2
Yo le acaricio el pomo antes de la partida.
Aflojo la tensión de las zapatas.
Pido, y miro, si sube la tracción.
Y si lucen las luces. Y, si en la espera,
cierran filas el sol de primavera
y la nube cargada de emoción
antes de la partida.
Después de la partida, templo, mando. Domino.
Somos centauro.
Yo le acaricio el pomo antes de la partida.
Aflojo la tensión de las zapatas.
Pido, y miro, si sube la tracción.
Y si lucen las luces. Y, si en la espera,
cierran filas el sol de primavera
y la nube cargada de emoción
antes de la partida.
Después de la partida, templo, mando. Domino.
Somos centauro.
Somos prolongación.
Yo le pido, y, sin dudarlo, todo me lo da.
Surcamos el espacio; nos solazamos
al sol del mediodía; nos zambullimos en el lago
y en las oscuridades de la noche sombría,
camino de cualquier eternidad.
Y en un momento,
a cualquier hora del día,
indiferente,
ni temprana, ni tardía,
sin pena,
sin nostalgia,
sin tristezas,
nos separamos.
Y la dejo seria, callada en su armonía,
a la espera de otro amante
que la lleve a pasear
Yo le pido, y, sin dudarlo, todo me lo da.
Surcamos el espacio; nos solazamos
al sol del mediodía; nos zambullimos en el lago
y en las oscuridades de la noche sombría,
camino de cualquier eternidad.
Y en un momento,
a cualquier hora del día,
indiferente,
ni temprana, ni tardía,
sin pena,
sin nostalgia,
sin tristezas,
nos separamos.
Y la dejo seria, callada en su armonía,
a la espera de otro amante
que la lleve a pasear
por la vía.
pbernal
de tren de otoño
--------------
EL ENDECASÍLABO ITALIANO
Por Juan Ruiz de Torres:
Hacia el siglo XV, llegó a la lírica española un verso extraño a nuestros usos: el endecasílabo. Nacido en Italia, hicieron pruebas titubeantes de su uso nuestros Marqués de Santillana y Juan de Mena, entre otros. Los resultados no fueron concluyentes: junto a versos elegantes y llenos de empaque, otros disonaban, porque no obedecían elementales leyes de la fonética. Tuvieron que llegar Boscán (aunque sus versos son también duros a menudo) y Garcilaso, que dominó su estructura. El Siglo de Oro se entregó con entusiasmo a su cultivo, y muchos poetas consigueron extraordinarios logros, desde Góngora y Quevedo a Herrera o el mismo Cervantes, que tiene sonetos nada desdeñables. Hoy día sigue su empleo, tanto en América como en España, y casi todos los poetas connotados le han rendido culto.
El problema es que no basta con que un verso tenga 11 sílabas (“fónicas”) para que sea un endecasílabo de metro italiano. Ha de obedecer a algunas, muy pocas pero exigentes reglas:
- todos los endecasílabos tienen (como todos los versos castellanos) acento en 10ª sílaba;
- no puede haber jamás un acento en la 5ª o en la 7ª sílabas, o habrá una segura pérdida de eufonía;
- el acento básico (o constituyente) debe recaer en la sílaba 6ª (endecasílabos propios);
- para dar diversidad al poema, puede haber endecasílabos impropios ocasionalmente (acento en 8ª);
- una buena composición endecasílabica (y las hay muy variadas, no sólo sonetos) debe jugar, dentro de las reglas anteriores, con las muchas posibilidades de acentuación que se exponen más abajo: nada menos que 28 diferentes.
- en un poema de “metro italiano” pueden emplearse versos de 7, de 9, de 11 y de 15 sílabas, e incluso combinarlos con otros más breves, sobre todo tetrasílabos, aunque (abajo se verá) no hay grave pérdida de eufonía si hay versos de 2, de 3, de 5 y aún de 6 sílabas.
Por supuesto, se pueden escribir poemas con otros tipos de versos, pero en general no tendrán la eufonía del metro italiano. Se salvan los poemas en metros hexasílabo, octosílabo, algunas combinaciones de versos de 10 y de 12 sílabas (pocas en verdad), decasílabo y dodecasílabo. Pero es difícil (no imposible) combinarlas entre sí y conservar la eufonía.
Esto es: el grupo fónico de mayor productividad es el metro italiano, sin que despreciemos ( y usemos ocasionalmente) otros.
Claro que existen poetas – incluso muchos poetas - a quienes la eufonía les importa un bledo. Yo no tiraré la primera piedra, desde luego; hay gente pa’ to’.
ENDECASÍLABOS DE METRO ITALIANO
(en negrita, los endecasílabos propios)
ACENTO EN 1ª *;
1-4 Vírgenes mágicas de la montaña;
1-6 Sufren los animales en los campos
1-8 Mágicos estremecimientos nuestros
1-3-6 Llora el hombre su triste condición
1-3-8 Llevan todos su lamentable carga
1-4-6 Ábreme el mar su sólido celeste
1-4-8 (endecasílabo sáfico) Supe de ti cuando el calor llegaba
1-6-8 Áridas las besanas, sueñan lluvia
* Llama Navarro Tomás, a los versos que tienen acento en 1ª y 6ª, endecasílabos “enfáticos”.
ACENTO EN 2ª *;
2 Asíntotas que nos desencaminan
2-4 Sabrás de impávidos enamorados
2-6 A ti, los que llamamos desde siempre,
2-8 Después de tu mortificado llanto
2-4-6 Aquí y allá, los tristes alaridos
2-4-6-8 Aquí y allá, los tristes nunca vencen
2-4-8 Serás, quizás, como el cristal que sueña
2-6-8 Se van, sin despertar aquel recuerdo
* Llama Navarro Tomás, a los versos que tienen acento en 2ª y 6ª, endecasílabos “heroicos”.
ACENTO EN 3ª *;
3 Te contemplas en las exposiciones
3-6 ** Te veré cuando el frío nos abrace
3-8 Laberínticos manantiales cantan
3-6-8 Por el mar han llegado lentamente
* Llama Navarro Tomás, a los versos que tienen acento en 3ª y 6ª, endecasílabos “melódicos”.
** Atención a la medida en esta modalidad, que siendo la más clásica, es también la más propicia para “fabricar” dodecasílabos: “Tras la tímida pantalla de la vida”…
ACENTO EN 4ª *, **;
4 (endecasílabo provenzal) Con el coraje de los estudiantes
4-6 Para llorarte más cada mañana
4-6-8 (endecasílabo francés) En el jardín, las rosas siempre sueñan
4-8 (endecasílabo francés) Hacia la luz se deslizaba el ángel
4-8 (con cesura tras la 5ª sílaba; llamado endecasílabo sáfico-adónico)
Aquí sabemos / que el dolor es triste (con “/” el lugar de la cesura)
* Llama Navarro Tomás, a todos los versos que tienen acento en 4ª, endecasílabos “sáficos”; nosotros discrepamos algo de esa definición (ver arriba), después de examinar las compisiciones de Safo de Lesbos, que exigen también acento en 1ª.
** Si el acento en 4ª está constituido por una palabra aguda, algunos llaman a éste “endecasílabo francés”; el segundo constituyente puede estar en 6ª u 8ª.
ACENTO EN 6ª *;
6 Con el remordimiento de los años
6-8 En el definitivo gran silencio
* Según Navarro Tomás, el acento constituyente en 6ª sílaba define al endecasílabo como “yámbico”.
ACENTO EN 8ª;
8 Que para quienes conjugaron sombras
OTROS ENDECASÍLABOS
(No compatibles con los de metro italiano)
ACENTO EN 5ª;
3-5 (endecasílabo guaraní*) Una noche clara de plenilunio
1-5-8 Todo lo que tú me han contado siempre
2-5-8 (endecasílabo anfibráquico) Llegaron los años de rostros grises
* Así lo llamo por encontrarse en la canción paraguaya “La Flor de Ipacaraí”
ACENTO EN 7ª;
1-4-7 (endecasílabo dactílico, anapéstico o de “gaita gallega”)
Virgen oscura que parte al destierro
3-7 Cuándo el viento me dará la respuesta
Por Juan Ruiz de Torres:
Hacia el siglo XV, llegó a la lírica española un verso extraño a nuestros usos: el endecasílabo. Nacido en Italia, hicieron pruebas titubeantes de su uso nuestros Marqués de Santillana y Juan de Mena, entre otros. Los resultados no fueron concluyentes: junto a versos elegantes y llenos de empaque, otros disonaban, porque no obedecían elementales leyes de la fonética. Tuvieron que llegar Boscán (aunque sus versos son también duros a menudo) y Garcilaso, que dominó su estructura. El Siglo de Oro se entregó con entusiasmo a su cultivo, y muchos poetas consigueron extraordinarios logros, desde Góngora y Quevedo a Herrera o el mismo Cervantes, que tiene sonetos nada desdeñables. Hoy día sigue su empleo, tanto en América como en España, y casi todos los poetas connotados le han rendido culto.
El problema es que no basta con que un verso tenga 11 sílabas (“fónicas”) para que sea un endecasílabo de metro italiano. Ha de obedecer a algunas, muy pocas pero exigentes reglas:
- todos los endecasílabos tienen (como todos los versos castellanos) acento en 10ª sílaba;
- no puede haber jamás un acento en la 5ª o en la 7ª sílabas, o habrá una segura pérdida de eufonía;
- el acento básico (o constituyente) debe recaer en la sílaba 6ª (endecasílabos propios);
- para dar diversidad al poema, puede haber endecasílabos impropios ocasionalmente (acento en 8ª);
- una buena composición endecasílabica (y las hay muy variadas, no sólo sonetos) debe jugar, dentro de las reglas anteriores, con las muchas posibilidades de acentuación que se exponen más abajo: nada menos que 28 diferentes.
- en un poema de “metro italiano” pueden emplearse versos de 7, de 9, de 11 y de 15 sílabas, e incluso combinarlos con otros más breves, sobre todo tetrasílabos, aunque (abajo se verá) no hay grave pérdida de eufonía si hay versos de 2, de 3, de 5 y aún de 6 sílabas.
Por supuesto, se pueden escribir poemas con otros tipos de versos, pero en general no tendrán la eufonía del metro italiano. Se salvan los poemas en metros hexasílabo, octosílabo, algunas combinaciones de versos de 10 y de 12 sílabas (pocas en verdad), decasílabo y dodecasílabo. Pero es difícil (no imposible) combinarlas entre sí y conservar la eufonía.
Esto es: el grupo fónico de mayor productividad es el metro italiano, sin que despreciemos ( y usemos ocasionalmente) otros.
Claro que existen poetas – incluso muchos poetas - a quienes la eufonía les importa un bledo. Yo no tiraré la primera piedra, desde luego; hay gente pa’ to’.
ENDECASÍLABOS DE METRO ITALIANO
(en negrita, los endecasílabos propios)
ACENTO EN 1ª *;
1-4 Vírgenes mágicas de la montaña;
1-6 Sufren los animales en los campos
1-8 Mágicos estremecimientos nuestros
1-3-6 Llora el hombre su triste condición
1-3-8 Llevan todos su lamentable carga
1-4-6 Ábreme el mar su sólido celeste
1-4-8 (endecasílabo sáfico) Supe de ti cuando el calor llegaba
1-6-8 Áridas las besanas, sueñan lluvia
* Llama Navarro Tomás, a los versos que tienen acento en 1ª y 6ª, endecasílabos “enfáticos”.
ACENTO EN 2ª *;
2 Asíntotas que nos desencaminan
2-4 Sabrás de impávidos enamorados
2-6 A ti, los que llamamos desde siempre,
2-8 Después de tu mortificado llanto
2-4-6 Aquí y allá, los tristes alaridos
2-4-6-8 Aquí y allá, los tristes nunca vencen
2-4-8 Serás, quizás, como el cristal que sueña
2-6-8 Se van, sin despertar aquel recuerdo
* Llama Navarro Tomás, a los versos que tienen acento en 2ª y 6ª, endecasílabos “heroicos”.
ACENTO EN 3ª *;
3 Te contemplas en las exposiciones
3-6 ** Te veré cuando el frío nos abrace
3-8 Laberínticos manantiales cantan
3-6-8 Por el mar han llegado lentamente
* Llama Navarro Tomás, a los versos que tienen acento en 3ª y 6ª, endecasílabos “melódicos”.
** Atención a la medida en esta modalidad, que siendo la más clásica, es también la más propicia para “fabricar” dodecasílabos: “Tras la tímida pantalla de la vida”…
ACENTO EN 4ª *, **;
4 (endecasílabo provenzal) Con el coraje de los estudiantes
4-6 Para llorarte más cada mañana
4-6-8 (endecasílabo francés) En el jardín, las rosas siempre sueñan
4-8 (endecasílabo francés) Hacia la luz se deslizaba el ángel
4-8 (con cesura tras la 5ª sílaba; llamado endecasílabo sáfico-adónico)
Aquí sabemos / que el dolor es triste (con “/” el lugar de la cesura)
* Llama Navarro Tomás, a todos los versos que tienen acento en 4ª, endecasílabos “sáficos”; nosotros discrepamos algo de esa definición (ver arriba), después de examinar las compisiciones de Safo de Lesbos, que exigen también acento en 1ª.
** Si el acento en 4ª está constituido por una palabra aguda, algunos llaman a éste “endecasílabo francés”; el segundo constituyente puede estar en 6ª u 8ª.
ACENTO EN 6ª *;
6 Con el remordimiento de los años
6-8 En el definitivo gran silencio
* Según Navarro Tomás, el acento constituyente en 6ª sílaba define al endecasílabo como “yámbico”.
ACENTO EN 8ª;
8 Que para quienes conjugaron sombras
OTROS ENDECASÍLABOS
(No compatibles con los de metro italiano)
ACENTO EN 5ª;
3-5 (endecasílabo guaraní*) Una noche clara de plenilunio
1-5-8 Todo lo que tú me han contado siempre
2-5-8 (endecasílabo anfibráquico) Llegaron los años de rostros grises
* Así lo llamo por encontrarse en la canción paraguaya “La Flor de Ipacaraí”
ACENTO EN 7ª;
1-4-7 (endecasílabo dactílico, anapéstico o de “gaita gallega”)
Virgen oscura que parte al destierro
3-7 Cuándo el viento me dará la respuesta
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