lunes, 6 de octubre de 2008

AVE de paso

AVE de paso:
tu prisa por llegar, ¿qué te compensa?

Una rampa dibuja la frontera
desde donde te lanzas en montura
blanca zaina, sobre la estructura
metálica, de cárcel corralera.

Hacia el páramo asciendes la escalera
de liviano escalar, y de blandura,
penetrando con ímpetu y hondura
desde el invierno hacia la primavera.

Abandonas el monte, y la espesura
de la encina guerrera. Y la porquera
sabana de la tierra extremadura.
Y al Tajo. Y al Guadiana calavera…

Bajas al valle. Dejas la angostura
serrana, y a su gente brava y fiera.
Avanzas por la plácida frescura
sinfonía de verdes de pradera.

Todo te dice adiós en tu conjura
de paso de relámpago, quimera
de vuelo de paloma mensajera
sin vuelo ni mensaje. La premura

por alejarte de la extremadura,
y la sierra, y el valle y la pradera,
sabiendo que al final nadie te espera,
se me antoja capricho o chifladura.

Porque, cuando al final de tu andadura
recompones tu facha y tu solera,
emprendes de inmediato la tortura:
surcas con nuevos bríos la pradera,

y en tu vuelo desprecias la hermosura
serrana, su vibrante cordillera
recortada de azul, y la pintura
del cielo y de la tierra zalamera

de La Mancha, dorada su llanura
con esmeraldas en la sementera,
que miran tu pasar en la espesura,
y se preguntan por tanta carrera…

AVE de paso, mira el campo y piensa:
tu prisa por llegar ¿qué te compensa?
pbernal

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