domingo, 12 de julio de 2009

LA OTRA EDAD

La memoria protege los recuerdos,
tesoros conquistados al olvido;
fortuna del momento que se fue.

Archivo del ayer para el mañana.
Provecho de la vida no vivida.
Promesa de un consejo que ofrecer…

Bendita la vejez bien empleada.
Hermosa la vivencia difundida.
Útil, cuando se deja conocer…

Inútil vida, triste, desgraciada
si la jara no vierte su semilla;
si es nada lo que sigue al frutecer…

pbernal
algo de ti
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nunca-de-sus-ojos
(Elegía a Mónica Díez Melendo)



Un ángel de alas grandes poderoso
te oyó un día reir tu risa rubia
y fue la seriedad de su saeta
lo que le conmovió.
Tocaste los senderos de sus alas
la cifra y el susurro que no tiene regreso.
Y del cristal copiaste tu estrategia.

Un ángel de alas grandes
quizás el más mortífero
que está siempre errabundo por las fuentes
te propetió un atajo
quizás que flotarías
con todas las edades en el ámbar.

¿Estás segura? Nunca. Me acuerdo de sus ojos.
Y se coló en tus manos a esperar.

No se cansó ni un día de decirte
qué pálidos se hicieron nuestros nudos.
No se cansó ni un día de contarte
lo hermoso que sería llegar al horizonte.

¿Estás segura? Nunca-me-acuerdo-de-sus-ojos.
Y se coló en tus piernas a esperar.

Si entras en mi sangre –le dijiste-
al bosque llévame de los abrazos
sin llama ni sospecha en el vaivén.
Allá de donde soy
en donde he sido siempre llévame.
Y te mostró el acceso.

¿Estás segura? Nunca-de-sus-ojos.
Tus piernas con tus manos eran alas.

Y demasiado pronto
y ahora-nunca-es tarde decidiste
que ser era volar hacia la luz.
Y nadie-nadie-nadie y nunca-de-sus-ojos
los árboles las bestias y los hombres
pudieron retenerte en sus costumbres.

***

Por qué no se hizo vino la uva añeja
por qué fue tan sereno el estallido.
Apenas entendemos a la almena
que no visita el viento y se derrumba
qué alcanza quien se oculta en sus raíces.

***

Y qué te dijo el ángel le seguiste
dime el castillo blanco di la cumbre
dime lo que decía su estandarte.
Veníamos de un valle teníamos un río
sabíamos hablar de los portentos.
Te vi trepar los muros
en busca de avellanas y de moras
salvar a los cachorros de las aguas.
Te he visto atravesar los desconchones
te he visto manejar las herramientas
y disfrutar los huecos.
Sabías indagar la maravilla
no tuve yo la boca de nombrarte.

***

Quien pueda descifrar el rostro de un infarto
que siga este poema.
Solo soy un sonido que no entiende.

Ya sé que sé que aquí no hay nada eterno
y nunca es necesario otro eslabón.
Es obvio que tú no necesitas opiniones
y yo porque soy yo me lo permito.
Hiciste un mal negocio estoy segura
ya sé ya sé con ojos del mar lo he repasado
hiciste un mal negocio.
Hermosa mercancía se llevaron
cenizas recogimos.
Ya sé ya sé sabemos
sabemos hacer corros de vieja que amontonan
certezas en sus cestos con lenguas de serpiente
y luego se santiguan y se van.
Sabemos y sabemos y no sabemos nada.

Quien pueda defender esta penumbra
que acuda a otra calleja.
Sólo soy una espina que responde.


Y qué sabrán los niños
que juegan en la orilla con los juncos.
Y qué dirán si un día te recuerdan.
Y quién les contará tu verdadera historia.

***

Iría a tu portón a reclamar.
Nunca viniste a remover las migas en mi mano.
Iría a tu portón.

Están las casas viejas aún más viejas
y es fácil encontrarse algunos rostros.
A veces estas casas son muy sabias
a punto del escombro nos colocan
en un rincón suave de memorias.
Lasgas horas mirábamos las vacas
nos vemos ya más altos
crecer entre cristales dolorosos.
Nos dice muy bajito quienes fuimos
me dice que arreglemos nuestras cosas
y bajo muy bajito nos advierte
que no abramos la puerta.

***

Está todo callado
de nuevo así aprendemos las respuestas
está todo callado.

***

Y vine a este portón a pronunciar tu nombre
a contemplar tu rostro en un espejo alegre
porque eras mi refugio en noches de fogata
y no poder llamarte me hace daño.

Como se llama a voces en el pueblo
a los amigos hondos
allí estaba llamándote.
Niña sube la voz
que si no llamas fuerte
no pueden enterarse tan dentro de los muros.
Subía y nos gustaba la tardanza
la puerta se cerraba de un portazo
y nunca te olvidabas de la llave
y cómo la escondías en un lugar secreto
que solo algunos pocos conocíamos.
Estuve muchos años tapándome los ojos
y luego me dejaste mirar en tus rincones.

***

Inútil es quitarte de mis ojos
inútil ser la misma.
Inútil es inútil.
Sentada en la escalera
en el mismo peldaño de otras veces
le pido a nuestras cosas que persistan
la misma barandilla el mismo banco
en esta misma finca quellos árboles.
Mientras existan cosas pronunciarán tu nombre.
Por las mismas guaridas no están los mismos niños
crecieron tropezando en la calleja.

Resisten estos ojos la nevada
se bañan en el río los hijos de los hijos
los padres de los padres se resienten.
El cauce de tu río se detuvo
y no encontró respuesta su remanso
Si una pregunta pudo tu dolor
yo quise responderte con agua con saliva
curar tus arañazos
las zanjas peligrosas
que un día rescató sólo la muerte.

***

Yo sé que hay ángeles rotundos
que rondan a los niños
les llaman por su nombre
les dicen que acaricien la belleza
insisten hay verdad amor eterno.

Yo sé que hay ángeles arcángeles
que aguardan en sus vísceras
con alas duplicadas con espuelas.
Son grandes son inmensos
los he visto posarse en los estambres
y aunque les tiren piedras
se llevan el azúcar.
Un poco de la risa que era nuestra
se queda en sus arcones.
Yo encuentro los despojos
y más añicos hago diminutos
los días luminosos e importantes.


H-elena Rodríguez
nunca-de-sus-ojos
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