
facilitar tu número a la lista
y, desasosegado,
Eiriz Vilpido, no reconocías
estar equivocado
y las culpas a mí me dirigías.
Admítelo, Vilpido:
en la lista quisiste mantenerte
oculto y escondido,
celoso de tu fama y de tu suerte.
Tu hablar desenfadado
de Nacho-Iñaqui-Vilpi; tu dilema
en Reyes me ha brindado
compensarte con este mal poema.
Sensible a tus deseos
por la inmortalidad que da lo escrito,
¡sea!, dalo por hecho
y acéptame la silva que te brindo.

pbernal
ferroviarios
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