Negro desconcierto que me nace
desde el ostracismo inveterado
de encarceladas horas,
y revienta en mi garganta
el grito por parir que me atenaza.
Monte de silencio…impenetrable selva petulante
que burla ese afán, desmenuzado,
de hallar el tiempo, de hallar tal vez la forma,
de descubrir esa palabra exacta,
aquel sonido que, por fin me indique,
que ALGUIEN escucha.
Sola…. en soledad… ya descarnada.
Gemir que brota de mi entraña obscura,
zumbar de monstruos que sólo me torturan
invadiendo mi todo y mis rincones.
Cuando ya no puedo entender…
cuando es inútil
resistirse al dolor acelerado
y ni siquiera
brotan semillas de piedad, de dudas…
porque el TODO, es la nada entre mis manos
y ante mis ojos, la luz ya se refracta.
Me refugio en el vacío; contengo mi alarido…
y voy cayendo al fin sin resistencia.
Sé que es el final. Que nada existe,
que todos han huido. Cataclismo, batalla..
huracanes de furia devastando
los valores, el amor, la simpatía…
aquella mano que firme se tendía,
la mirada sincera, la palabra…
¡Que si mi grito por parir, al fin aborto,
es porque a nadie le interesa lo que callo…!
YOLI ROTENBERG
Bohodón.es
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