En la fría mañana de rebajas,
los carteles engatusan mis ojos
con golosas ofertas.
Tres por dos, o mitad de precio,
hasta el fin de las prendas.
La entrada de los almacenes,
es metro, en horas punta,
el tumulto coge la acera,
andar, es ya imposible,
me detengo, para coger el aire,
en este cuello de botella,
un sonido me aturde,
una música de barquillo,
sale de un castizo instrumento,
terapia musical,
entre bolsas de compras.
Sus notas, abren los pulmones,
con vapores medicinales,
las prisas quietas,
no necesito compra
para acelerar mi energía.
La música,pone la gasolina.
sábado, 6 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario