EL VIEJO


Con majestad soberana
escruta los recovecos
desde el trono de su banca,

agarrado a su cachava,
en religioso silencio
y actitud desenfadada.

Sus manos huesudas, blancas,
con parsimonia y temblores
despabilan los fantasmas

que le rodean y danzan
al compás de los recuerdos
y al amor de la añoranza.

Tiene la cara arrugada.
Abundante y rojo el pelo
entreverado de canas.

En su boca, desdentada,
se adivina una sonrisa
temblorosa, resignada.

Asoman por sus pestañas
como dos puntitos negros
que le iluminan la cara

y se vislumbra, lejana,
de pasiones y de fuego
en su mirada, la llama.

Pulcra camisa de rayas.
En la chaqueta, pañuelo
a juego con su corbata

y una cadena de plata
de la que pende, coqueto,
el reloj de la templanza.

Guiña el ojo a las muchachas
entre pícaro y severo
aun tentado por las faldas,

con ingenio en su palabra,
figura en su candelero
y todavía esperanzas…


pbernal
algo de ti
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Todo se ha detenido
para que yo lo mire.
No es tan sencillo.


Gonzalo Escarpa
fatiga de materiales
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2 PÍNTAME ESTE SUEÑO

(Para Alfonso, Carlos y Belén, siempre ahí).


Esta noche me ha visitado mi madre
y empezamos a discutir como entonces
que si las cajas siguen abiertas sobre el mostrador

no puedo estudiar aquí, mamá, y mañana me examino de la vida

ya estudiarás, hija,
atiende a María que debe elegir los botones
para esa bruja que no le paga
recoger a sus hijos del colegio
y aún tiene que coserle el dobladillo
y ya sabes quién es la que manda
que la vida es esto y se aprende aquí sobre el mostrador

te enrollas con todas estoy harta
ya llevas media hora hablando con Almudena
déjame despacha tú
mira cuántas funcionarias han entrado y quieren pantys de cristal

que la ha dejado su marido así sin decirle nada
y no puede esperar que sea de noche otra vez sin hablar
/ con alguien
que se le ha marchado y llora
tú puedes vender hilos que enhebren manos que tocan
cremalleras que abran dedos que se extienden
medias que rocen piernas que caminan

aquí no puedo concentrarme que me dejes

mi madre me ha visitado esta noche
y no nos ponemos de acuerdo
como entonces.


Maisol Huerta
Puedo empezar así
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