sábado, 15 de agosto de 2009

Quien a buen árbol se arrima, sale lleno de resina.


Jesús URCELOY
urcelología
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Causas y azares


Cuando Pedro salió a su ventana,
no sabía, mi amor, no sabía
que la luz de esa clara mañana
era luz de su último día

y las causas lo fueron cercando
cotidianas, invisibles,
y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible.

Cuando Juan regresaba a su lecho
no sabía, oh alma querida,
que en la noche lluviosa y sin techo
lo esperaba el amor de su vida

y las causas lo fueron cercando
cotidianas, invisibles...
y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible.

Cuando acabe este verso que canto
yo no sé, yo no sé, madre mía
si me espera la paz o el espanto;
si el ahora o si el todavía

pues las causas me andan cercando
cotidianas, invisibles...
y el azar se me viene enredando
poderoso, invencible.


Silvio Rodríguez
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23 Rescoldos


La vereda paseo de mi otoño dorado.
Llevo plata en las sienes y la ropa bien puesta.
Voy de doncel; y brillo como estrella de fiesta,
firme, sereno; enjuto; el cuerpo bien plantado,
(por más que los cristales repitan mi corvado
perfil de descompuesta figura trasnochada).
Son escasas las flores que alegran mi velada.
(Algún dulce perdido que tomo con agrado.)

Pesan los escalones que bajo cada día.
Ignoro si me quedan menos o más peldaños.
Aspiro satisfecho el reto de los años.
Mi canastilla cargo de sueños, todavía.
Y, cuando tu figura pasa de romería,
y el vuelo de tu falda provoca mis afectos,
me siento desarmado frente a los insurrectos
tributos que proteges bajo tu lencería.


pbernal
2002
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