2.- Chu-cu-chu-cu-chu
Chu-cu-chu-cu-chuuuu
Chu-cu-chu-cu-chu-cu-chu-cu
Existe una raza perdida de ferroviarios.
Sentían correr por sus venas el ferrocarril.
Mamaron la grasa y la noche de los presidiarios.
Murieron quemando su vida en el duro rail.
Podrás descubrir su leyenda de viejos corsarios
buscando su pecho prendido en la luna de abril.
Charlaban en corros, prudentes en vino y cerveza.
Contaban batallas de trenes con gran aspereza.
Cha-ca-cha-ca-chaaaaaa
Chu-cu-chu-cu-chu-cu-chu-cu
Oyendo lo que relataban los hombres del hierro
diría que se desvivían por un recorrido.
Gozaban cuando conducían hacia su destierro.
Su patria: la locomotora. Su marcha: el silbido.
Su meta siempre la fijaban más allá del cerro.
Su noche llenaban de cartas, mujeres y olvido.
Poemas cantaban a dúo con voz temeraria.
El fin de su ruta cumplían sin una plegaria.
Chu-cu-chu-cu-chuuuuuuuuuuuuu
Chu-cu-chu-cu-chu-cu-chu-cu
pbernal
desde mi cabina
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viernes, 12 de diciembre de 2008
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