martes, 11 de noviembre de 2008

Las chicas del tren 1; (1 de 3)

1 CARTA DE BIENVENIDA
para María

Nada sé yo de ti. Tú de mi nada.
Una sorpresa fue. Lo presentía.
Algo nuevo sucede cada día.
Pero nunca soñé que tu mirada…

Ayer una consigna fue cursada.
No me concierne lo que refería.
Esa repetición de nadería
esperamos que sea eliminada.

Piensa que información exagerada
es tanta la que firmas cada día,
que no nos va a causar melancolía
si la limitas en tu temporada.

Te veo mucho más atareada
desde que llegaste a la bahía;
incómoda pareces; rebeldía
de vivir todo el tiempo comparada.

Preocupa la certeza confirmada
de la maquinación y la falsía.
Te siguen, con intriga y cortesía,
papeles de reproche y emboscada,

pero sigues ahí, reconfortada
por la dedicación de tu cuadrilla
de admiradores. Eres la semilla
de la temeridad firme y osada.

Tu carácter, acero y camarada.
Tus consideraciones sin malicia.
Tu voluntad y tacto; tu justicia
ordenará tu mesa saturada.

Queremos, cuando venga la alborada,
ver claridad de luna, de novicia
en tus dotes de mando, de patricia,
y que nadie te vea manejada.

pbernal
de chicas del tren
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