Este jardín secreto, es mi refugio,
en los días de manos frías,
y sonrisas sin manto,
me pierdo en este edén
buscando su cobijo,
me fundo entre sus ramas,
con pétalos de besos,
siento en mi piel, el roce
de su esfera de fuego,
me acarician sus rayos,
izándome con sus reflejos,
las hojas me susurran,
en este ambiente de complicidad
las hierbas dan su alfombra,
a derecho camino,
los escalones, ponen final a un oasis,
lejos, terreno oscuro.
Me niego, a dejar este sitio,
temo perder otra vez el trayecto,
me olvido por unos instantes
de todo,
toco su cama de esperanza,
me he ido,
de la oficina, de sus lazos,
estoy en el salvapantallas.
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