miércoles, 1 de octubre de 2008

Para el hierro y la piedra

El herbicida pasa
repartiendo veneno
al hierro y a la piedra.

Una nube de polvo
asfixia los geranios
de la cercana huerta.

Prímulas palidecen
nacidas en el borde
junto a la sementera.

Famélicos insectos
dibujan rosetones
entre la adormidera.

La grama languidece
amarilla de flores
de primavera.

El mirlo y el jilguero
a coro ya no cantan
en la pradera.

Hurones y conejos
huyen de la emboscada
que los asedia.

El mijo y el insecto
lloran desesperanza
por la ribera

empapada de jugo
-muerte, guerra, veneno-
(el herbicida pasa)
para el hierro y la piedra.

pbernal

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