El de los palos quiebra en el envite
y tropieza, desbarra y se cabrea…
Embiste el toro desde la capea,
y Ortega Cano, pronto, sale al quite.
Delante de Belmonte y de Belchite
capotes da Rocío a la platea,
-bravo toro que canta y que jalea-,
y Ortega, enamorado, sale al quite.
Treinta y uno de agosto. Vuela el AVE
camino de Madrid desde Sevilla.
Pedro Bernal lo lleva de la mano.
Entra en Atocha mágico, suave
y resbala al bajar la escalerilla…
Y al quite lo sujeta Ortega Cano.
pbernal
ferroviarios
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miércoles, 15 de abril de 2009
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2 comentarios:
Las dos orejas y el rabo, para la brillante faena del poema.
Gracias, no es para tanto
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