Te busco ansiosa en el Google,
oigo el roce de tus palabras
dulce algodón en mis oídos.
Leo tu último e-mail,
te recuerdo…
aún sigo volando por las nubes.
No quiero este suelo seguro
que guarda lágrimas,
quiero seguir jugando
con este fantástico ovillo
que enrolla mis sentidos,
y ríe con mis notas.
Como Teseo, venzo al minotauro
de un almanaque descontento,
con puñal imprudente,
mato todos mis miedos.
La puerta está ya cerca
respiro.
1 comentario:
bienvenida a casa, conchi; muy bien traido tu poema, para el tiempo que vivimos.
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