Ayer llevé a Don Fernando.
Iba a Soria pura y fría.
Un sol hermoso lucía.
El cielo azul. Yo guiando.
A Soria el tren caminando
avanzaba por la vía.
Don Fernando transcribía
fichas que iba descartando.
Y en la estación de destino,
-Soria fría, Soria pura-,
barre la escoba, zaino
en su recuento de altura,
un hermoso pergamino
de toros y sepultura…
pbernal
ferroviarios
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jueves, 16 de abril de 2009
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